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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Obama califica de "desastre caótico" la respuesta de Trump al coronavirus

Obama califica de "desastre caótico" la respuesta de Trump al coronavirus

El expresidente de EEU. Barack Obama ha calificado de "desastre caótico" la respuesta de su sucesor, Donald Trump, a la pandemia del coronavirus, en lo que suponen las críticas más duras a la actual Administración del exmandatario, que suele mantenerse en segundo plano.

Las declaraciones de Obama (2009-2017) fueron reportadas el viernes por la noche por el portal de noticias Yahoo y el sábado la cadena CNN se hizo eco de la noticia, al mismo tiempo que dijo haber confirmado los comentarios del expresidente con tres antiguos funcionarios que trabajaron en su Gobierno.
En una conversación privada con algunos de los empleados de su antigua Casa Blanca, Obama consideró que la pandemia desafortunadamente sirve para recordar lo importante que es tener un gobierno competente durante momentos de crisis y tildó de "egoísta" el liderazgo actual, sin llegar a mencionar a Trump.

"Habría sido algo malo incluso con el mejor de los Gobiernos. Ha sido un absoluto desastre caótico por esa mentalidad de qué puedo sacar yo de esto y al demonio con el resto de las personas", manifestó Obama, de acuerdo al audio de la llamada al que accedieron Yahoo y CNN.

Esa conversación, de unos 30 minutos, tenía como objetivo animar a antiguos empleados de la Administración Obama a participar en la campaña presidencial para las elecciones de noviembre de Joe Biden, quien fuera vicepresidente con Obama y cuyo mensaje apenas ha ganado cobertura mediática en medio de la crisis del coronavirus.

En respuesta, la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, restó importancia a los comentarios de Obama y, en un comunicado, se limitó a asegurar que la respuesta de Trump a la pandemia "no tiene precedentes" y ha servido para "salvar vidas estadounidenses".

ALTOS CARGOS TIENEN QUE AISLARSE

Mientras tanto, la Casa Blanca siguió intentando minimizar que el COVID-19 haya llegado al círculo del presidente con la confirmación de dos casos positivos en la Casa Blanca en menos de 24 horas.

El viernes, se confirmó el contagio de la portavoz de prensa del vicepresidente estadounidense, Mike Pence; mientras que el jueves dio positivo un asistente personal de Trump.

Como medida de precaución ante esos nuevos casos, tendrán que estar en aislamiento dos de los funcionarios más implicados en la respuesta al coronavirus: Robert Redfield, director de gubernamentales Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés), y Stephen Hahn, que dirige la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés).

Ni los CDC ni la FDA especificaron con qué funcionarios infectados Redfield y Hahn estuvieron en contacto e insistieron en que, de momento, ambos han dado negativo en coronavirus.

Los contagios han provocado un mayor escrutinio a las medidas de seguridad en el círculo de Trump, quien no ha llevado nunca una mascarilla en público y en muchos actos ha ignorado las distancias de seguridad que los expertos recomiendan mantener para evitar infecciones.

EL VIRUS GOLPEA A LOS MÁS DÉBILES

Entretanto, el virus continúa golpeando a los más débiles: al menos 26.500 personas han muerto en las residencias de ancianos de EEUU y, este mismo sábado, se confirmó la muerte de otros dos menores en el estado de Nueva York por complicaciones relacionadas con el virus, lo que aumenta a tres el número de menores fallecidos en esa región.

Hasta el momento, se han registrado73 casos de niños con síntomas similares en Nueva York, y se está estudiando si el fallecimiento de otros menores con anterioridad pudiera estar vinculado con la pandemia.

En una rueda de prensa este sábado, el gobernador Andrew Cuomo, calificó estos casos de "poco comunes", y subrayó que se están detectando evidencias de que la COVID-19 está causando "enfermedades graves" en niños con síntomas similares a la enfermedad de Kawasaki y a un síndrome parecido a un "shock tóxico".

El estado de Nueva York sigue manteniéndose como el epicentro de la pandemia en el país con 330.000 contagios y 26.000 decesos. Solo en la ciudad de Nueva York han muerto más de 19.000 personas.

Mientras, Estados Unidos sigue siendo la nación más afectada del mundo por el virus en términos absolutos y ya supera los 1,2 millones de casos confirmados, con unos 77.000 fallecidos, según el recuento extraoficial de la Universidad Johns Hopkins.

Un tercio de las muertes por COVID-19 registradas en Estados Unidos se han producido en geriátricos, según informa el diario New York Times (NYT), que lleva a cabo su propio recuento de víctimas.

ADULTOS MAYORES

En su edición de este sábado, el periódico asegura que 25.600 personas entre residentes y trabajadores en centros dedicados a las personas mayores han perdido la vida desde el brote de la pandemia del nuevo coronavirus en EEUU, donde según The New York Times han fallecido 78.113 personas.
Asimismo, la publicación asegura que más de 143.000 personas han sido contagiadas en unos 7.500 centros en todo el territorio nacional.
El rotativo asegura que por la "ausencia de datos completos en algunos estados y del Gobierno federal" ha elaborado su propia base de datos en centros de atención de larga estancia a personas de la tercera edad.

El NYT también llama la atención sobre el hecho de que en una docena de estados, el número de residentes y trabajadores que han perecido en estas instalaciones supone más del doble del total de víctimas mortales.
Es el caso de Massachusetts, Pensilvania, Colorado, Viginia, Carolina del Norte, Rhode Island, Kentucky, Delaware, Kansas, Oregón, West Virginia y Vermont.
En West Virginia, por ejemplo, el periódico indica que el número de personas fallecidas en geriátricos representa el 81 por ciento de muertes en total, dentro de dicho estado.
Según los datos de la universidad Johns Hopkins, Estados Unidos, el país más afectado del mundo por el virus, supera ya los 1,3 millones de casos confirmados, con unos 78.000 fallecidos.
El estado de Nueva York se mantiene como el gran epicentro de la pandemia, con 330.000 contagios y 26.000 decesos. Se estima que solo en la ciudad de Nueva York han muerto más de 19.000 personas.