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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Nataly lucha por la inclusión de latinos y trabaja para el condado de Virginia

Se mudó a Estados Unidos en 1998 y comenzó en una juguetería. Coordina conciertos virtuales y alista el show de Proyección.

 

Nataly lucha por la inclusión de latinos y trabaja para el condado de Virginia

Cuando la paceña Nataly Moutino, de 35 años, llegó a Virginia, Estados Unidos, en 1998, lo hizo junto a su madre Matilde y su hermano Daniel. Tenía apenas 15 y la necesidad de generar dinero, de ayudar a su mamá; y la curiosidad prematura de conocer, de una vez por todas, la sensación de saberse responsable, aun cuando la edad intentaba ser un obstáculo.

Las leyes del país del norte no permitían que Nataly pudiera trabajar, de modo que tramitó un permiso especial para poder llevar a cabo su plan. Lo logró. Su primer empleo, aquel que la boliviana recuerda bien, se dio en una juguetería. Allí adquirió experiencia en cuanto a ventas y la relación con el público. “Valoro muchísimo el trabajo porque siempre luché por lo que quise. Desde muy joven tuve clara la imagen”, explica la mujer, que se concentra en dicho recuerdo y actualmente se desempeña como responsable de las operaciones y contrataciones en el departamento de recursos humanos correspondiente a las Escuelas Públicas del Condado de Fairfax (Fairfax County Public Schools). Es la única boliviana dentro de dicha institución.

Se graduó en Relaciones Internacionales en 2010. Demoró más de lo deseado por lógicas razones: compaginar el trabajo con los estudios no era cosa sencilla para la paceña, que celebra la conquista, a la voz de: “Lo logré”.

Gracias al cargo que ocupa, Nataly lucha por la reivindicación de la enseñanza pública y por la visibilización de la población latinoamericana, que abunda en el territorio estadounidense, sobre todo en Virginia. Sabe que la problemática es grande. “Lo que tratamos de hacer es reclutar y atraer más talentos que puedan reflejar a los estudiantes de este condado, donde existen muchas escuelas y la comunidad de latinos representa un porcentaje muy alto. Uno de los retos que tenemos en las escuelas públicas es trabajar en su representación”, dice. Solo en su oficina, el staff se aproxima a los 50 integrantes. Ella es la única boliviana y una de las cinco personas latinoamericanas del grupo. “Somos el décimo condado de escuelas públicas más grandes de Estados Unidos, tenemos más de 250 mil estudiantes y más de 25 mil empleados. Llevo 14 años allí”, completa, con orgullo.

Siempre la caracterizó aquel aire emprendedor. Siempre fue para adelante. No se dejó intimidar en el camino. Fue así que, en el transcurso, también colaboró como reportera en la revista Eventos Vip Pass, donde tuvo la oportunidad de resaltar las actividades de la comunidad hispanohablante. “Me gradué de la universidad y estuve visitando muchos seminarios de mujeres y latinos que radican en Estados Unidos. Coincidí con el presidente de Eventos Vip Pass. Me invitó a formar parte de esa revista y les colaboré con los reportajes. Cubríamos distintos eventos del área, no solo de bolivianos. Acá viven muchos salvadoreños y hondureños, por ejemplo. También cubrí el carnaval cruceño, le hice un reportaje a Jennifer Salinas  y a otras personalidades”.

Dentro ya del ambiente artístico, notó que el trato para con los cantantes y agrupaciones de Bolivia no era el adecuado. Ello la motivó a ir por más y envolverse en la industria. Fue entonces cuando empezó a formar parte de la organización de giras de los Kjarkas, Ángela Leiva, Ch’ila Jatun y Diego Ríos, entre otros afamados.

Desatada la pandemia, las circunstancias y las condiciones del juego variaron. Mudar al plano virtual y llevar la magia de los espectáculos a la pantalla de la computadora o el celular fueron las constantes. Ahora, Nataly está detrás de los conciertos virtuales. De hecho, se encuentra dándole forma al show que presentará el grupo Proyección en octubre. “Es mundial. Presentará su repertorio el 10 de octubre ya que celebra 36 años”.

Le divierte lo que hace. “Me encanta. Es complicado y es bastante el tiempo que debes dedicarle porque no solamente estás organizando un show virtual, sino que te encargas de medios, de la producción y de la comunicación. Obviamente, el cliente ve el resultado final, pero todo el desarrollo de un concierto toma meses. A mí me gusta mucho, también me agrada seguir conociendo más gente. Formas relacionas que conservas”.

Es madre de una niña de 3 años que pronto cumplirá 4. Si bien se enfoca en el aspecto laboral, no olvida que su hija es su prioridad, su cable a tierra. “La producción de los conciertos requiere dedicación, pero mi responsabilidad número uno es mi nena”, describe la boliviana, que visitó San Pedro, su tierra natal, hace dos años. “Se extraña mucho la comida y visitar a la familia. Nos gustaría regresar y compartir más tiempo allá con la familia, recordando nuestra infancia”. 

Tuvo paciencia. Trabajó en una juguetería, luego vendió anteojos de sol y ahora lucha por la enseñanza pública. Y va por más.