La conmoción es absoluta. La cifra de muertos tras el impactante terremoto con magnitud 7.8 en Turquía y Siria, que inicialmente se aproximaba a las 1.000 bajas, ascendió a las 1.600 la mañana de este lunes. 

Y lo peor es que las autoridades de ambas naciones temen lo previsible: que los números del desastre sigan creciendo. Además, se conoce que hay más de 6.500 personas heridas. 

El sismo comenzó a sentirse en horas de la madrugada, en el sureste turco y el norte sirio, de acuerdo con reportes de El País de España.

Turquía grafica la parte más crítica de la tragedia: 1.014 fallecidos y 5.383 heridos, además de 2.824 edificios que se desplomaron. El mandatario de ese país, Recep Tayyip Erdogan, anticipó que todo apunta a que el panorama se complique conforme pasen las horas.

En Siria, por su parte, se contabilizaron más de 370 decesos y casi 1.090 ciudadanos con lesiones "en zonas controladas por el Gobierno", en consonancia con el medio europeo de habla hispana.

Además, existen 221 muertos y 419 heridos en la zona del noroeste, que se encuentra bajo el control de los rebeldes.

El colapso de los edificios es otro elemento que vuelve más crítica la situación. Se habla de más de 3.000 edificaciones venidas abajo.

La Autoridad de Gestión de Desastres y Emergencias del país (AFAD) apuntó que el terremoto comenzó a las 04:17 de la madrugada, con su epicentro en el distrito de Pazarcik. Inmediatamente le siguió un sismo de grado 6.4 que impactó por completo al sureste de la provincia de Gaziantep. Un tercer terremoto, con magnitud 6.5, golpeó, implacable, a Gaziantep, según datos brindados por la Agencia Anadolu.

"El primer terremoto se sintió en otras provincias del sureste, incluida Diyarbakir, y en países vecinos, incluidos Líbano y Siria", señala una nota de prensa de dicha agencia.

Producto del desastre natural, se activaron equipos de rescate a las zonas azotadas.

El ministro del Interior, Suleyman Soylu, indicó que seis sismos con magnitudes que superan los 6 grados sacudieron a su país hoy lunes.