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  • Diario Digital | martes, 19 de marzo de 2024
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La caza de rinocerontes aumentó un 50 % en el primer semestre en Sudáfrica

La caza de rinocerontes aumentó un 50 % en el primer semestre en Sudáfrica. EFE
La caza de rinocerontes aumentó un 50 % en el primer semestre en Sudáfrica. EFE
La caza de rinocerontes aumentó un 50 % en el primer semestre en Sudáfrica

La caza furtiva de rinocerontes aumentó un 50 % en la primera mitad de 2021 en Sudáfrica, el país que alberga la mayor colonia de estos animales del mundo, después de un 2020 en el que el número de ejemplares asesinados había bajado mucho a consecuencia de las restricciones de la pandemia de covid-19.

Según informó este sábado el Ministerio de Bosques, Pesca y Medioambiente sudafricano en un comunicado, desde enero hasta el final de junio de este año, 249 rinocerontes fueron víctimas de la caza furtiva en la nación austral.

"Aunque este número es mayor que el número de rinocerontes asesinados por sus cuernos en el mismo periodo del año pasado, 166, es menos que los 318 rinocerontes a los que se dio caza en los primeros seis meses de 2019", precisa la cartera del Gobierno de Cyril Ramaphosa.

Como es habitual, la mayor parte de estas nuevas muertes (132) tuvieron lugar en el parque nacional Kruger (noreste), una de las mayores reservas naturales de África y hogar de la mayor parte de la población sudafricana de rinocerontes.

Sudáfrica difundió estas cifras oficiales con motivo del Día Mundial de los Guardabosques, junto a un mensaje de agradecimiento a los encargados de cuidar la naturaleza sudafricana incluso a riesgo de sus vidas.

"Nos encontramos en una posición en la que los esfuerzos para combatir los crímenes medioambientales, como la caza furtiva de rinocerontes, están influenciados hasta cierto punto por las circunstancias extraordinarias que rodean la lucha contra la pandemia de covid-19", admite en el comunicado la ministra de Medioambiente sudafricana, Barbara Creecy.

PESE A HABER MÁS MUERTES, SUDÁFRICA CREE QUE SUS PLANES FUNCIONAN

Las cifras al alza de la primera mitad de este año suceden a un 2020 en el que la caza furtiva de estos grandes mamíferos en peligro se había visto reducida de manera notable (-33 %).

Pero este logro se había obtenido en buena parte debido a las circunstancias especiales impuestas por la pandemia, en especial las limitaciones de movimiento tanto dentro del país como a nivel internacional por la epidemia de COVID-19. Sudáfrica, de hecho, mantuvo cerradas sus fronteras desde finales de marzo de 2020 hasta el siguiente octubre.

Con la reapertura del país, ya a finales del año pasado se había visto un incremento de las muertes respecto a la primera mitad de 2020.

Por tanto, a pesar de las relativas malas noticias en lo que va de año, la ministra Creecy consideró que la estrategia multidisciplinar aplicada por el Gobierno sudafricano y el "trabajo" de los actores implicados sigue siendo un "éxito", ya que se ha logrado revertir la tendencia de peligrosos máximos que había alcanzado la caza de rinocerontes en la década precedente a 2018.

Concretamente, las alarmas empezaron a sonar en 2008 -en 2007 solo habían muerto 13 rinocerontes- y poco después, en 2014, se alcanzaron las cifras más preocupantes, con 1.215 ejemplares cazados.

Esa tendencia ponía en serio peligro la supervivencia de la especie a medio plazo.

Los furtivos buscan los cuernos de los rinocerontes, que se venden sobre todo en los mercados asiáticos, donde se les atribuyen propiedades curativas y afrodisíacas.

En el mercado negro, el cuerno alcanza valores de entre 60.000 y 80.000 dólares por kilo.

En Sudáfrica se estima que viven unos 20.000 ejemplares, lo que supone de lejos la mayor colonia de estos animales en el mundo.