Bernie Sanders se hizo con el premio más preciado del Supermartes electoral: California. El voto joven y el voto latino fueron clave en la victoria del senador por Vermont en el estado más poblado del país, el que más delegados repartía de la noche, 415, y donde Sanders se impuso con suficiencia sobre su más directo rival, el ex vicepresidente Joe Biden. 

Sanders hizo buenos los pronósticos desde el principio en California, una victoria muy trabajada durante meses, con mitines políticos de norte a sur del estado. Sabía lo mucho que estaba en juego. "El candidato que gane en California tiene muchas posibilidades de ganar la nominación", señaló en su último acto de campaña, el pasado domingo en un abarrotado Centro de Convenciones de Los Angeles.

Para el político de 78 años la victoria en California tiene una relevancia que va más allá del número de delegados obtenidos. Significa sacarse la espina de la derrota de hace cuatro años, cuando no pudo con Hillary Clinton en este mismo estado. Esa derrota confirmó la nominación de la ex Secretaria de Estado hacia la Casa Blanca.

Sin embargo, el cambio de fechas de junio a marzo para que el Estado Dorado tuviera una mayor relevancia en el proceso ha hecho posible el milagro para Sanders, que no solo ha ganado con contundencia a nivel global sino que ha logrado cifras de escándalo entre la huestes juveniles. Según encuestas a pie de urna, el 72% de los jóvenes latinos le dieron su apoyo frente al 5% para Biden. De lograr la nominación, mucho tendrá que cambiar el ex vicepresidente para seducir a esa base de votantes de cara a las elecciones generales.

En cualquier caso, quedan claras las reivindicaciones del electorado en el estado más rico del país: sanidad gratuita universal, educación asequible de calidad y acceso a vivienda a precios razonables, entre otras cosas. De lo contrario, continuará el éxodo hacia estados como Arizona, Texas y Colorado, donde llegar a fin de mes cuesta menos.

La victoria de Sanders fue el colofón a una noche especialmente movida en muchas partes de California. En Los Angeles, las colas de votantes fueron más largas de lo habitual. Algunos se mantuvieron firmes tratando de ejercer su derecho incluso después de las 8 de la noche, la hora de cierre de los colegios electorales, molestos con la lentitud del proceso. Al final, a Sanders no le han hecho falta esos votos de más.