A 10 años de aquel luctuoso hecho de octubre de 2003, que cobró la vida de 71 personas, Bolivia alcanzó una estabilidad económica, se ejecutaron nacionalizaciones de los recursos hidrocarburíferos, se recuperaron empresas estratégicas de las transnacionales y se consiguieron indicadores macroeconómicos récord.

Sin embargo, aún queda pendiente la industrialización del gas.

En el plano económico, el politólogo Gonzalo Rojas destaca el mérito del Gobierno y asegura que el país fue beneficiado por las circunstancias internacionales favorables de la suba de precios de los recursos naturales extractivos, la emergencia internacional promovida por China.

“Probablemente la reforma más importante que se produjo en la Constitución, la política de nacionalización de los recursos naturales como el gas, la reformulación de contratos con las operadoras petroleras, permitió que el Estado tenga unos recursos como no sucedió en la historia del país”, afirma.

Manifiesta que esa bonanza se traduce en el ámbito social. “Podemos decir que Bolivia aún está viviendo una bonanza económica que permite indicadores macroeconómicos récord en relación a nuestra propia historia”, agrega.

A su vez, el analista Carlos Cordero indica que la bonanza, la estabilidad económica, crecimiento del PIB es de alguna manera un efecto colateral de octubre de 2003, donde llegó a la cúspide la crisis.

“Como se han producido cambios en la política, también se han producido cambios en el orden económico, lógicamente por algunas políticas gubernamentales y favorecidos por la subida de materias primas a nivel internacional”, afirma.

Según su análisis, el Gobierno del MAS se ha beneficiado de este favorable panorama económico, aunque la sensación en la microeconomía es que aún no se siente en el bolsillo de los bolivianos.

Por su parte, el analista Armando Álvarez manifesta que si bien el país está viviendo un importante momento económico, es fundamental capitalizar esta estabilidad para proyectar al país hacia una etapa superior de desarrollo.

“Hay que asumir las previsiones porque es peligroso que el país dependa de pocas variables económicas como son los recursos extractivos”, añade.

En tanto, el analista Hugo Moldiz señala que el país ha conseguido importantes avances en el plano económico financiero reflejados en los indicadores como el crecimiento nacional por encima de los 28.000 millones de dólares, récord creciente de exportaciones, Reservas Internacionales Netas que casi alcanzan a los 15.000 millones de dólares, superávit fiscal, las finanzas en depósitos y créditos importantes.

Además explica que la nacionalización le ha dado al país el desarrollo económico favorable gracias a las exportaciones de gas a Brasil y Argentina.

Sobre lo económico, el exdirigente campesino Felipe Quispe, El Mallku, manifiesta que Morales tuvo suerte porque el petróleo y gas, oro, la plata, estaño y otros recursos naturales han subido de precios, lo que mejoró el panorama de la economía del país.

Aunque advirtió que es un gran riesgo ser “simples” exportadores de materia prima y de recursos no renovables porque “cuando se acaben nuestro recursos extractivos el país no estará preparado para enfrentar esta situación”.

En consecuencia, alertó que de seguir esta situación de depender del gas en los próximos años se prevé una crisis económica profunda en Bolivia.