La ministra del Interior de Chile, Izkia Siches, llamó al diálogo este lunes a los camioneros que bloquearon parcialmente una ruta en las afueras de la capital por la inseguridad en la "macrozona sur", escenario de un conflicto entre comunidades mapuche, el Estado y las forestales que explotan los bosques.

"Como esto termina afectando a los que menos tienen, hacemos una nueva invitación y reiteramos: las puertas de La Moneda están abiertas", señaló desde el palacio presidencial la jefa de Interior tras concluir el comité político de inicios de semana.

"Podemos dialogar y conversar en las distintas materias que se requieren en seguridad y en otras demandas que están sobre la mesa, pero debe imperar el diálogo", agregó la secretaria de Estado.

La movilización parcial de transportistas se da luego de una serie de ataques en la zona sur, donde la semana pasada un conductor recibió un disparo en la cabeza y se han registrado hechos de violencia en distintos puntos de las regiones del Biobío y La Araucanía, más de 700 kilómetros al sur de Santiago.

La protesta, en respuesta a una convocatoria anónima en redes sociales, se repitió no obstante en las regiones de Chuquicamata (norte) y Arica, en la frontera con el Perú.

Además de mayor seguridad en la ruta, fuentes de los camioneros explicaron a Efe que también exigen una regulación a la baja del precio de los combustibles, alza desde hace meses por la crisis económica y la influencia de la invasión rusa de Ucrania.

SEGUNDA PARALIZACIÓN DEL GREMIO

Los camioneros, un colectivo de gran poder e influencia política en Chile desde tiempos de la dictadura, cuando se abandonó el transporte ferroviario, protagonizaron una masiva movilización en febrero pasado previo a la investidura del nuevo presidente, Gabriel Boric, en protesta por la inmigración e inseguridad en la frontera norte.

Entonces, los transportistas atribuyeron a los cientos de migrantes que entran desde hace más de un año de formar irregular a través del altiplano boliviano y los caminos de Perú el incremento de la inseguridad ciudadana en las calles de Arica e Iquique, que lograron bloquear durante un largo y violento fin de semana.

Para mañana, según informó la Organización Chilena de Conductores y Pequeños Dueños de Camiones, convocaron un paro a nivel nacional desde la madrugada con las mismas reivindicaciones y en busca de “respuestas concretas y no papeles con tinta”, dijo a la prensa local el presidente de este gremio, Gabriel Castillo.

La movilización del transporte en Chile tiene un impacto grande y directo en su economía, ya que no hay alternativas al tránsito terrestre, lastrado por la falta de interés en el desarrollo de una amplia red ferroviaria en tiempos de la dictadura.