El jueves 18 de febrero de 2021 marcó la fecha en que el sofisticado rover Perseverance, de una tonelada, amartizó en el planeta rojo. Camila Velasco, la única ingeniera espacial boliviana (nació en La Paz) que plasmó su nombre y apellido en el equipo que formó parte de la elaboración del histórico proyecto para analizar si hubo vida pasada en Marte, es el claro ejemplo de que la perseverancia y la dedicación unidas pueden ser aplastantes. 

“Si a uno le gusta lo que hace, se logra", decía la becada en Francia, de 29 años, cuando en 2018 presentaba los detalles del robot que fue enviado para cumplir una misión de exploración en el planeta rojo.

Su participación en el desarrollo del prototipo mereció, de inmediato, las felicitaciones de la Embajada de Francia, que celebró la hazaña, a la voz de “¡Es un orgullo boliviano! Exalumna del Colegio Franco y exbecaria del Gobierno francés, esta joven representa a la ciencia boliviana en una de los equipos más especializados del mundo en el ámbito de la conquista espacial. Camila presentó en la Paz su trabajo sobre rover, el robot concebido para el proyecto Mars 2020 por el Centro Nacional Francés de estudios espaciales (CNES), y la National Aeronautics and Space Administration (NASA)”.

Si bien inicialmente se estimó que sería la única latina que hiciera parte del grupo humano que contribuyó con su trabajo en la elaboración y/o programa de vuelo del explorador, no fue así. La colombiana Diana Trujillo, de 40 años, también graduada como ingeniera aeroespacial, representa, como la paceña, un reflejo de que la voluntad supera los obstáculos. Tras haber llegado a Estados Unidos con 300 dólares en el bolsillo y de haber costeado los estudios limpiando casas, esta latina consiguió su cometido y es ahora una de las cuatro encargadas de la dirección del vuelo de Marte 2020, es decir, guió al Perseverance.

“Tú tienes en el corazón lo que quieres hacer. El problema es que, a veces, uno escucha las opiniones de otras personas”, indicó, en entrevista con la BBC.

Con las primeras imágenes del planeta rojo ya recepcionadas por la NASA, la misión marcha óptimamente. Una de las primeras reacciones fue la satisfacción entre los expertos, que entienden que este es el comienzo de la posibilidad de enviar naves tripuladas a Marte, situado a 470 millones de kilómetros de la Tierra.

El interés por completar con bien este viaje, que contó con “siete minutos de terror” en los que el rover salió airoso, apunta a tomar información sobre el pasado de ese planeta, considerando que hace 3.500 millones de años exhibía similares características que la Tierra, con océanos, agua y temperatura por encima de los cero grados. Conocer qué sucedió en ese clima ahora gélido permitirá que los científicos estimen el devenir de la esfera terrestre.

“OÍDO Y GUSTO”

El Perseverance es el quinto robot que manda la NASA para recorrer la superficie marciana. Es el explorador más complejo técnicamente diseñado por el numeroso equipo de ingenieros que fabricó el modelo. Una de las cualidades del robot es que cuenta con  dos sentidos curiosos: el oído y “gusto”. El primero es factible gracias a unos micrófonos incorporados. Sobre el segundo, la colombiana Trujillo explicó: “Hay un instrumento que pueden pensarlo, incluso, como el gusto, porque una vez que taladramos la roca, Perseverance puede encapsular especímenes en tubos y luego los guarda dentro del robot. Es casi como si se los estuviera poniendo dentro de su estómago”.