Una imagen memorable, que se combina de forma sinérgica con palabras memorables, da como resultado una respuesta emocional extraordinaria que podría satisfacer de lejos las expectativas planteadas en una campaña publicitaria.
Con frecuencia, asociamos la palabra “imagen” solamente con eso: imágenes; sin embargo, es mucho más, son la materialización de una idea, de una obra escénica, de una historia fugaz, de un personaje; son un símbolo indeleble, una escena que se convierte en folclore popular, una imagen iconográfica, un sello indeleble que puede perdurar generaciones tras generaciones.
La imagen visual se comunica en un nanosegundo en la mente del consumidor. Imagínense si esta viene acompañada de una frase o palabra que evoca un grato recuerdo emocional y despierta un sentimiento… así, el impacto de un campaña sería insuperable

Esa sensación que buscamos en el consumidor final es lo que se conoce como posicionamiento; referido a no solo el poder distinguirse del resto de productos o servicios, sino también de lograr instalarse en su mente para generar una remembranza y sensación activa en el momento de percibir el producto o servicio. Entonces, nos preguntamos: ¿Cómo lograr una gran campaña?
 
Existen diversos elementos y tips para lograr este objetivo; desde conocer el target del mercado, saber elegir los medios de comunicación y concebir el mensaje apoyado con un buen diseño, entre otros. No obstante, desde el área académica pienso que son necesarios solo dos condimentos esenciales: una buena dosis de creatividad y una porción de investigación de mercado.
¿Creatividad? Sí, tener la habilidad de soñar despierto desde un aire apasionado y vehementemente proactivo hasta la habilidad de conformar equipos de trabajo de mentes abiertas (open mind) y emprendedoras, que generen ideas creativas y discusiones conscientes sobre una idea común (brainstorming) para crear una imagen y slogan memorables.
¿Investigación de mercado? Hoy en día ya no es suficiente conocer las necesidades, hábitos y comportamientos del segmento meta; ahora es necesario entender sus reacciones, deseos, intereses, expectativas, temores y miedos. Comprendiendo el entorno y entendiendo las del público meta, será sencillo plantear una efectiva campaña publicitaria, y para esto es necesario recurrir a herramientas como un laboratorio de Neuromarketing o una sala Gesell.