Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 10:44

RETORNO DE LOS CONNACIONALES DESDE EUROPA

Historia de un repatriado de Francia; volvió para quedarse

El retorno de Mauricio Coca implicó ser retenido en una frontera, el encierro de siete días en un hotel y su sorpresa por medidas "extremas" en Bolivia frente a la COVID-19.
 
Historia de un repatriado de Francia; volvió para quedarse

Un avión que fue enviado de Europa a Bolivia para repatriar españoles fue aprovechado por bolivianos para repatriarse por sí mismos al país. Entre ellos, Mauricio Coca, quien luego de unos tres años de trabajar como ingeniero de procesos en una compañía petrolera en Francia, decidió volver para quedarse.

Aquel vuelo no fue propiciado por el Gobierno; aunque las autoridades coadyuvaron desde las embajadas. El viaje había sido gestionado por padres de familia de estudiantes.

En medio de la pandemia por el coronavirus, COVID-19, hubo decisiones de un día para otro y una travesía que implicó retenciones en una frontera, el encierro de una semana en una habitación de hotel y la sorpresa por las medidas “extremas” en Bolivia.

Había decidido volver, pero no en estas fechas. La crisis sanitaria le impulsó. “Sentía cierta necesidad, sobre todo, de bienestar emocional, de estar con mi familia. Tocaba venirme”.

Se contactó con el Consulado de Bolivia en París y le enviaron formularios. Un requisito necesario era la prueba de COVID-19. Dio negativo en el test y encaminó los trámites.

Le enviaron más formularios; sumó 30 hojas. El viaje estaba en puerta. Un bus partió el lunes 4 de mayo de Paris a Madrid (España). El vuelo hasta Santa Cruz en Bolivia (399 euros - 439 dólares) fue el 5 de mayo. Reservó hotel para siete días de cuarentena.

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 Aeropuerto de Barajas vacío, en Madrid, el 5 de mayo.


RETENIDOS El bus partió a la una de la tarde, para un viaje de 14 horas hasta Madrid. Pero, a las 10 de la noche, los más de 30 compatriotas fueron retenidos en la frontera Francia - España. No había llegado un permiso hasta la guardia fronteriza. Algunos llamaron incluso a la Cancillería en Bolivia para resolverlo.

“Había miedo de perder el vuelo. Fue el momento más estresante”.

Era el único vuelo para volver. Entre los bolivianos había turistas, deportistas, estudiantes y un grupo de asistentes de la Alianza Francesa. Finalmente, al cambio de guardia, y con los papeles en regla, pasaron.

En el aeropuerto de Barajas esperaron, desde las 6 hasta las 10 de la mañana, porque el Embajador debía validar los documentos.

El control no demoró, porque eran los únicos que salían de zona europea.

El avión salió a la una. Las medidas de seguridad fueron el uso de barbijos y distancia entre pasajeros, dejando asientos vacíos. Las aeromozas solo tenían barbijos. “No eran exigentes, era como un vuelo normal”.

LISTAS Al llegar al aeropuerto de Viru Viru en Santa Cruz, cerca de las siete de la noche, les esperaban con una lista que no incluyó a todos, sino solo a 30 personas, y ellos eran 144. Mauricio no estaba en la lista. Además, debían bajar de tres en tres. Por eso, el descenso demoró  una hora.

Había cansancio, hambre, sed y calor insoportable.

Volvieron a llenar formularios para presentarlos al personal del Servicio Departamental de Salud (SEDES) y Migración. A Mauricio le llamó la atención que les fumigaran tantas veces, además de la ropa de bioseguridad del personal. “Parecían disfrazados”.

Antes, varios migrantes que volvieron al país fueron apuntados como responsables de contagio del coronavirus. Este grupo tenía las pruebas necesarias.

MILITAR Y POLICIAL La salida del aeropuerto a los buses se hizo con un cordón militar. El traslado al hotel fue en caravana y con escolta policial. También semanas antes, hubo reacciones agresivas de ciudadanos que estigmatizaban a quienes llegaban de afuera.

