El colectivo LGTB+ reivindica sus derechos con marchas en calles y celebraciones en línea
En varios países del mundo, grupos de personas salieron a las calles, aunque en menor cantidad de años anteriores.
La pandemia de coronavirus ha obligado al colectivo LGTB+ a cancelar
las marchas y fiestas del Orgullo, pero no a aparcar sus
reivindicaciones de igualdad que este año ha defendido en internet y
en alguna que otra pequeña manifestación.
Internet ha sido el lugar donde se ha celebrado este fin de semana la
Global Pride 2020 con un concierto desde casa en el que han
participado artistas como Elton John, el "Can't Cancel Pride" (no
pueden cancelar el orgullo) en el que actuaron, entre otros, Ricky
Martiny y Katy Perry, o el "Orgullo Dentro" que ofrece charlas y otras
actividades hasta el 5 de julio.
Uno de los eventos virtuales más simbólicos se retransmitió desde la
puerta del icónico bar Stonewall, donde el 28 de junio de 1969 se
produjeron los violentos enfrentamientos entre la clientela gay y la
policía que dieron paso al movimiento en favor de los derechos de los
homosexuales.
Hoy se cumplían 50 años de la primera manifestación por los derechos
de los homosexuales, pero la pandemia ha impedido la celebración
multitudinaria en Nueva York y las protestas antirracistas de las
últimas semanas le han dado al acontecimiento un carácter más serio.
El acto se celebró bajo el lema: "Cada vida negra trans perdida
cuenta”.
Más tarde, centenares de personas salieron a las calles para
participar en una marcha alternativa “por las vidas negras queer y
trans”. Los organizadores reclaman el carácter de protesta que tenía
el Desfile del Orgullo en sus inicios, frente a la fiesta patrocinada
por grandes empresas en la que afirman que se ha convertido.
Algo muy parecido ha ocurrido en Londres donde, a pesar de que el
desfile principal, previsto para hoy, se ha suspendido, un grupo de
personas se congregó en una manifestación que enlazó las
reivindicaciones del colectivo gay con el de las recientes protestas
contra el racismos, y marcharon bajo el lema: "Las vidas de los trans
negros importan".
Otra marcha, también con medidas de seguridad para evitar el contagio,
fue protagonizada por un puñado de veteranos del Frente de Liberación
Gay en el Reino Unido, que conmemoraron el 50 aniversario de la
pionera asociación formada en 1969 en Nueva York y que dio inicio al
movimiento de liberación homosexual.
En Barcelona también se ha recordado una manifestación histórica, la
primera que tuvo lugar en España para reivindicar los derechos de los
homosexuales. Cientos de personas recorrieron el sábado el centro de
Barcelona para conmemorar esa primera manifestación celebrada hace 44
años, meses después de la muerte del dictador Francisco Franco.
Por lo demás, los actos del orgullo en España están circunscritos a
internet y el tema central de los foros y debates son las mujeres
lesbianas, trans y bisexuales en el activismo LGTB+, con el lema
"2020, mujeres LTB: sororidad y feminismo".
Se desarrollarán talleres de educación en diversidad, salud sexual o
visibilización LGTB+ en América Latina. Igualmente se recordará a
quienes sufren los daños psicosociales más graves de la epidemia y del
confinamiento, como la soledad.
La fiesta callejera se ha trasladado a muchos balcones que estos días
lucen la bandera arcoiris.
El Ayuntamiento de Barcelona colgó hoy un pendón con los colores del
arcoiris, pero el de Madrid no lo hizo, después de que el Tribunal
Supremo sentenciara recientemente que no pueden usarse banderas no
oficiales las fachadas de los edificio públicos.
En Moscú también pendían banderas arcoiris de dos edificios oficiales,
pero no del Gobierno ruso, sino de las Embajadas de Estados Unidos y
el Reino Unido que así han actuado en solidaridad con un colectivo que
no goza de libertades en ese país.
"Hoy en la Embajada izamos la bandera LGTB+ en apoyo al colectivo, sus
derechos y sus libertades", informó la misión diplomática a través de
un mensaje en su cuenta de Telegram.
Aunque la homosexualidad dejó de ser un delito en Rusia en 1993, en el
país está vigente una ley contra la propaganda homosexual, incluidas
las marchas de orgullo gay.
En Polonia, país de la Unión Europea, se vive una situación de
intolerancia institucional parecida a la Rusia y actualmente agudizada
por la campaña para las elecciones presidenciales que se celebran hoy.
El aspirante de derechas y actual presidente, Andrzej Duda, copó
titulares de toda Europa al afirmar en un acto de campaña que el
"adoctrinamiento" LGTB+ es "peor que el comunismo", apoyando a un
compañero de partido que había manifestado que "LGTB+ no son personas,
es una ideología".
Desde entonces, según denuncia la activista Ola Kaczorek, se ha
producido un incremento de las agresiones físicas contra personas
LGTBI.
"Este Gobierno ya ha actuado contra los refugiados, los
discapacitados, los judíos, los maestros en huelga, los defensores del
medio ambiente o los jueces. Ahora, ha enfocado sus ataques en la
comunidad LGTB+", remacha.
La violencia contra las personas de LGTBI es también lo que inspira
las manifestaciones de este año en Ecuador tras el asesinato a
principios de mes del miembro del colectivo Javier Viteri, de 22 años,
que sufrió 89 puñaladas por parte de su agresor en Arenillas, en la
provincia austral de El Oro.
Pero también en Israel ha habido manifestaciones concurridas, si bien
mucho menos que otros años, que han congregado a miles de personas en
Tel Aviv, Jerusalén, Haifa y Beer Sheva.
Como todos los años, en la ciudad santa de Jerusalén hubo
contramanifestaciones de activistas religiosos y ultraderechistas,
algunos de los cuales fueron incluso arrestados por la policía antes
de llegar al evento.
En los días previos a la celebración de hoy, hubo también polémica
porque la Embajada de Estados Unidos colocó una bandera arcoiris que
fue quitada por inspectores municipales y luego colgada de nuevo.
Ayer por la noche, un grupo de activistas de derecha protestó frente a
la residencia del alcalde, Moshé León, contra el apoyo de la
municipalidad para con el evento.
El evento de Tel Aviv se llevó a cabo en una atmósfera completamente
distinta y en un clima más bien festivo, aunque no se pareció en
absoluto al desfile anual que suele convocar a más de 100.000 personas
que inundan las calles para festejar disfrazadas. "Me parece bien que
el evento del orgullo sea más serio en lugar de que sea solo fiesta y
diversión", explicó a EFE Amit Alexander Lev, activista LGBT, desde la
marcha de Tel Aviv.