Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 20:52

FUJIMORI Y SU CONTRINCANTE SE LANZARON A UNA DURA BATALLA POLÍTICA

Entre la promesa de primer mundo de Keiko y el populismo de Castillo

Más de 24 millones de peruanos elegirán hoy el destino de su país. La derechista investigada por el caso Odebrecht y el maestro izquierdista irán al balotaje.

Los candidatos presidenciables Pedro Castillo y Keiko Fujimori, quienes se dirimirán el poder en el Gobierno de Perú en las urnas.    EFE
Los candidatos presidenciables Pedro Castillo y Keiko Fujimori, quienes se dirimirán el poder en el Gobierno de Perú en las urnas. EFE
Entre la promesa de primer mundo de Keiko y el populismo de Castillo

De un lado, la derecha radical encarnada en Keiko Fujimori, hija del exmandatario Alberto Fujimori e involucrada con presunto lavado de activos en el caso Odebrecht. Del otro, las fuerzas izquierdistas apostando sus fichas por Pedro Castillo, un personaje que pasó de ser un maestro rural sin mayor peso político a un hombre que ha conseguido conquistar a grandes masas con propuestas populistas.

Esta jornada, los peruanos escogerán entre dos alternativas cuando asistan a las urnas para decidir la suerte de su país en la segunda vuelta de las Elecciones Generales de Perú 2021. Más de 24 millones de ciudadanos ejercerán su derecho de escoger en el cuarto oscuro.

Tanto hay en juego que, incluso, el escritor Mario Vargas Llosa, un reconocido antifujimorista al menos desde el discurso, ha salido en repetidas ocasiones para impulsar a sus compatriotas a votar por Keiko, la mujer que se estaciona en estos comicios con antecedentes que la relacionan con presuntos hechos de corrupción.

Perú Libre, con Castillo, y Fuerza Popular, con la hija del exdignatario como líder de la plancha, han llegado al balotaje luego de que sus representantes lograran, de acuerdo con datos de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), el 19% y el 13% de votos válidos, de manera respectiva. La segunda vuelta da cumplimiento a lo que señala la Ley Orgánica de Elecciones (LOE), que establece 30 días para que la ciudadanía retorne a las urnas, después de que se conocieran los porcentajes de la primera.

Keiko aglutina el apoyo del sector empresarial, las clases dominantes y de viejos personajes de la política. En ella ven la posibilidad de continuar con el modelo económico que se encuentra vigente en Perú, el neoliberal, y de acabar con la “amenaza” de que allí se instale el camino hacia el “comunismo”, como, según ellos, pretende encaminar Castillo.

El candidato izquierdista ha sumado a movimientos y partidos alternativos social-demócratas que apoyan la idea de implementar políticas orientadas hacia el “pueblo”, de reforzar el poderío del Estado y de restringir el libre mercado.

PALMO A PALMO La encuesta más reciente publicada por CPI reflejó una diferencia estrecha entre ambos, que es del 0.8%, lo que deja abierto el juego. Castillo suma el 41% de las preferencias, mientras que la descendiente nipona tiene el 40.2%. En otro sondeo del 16 de mayo, el docente rural alcanzó el 34.4%, poco más que su rival Keiko, con el 32.6%.

El domingo pasado, se midieron en el último debate televisado. El maestro optó por un perfil moderado aunque la acusó de ser el reflejo de la corrupción, mientras que su adversaria le devolvió el “elogio” diciendo: “Por sus mensajes de odio y de luchas de clase, no solamente ha generado ataques contra periodistas, sino contra ciudadanos que expresaron su opinión. Está acostumbrado a tirar piedras. Yo vengo a dar propuestas para sacar adelante a nuestro país en medio de esta crisis sanitaria. Sueño con un Perú que promueva la paz y donde se distribuya riqueza y no pobreza”.

MANIFESTACIONES Las expresiones en las calles por parte de grupos que siguen a ambos se han intensificado en la previa. El martes, detractores de Keiko se movilizaron en el centro limeño para exponer su descontento con la conservadora, con el lema "Keiko no va".

Distintos colectivos que velan por los derechos humanos marcharon de forma pacífica, con el objetivo de hacer conocer su rechazo a la probabilidad de que la postulante asuma los hilos del futuro incaico. Uno de los pedidos de los que no aprueban a Keiko es que ni ella ni su padre “evadan la Justicia”.

A Castillo, durante la campaña lo han relacionado con Sendero Luminoso, organización insurgente considerada como “secta maoísta” que provocó revueltas entre 1980 y 2000.

ANTECEDENTES Fujimori aterriza en la contienda con cuentas pendientes con el sistema judicial, pues la Fiscalía la apunta por los delitos de lavado de activos, organización criminal y obstrucción a la Justicia por montos millonarios no declarados de la empresa Odebrecht, cuando realizó  sus campañas de 2011 y 2016.

En noviembre de 2018, portales incaicos dieron cuenta de que Keiko fue condenada a 36 meses de prisión, al encontrar la Justicia sospechas de que la política ordenó a Fuerza Popular “lavar dinero para financiar su campaña para las elecciones presidenciales de 2011”, según La Vanguardia.

La sombra de su padre, Alberto, también la ronda, pues el octogenario ha sido señalado por cometer crímenes de lesa humanidad en Barrios Altos y La Cantuta.

Castillo, de 51 años y nacido en la sierra, es contemplado como “el hombre que puso entre las cuerdas a la élite peruana”. Así lo describe El País, de España, que resalta sus apariciones siempre a caballo y portando un sombrero de paja, elementos que acentúan la imagen que pretende instalar.

Tiene nueve hermanos, creció en una familia de pocos recursos y, en 1995, consiguió una vacante como docente de primaria. Fue líder local del partido Perú Posible, en 2005. Solo a partir de 2017 logró trascender políticamente, cuando el sector salió a las calles para exigir mejoras salariales en una de las movilizaciones que mayor presión provocó dentro de la historia democrática.

POLOS ENCONTRADOS Si bien ambos son opuestos en sus trincheras económicas, comparten algunas ideas sociales desde el radicalismo. Ninguno comulga con el aborto, son conservadores con relación a la conformación de las familias y no tienen acercamiento con la comunidad  de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transgénero (LGBT).