En el hotel bajaron de cinco en cinco. “Yo estaba en el tercer bus y tuve que esperar media hora (…). Nos volvieron a fumigar, la Policía era bastante estricta. Imagino que también amerita disciplina”.

En la recepción del hotel, el personal tenía indumentaria que le protegía por completo. Les entregaron las llaves en un sobre. Las maletas llegaron dos horas después, como a la una de la mañana.

AISLAMIENTO Estuvo en encierro total durante una semana en la habitación. Nadie podía salir ni a los pasillos. Les dejaban la comida en una mesa afuera de cada cuarto. La estadía demandó un costo de 210 dólares, que incluía los alimentos, pero no otras necesidades, como el agua. Mauricio compraba cada día unas cuatro botellas de medio litro, cada una a ocho bolivianos (más de un dólar).

En su confinamiento creó su propia rutina. Despertaba de madrugada, veía series, desayunaba, ordenaba su cuarto, hacía ejercicios, almorzaba, hacía llamadas a su familia, novia y amigos, cenaba y dormía.

ÚLTIMO VUELO La llegada de estos compatriotas coincidió con el inicio de vuelos solidarios, y pudieron tomar uno a Cochabamba, por 234 bolivianos (como 33 dólares).

Necesitaba la autorización del SEDES para viajar a Cochabamba. Pero, esos días coincidieron con la cuarentena del personal, cuando se confirmaron casos de COVID-19 entre las autoridades cruceñas. Luego de hacer contactos, consiguieron que les hagan las revisiones en el hotel.

Pudieron viajar. Este vuelo interno, en comparación con el que vino de Europa, tenía la máxima seguridad. Mauricio también adquirió un traje que le cubre todo el cuerpo. En los aeromozos, totalmente cubiertos, se podía apenas distinguir los ojos. Situaron a una persona cada tres asientos. “Cruzar el continente no fue como venir de Santa Cruz a Cochabamba. No podías hacer nada, tenías que quedarte en tu asiento. No había refrigerio, ni un jugo, no hubo nada”.

Este boliviano, que volvió para quedarse, percibió “cierta paranoia”. Dijo que en Europa la gente comienza a asumir que “hay que vivir con esto” y se acostumbra a nuevos hábitos.

Pese a las condiciones, él pudo volver. Todavía hay gente en Europa que se organiza con las embajadas para realizar repatriaciones en vuelos solidarios.

Desde Madrid

El 5 de mayo, 144 connacionales volvieron de Europa como repatriándose a sí mismos en un avión que luego recogió a españoles de Bolivia.

2 de mayo: un accidente aéreo

El pasado, 2 de mayo hubo en Bolivia un accidente aéreo en una nave de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB). Todos los ocupantes murieron, entre ellos cuatro personas (tres mujeres y un hombre) que viajaban desde Trinidad hasta Santa Cruz, para ser repatriados a España en un vuelo fletado por el Gobierno español, precisamente en el avión que llegó al Bolivia con los connacionales.

Grupos de WhatsApp

Entre los bolivianos que retornaron de Europa, los grupos de WhatsApp proliferaron. Mauricio estaba en el grupo de la delegación de Francia, la de Cochabamba, la de pedidos para una farmacia, otra para trajes de bioseguridad y los viajeros que buscaban un vuelo que los lleve a Cochabamba, porque cuando llegaron no tenían certeza de cuándo podrían ir hasta sus ciudades.

Solo el barbijo

Entre otros aspectos, Mauricio Coca describió que en Francia el uso obligatorio del barbijo es solo en el transporte público, y que ni siquiera se exige en supermercados.

Donación y regalo

Mauricio, quien se quedará en Bolivia, dejó la mitad de sus cosas en Francia, su ropa y zapatos para donación a personas que lo necesiten. Sus libros fueron reglados a una de sus compañeras.