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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Pence viaja a Turquía en las próximas 24 horas para promover un alto el fuego

Un alto funcionario estadounidense rechazó detallar en declaraciones a los periodistas si Pence llegará a reunirse con el presidente turco
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El vicepresidente de EEUU, Mike Pence. Foto: EFE
Pence viaja a Turquía en las próximas 24 horas para promover un alto el fuego
 El vicepresidente de EEUU, Mike Pence, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, viajarán a Ankara en las próximas 24 horas para promover un alto el fuego que ponga fin a las operaciones militares de Turquía contra las milicias kurdas en el norte de Siria, anunció este martes el presidente, Donald Trump.

"Mike (Pence) y el secretario Pompeo irán mañana (a Turquía) (...) Estamos pidiendo un alto el fuego. Hemos puesto las sanciones más fuertes que puedas imaginar, pero reciben muchas. Tenemos muchas más en la recámara si no tienen impacto, incluyendo aranceles masivos sobre el acero", dijo Trump.

Un alto funcionario estadounidense rechazó detallar en declaraciones a los periodistas si Pence llegará a reunirse con el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y se limitó a decir que el objetivo del viaje es negociar un alto el fuego y mostrar a Ankara que EE.UU. "está molesto" con su ofensiva en el norte de Siria.

La ofensiva turca, que comenzó el pasado 9 de octubre, se dirige contra las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo (YPG), aliadas de Washington en la lucha contra el grupo extremista Estado Islámico (EI), aunque Turquía las considera terroristas.

Las fuerzas kurdosirias mantienen cautivos a miles de prisioneros del EI en Siria y han tenido que reducir el número de efectivos que vigilan esas cárceles para hacer frente a la ofensiva turca.

De momento, EE.UU. no ha detectado ninguna "gran" fuga de prisioneros y solo ha contabilizado la huida de entre 50 y 150 familiares de los radicales que estaban recluidos en campos, detalló el funcionario.

Esa fuente aseguró que si Ankara no accede a un alto el fuego, EE.UU. continuará presionando con sanciones, como las que ya impuso este lunes a tres ministros turcos.

"El plan -explicó el funcionario- es continuar presionando a Turquía mientras evaluamos nuestras posibilidades de restablecer la relación a una situación normal, un elemento importante en ese retorno a la normalidad sería un alto el fuego".

"Por alto el fuego, quiero decir que las fuerzas militares sobre el terreno deben dejar de moverse, las fuerzas turcas y las Fuerzas de Siria Democrática (FSD)", enfatizó la fuente, en referencia a la alianza armada dentro de la que actúan las YPG.

Trump ya reclamó este lunes a Erdogan la declaración de un alto el fuego durante una conversación telefónica.

El lunes, en otra llamada, el mandatario también transmitió su objetivo al comandante de las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), Mazlum Abdi, detalló el citado funcionario.

La situación sobre el terreno ha cambiado considerablemente en las últimas horas: las fuerzas leales al Gobierno sirio de Bachar al Asad, respaldadas internacionalmente por Rusia, han ocupado gran parte del terreno en el norte de Siria, mientras que la coalición internacional, encabezada por EE.UU., ha confirmado su retirada.

En concreto, el ejército sirio ha tomado el control de buena parte de la ciudad de Manbech, que estaba bajo control de los kurdos y de las fuerzas estadounidenses.

Además, efectivos de la policía militar rusa están patrullando la frontera del noroeste del distrito de Manbech, que separa a las fuerzas sirias de las turcas, informó el Ministerio de Defensa ruso.

Esa cesión en el control de Manbech fue una operación coordinada entre EE.UU. y Rusia a través de un canal de comunicación abierto para que ambos países intercambien información sobre sus operaciones militares sobre el terreno, detalló ese alto funcionario.

Esa fuente aseguró que la presencia militar rusa es pequeña y no supera el centenar de efectivos.

"No hace falta más que unos pocos rusos y una gran bandera rusa para llamar la atención", consideró.

La ONU estima que 160.000 personas se han visto forzadas a dejar sus casas por el conflicto, una cifra que las autoridades turcas elevan a 257.000, de ellos 70.000 niños.