Mientras el Gobierno de Cuba intenta “regresar” a su cotidianeidad, habiendo cedido algunas concesiones como la eliminación temporal de los aranceles a los alimentos, fármacos y artículos de limpieza que sus ciudadanos ingresen desde el exterior, la tensión no se desvanece.

Luego de una semana marcada por el estallido social de cubanos que salieron a las calles para exponer su descontento ante la situación económica, el presidente  Miguel Díaz-Canel se encuentra en vigilia.

Las protestas del domingo y lunes pasados fueron históricas en un país que no se movilizaba con esas dimensiones desde el Maleconazo del 5 de agosto de 1994, cuando La Habana fue el epicentro de una convulsión que tuvo al ya fallecido Fidel Castro en el centro. El líder comunista presidía el gobierno y tuvo que salir a calmar las aguas mediante una aparición en la televisión para comunicar que toda persona que quisiera emigrar, podría hacerlo sin trabas.

El Maleconazo es recordado porque se trató de la manifestación más sonora desde la Revolución Cubana. Este último fue el hito histórico en el que los rebeldes de izquierda, liderados por Castro, consiguieron derrocar la dictadura de Fulgencio Batista, en 1959.

Así las cosas, el Maleconazo fue la primera expresión popular en contra del comunismo. De acuerdo con los registros, este evento inició en la Avenida del Puerto y adoptó ese nombre porque los cubanos se fueron adhiriendo en el camino, a lo largo del Malecón.

Respecto a la comparación entre ese hecho y el de la semana anterior, el director asociado del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de Florida, Sebastián Arcos, entiende que las distancias son muy marcadas. "En los años 90 fue una explosión puntual en La Habana, empujada por la idea de escape del país. Lo del domingo (…) es el principio del fin del régimen cubano".

Las protestas recientes terminaron con la muerte del ciudadano Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años. Díaz-Canel argumenta que la convulsión responde a una trama de manipulación de Estados Unidos, país que “asfixió económicamente” a la isla con el embargo comercial que incluye sanciones mediante las que se restringe la compra y venta de productos desde y hacia Cuba.

La comunidad internacional se polarizó. En Bolivia, el presidente Luis Arce denunció que existe un “ataque extranjero” y acciones desestabilizadoras para resquebrajar el gobierno. El mandatario mexicano Manuel López Obrador pidió el fin del bloqueo y aseveró que existe una “manipulación de los medios”.

Joe Biden, dignatario estadounidense, refirió que el “comunismo es un sistema fallido” y adelantó que analizará si existen vías para que se pueda restaurar el servicio de internet para los cubanos.

El “Patria o muerte”, que caracterizó a Fidel Castro, tiene su respuesta en el actual “Patria y vida” que los cantantes Yotuel Romero, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky han instalado como canción en las protestas. Los cubanos que se expresaron en las calles no solo de La Habana sino también de países como Estados Unidos o España entonaron el tema y llevaron carteles con esa frase.

En Bolivia, organizaciones sociales llevaron adelante un “wiphalazo” en apoyo a la Revolución cubana. Con los rostros pintados con los colores de las banderas bolivianas y cubanas, y munidos de tambores, los movilizados salieron en defensa del orden institucional en la isla y pidieron que cese el bloqueo. Hicieron un plantón en las puertas de la Embajada de Estados Unidos.

Cuba, pese a haber desarrollado dos vacunas contra el virus, ha marcado el jueves un récord de bajas. Hubo 67 muertos y 6.479 casos positivos.