Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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SOLO EN COCHABAMBA, EXISTEN ALREDEDOR DE CINCUENTA PAREJAS CASADAS, VEINTE QUE ESTÁN CONVIVIENDO Y UNOS CINCO EN PROCESO DE ENAMORAMIENTO.

Familias boliviano brasileñas, entre sueños y decepciones

Familias boliviano brasileñas, entre sueños y decepciones



Los matrimonios, las convivencias y los enamoramientos entre bolivianos y brasileños en Cochabamba son el resultado de una expresión intercultural que data hace más de dos décadas, tomando en cuenta que el flujo migratorio de los cariocas hacia el país fueron particularmente para estudiar medicina en universidades privadas del departamento.

OPINIÓN conversó con cuatro parejas boliviano brasileñas, en distintas etapas de su relacionamiento, para entender cómo han logrado conformar y mantener una relación entre dos culturas diferentes en todo sentido: religiosa, lenguaje, vestimenta, símbolos y visiones de vida en comunidad.

La mayoría de los entrevistados solicitó que no se utilice sus nombres reales.

Rafael Pérez, cochabambino de 28 años, se casó con María de Souza, originaria de Porto Alegre de la misma edad, después de haber concluido sus estudios de medicina el año 2012 en una universidad privada.

El valluno asegura que durante la etapa de enamoramiento, que duró un año, la relación era muy buena. Ya de casados, las cosas cambiaron mucho al extremo de llegar, incluso, a pedir el divorcio por un tema de costumbres y valores culturales.

“Se complicó un poco nuestro matrimonio cuando empezamos a vivir juntos. A mí, por ejemplo, me gustaba mucho visitar a mi familia, pero ella prefería quedarse en casa y preparar alguna cosa”, cuenta el médico cochabambino, quien hoy tiene tiene un hijo con De Souza.

Adriana F., de Recife (Brasil), tiene 30 años y se casó con Juan M., de 35, oriundo de La Paz, expresa que jamás pensó quedarse a vivir en Cochabamba.

“Solo vine a estudiar medicina, pero el amor -a veces- es así. Conocí a mi esposo (Juan) e inmediatamente hicimos los papeles para casarnos”, manifiesta la madre de dos hijos (uno de tres y otro de uno).

Adriana no ejerce la odontología, pero aún tiene planes de terminar su carrera cuando sus hijos crezcan un poco más.

“Una de las cosas que me gustó mucho de mi esposo es que siempre me llevaba a la Virgen de Urkupiña, en Quillacollo. Eso, para mí es nuevo porque allá (Brasil) no hay este tipo de creencias”, explica la carioca.

Por su parte, el paceño Juan simplemente aseguró que agradece mucho a Dios por tener a Adriana como su esposa. “Solo quisiera tener un hijito más”, sonríe muy feliz.

Renato T., un joven de 23 años y originario de Campina Grande (Río de Janeiro), ha decidido simplemente convivir (tantanaku en quechua) con Roxana C., una punateña que estudia odontología en la UMSS.

El brasileño, que estudia medicina en una universidad privada de la llajta, comenta que conoció a su pareja cochabambina en un restaurant de El Prado. “Estaba con sus amigas y la invité a que se junten con nuestra mesa. Recuerdo que ese día comimos eso que ustedes llaman pique”, dice.

Roxana cae en una risa incontrolable. “Ese día me dijo que solo comió pique por mi”.

Por ahora, ambos simplemente quieren terminar sus carreras, pero continuar viviendo juntos “hasta que el tiempo y el destino así lo decidan”, sentencia Renato.

“Lo que pasa es que como no tenemos, todavía, hijos, las cosas son mucho más llevaderas. A veces, salgo con mis amigas y él se reúne con sus compatriotas. Eso nos da mayor libertad y confianza”, aclara la cochabambina, quien confiesa que el día que tenga un hijo con el brasileño “será un sueño hecho realidad”.

Antonia P., de Bahía (Brasil) y Oscar M., de la zona norte de la ciudad valluna, se conocieron en diciembre de 2015 y ambos se encuentran estudiando medicina. La primera tiene 21 años y el segundo 22.

Para la flamante pareja brasileña-boliviana, aún es muy poco tiempo para pensar en algo serio como concubinarse o finalmente el matrimonio.

“No, el matrimonio es en lo último que estamos pensando”, explica la bahíeña, que dejó todo en Brasil para buscar una oportunidad de estudio en Cochabamba. “Allá es muy difícil ingresar a la universidad pública. Por eso, tuve que venirme”.

“Ella ya conoce a mi familia. Les cae bien porque es una persona muy alegre y siempre está con buen humor”, cuenta Oscar.

“Tengo miedo que ella quiera volver a su país cuando terminemos la carrera. Bueno, espero que no sea así”, confiesa.Estadísticas

Región noreste

La región noreste de Brasil, que tiene más de 30 milllones de habitantes, es el lugar de donde llegan en mayor cantidad a Bolivia.

6 mil estudiantes

Según datos otorgados por la Sociedad Científica de Medicina de Cochabamba, existen cerca de 6 mil estudiantes de ese país que actualmente viven en el departamento y buscan una profesión.

Calcula que cada fin de año llegan a Cochabamba entre 1.000 y 1.500 estudiantes de diferentes ciudades de Brasil con el objetivo de ingresar a una de las universidades privadas. Incluso, decenas logran ingresar a la Universidad Mayor de San Simón.

El 90 por ciento de los estudiantes brasileños llega para estudiar medicina, un pequeño porcentaje se forma en odontología y algunos en psicología.

En Cochabamba, las universidades privadas que cuentan con estudiantes brasileños son la Universidad Privada Abierta Latinoamericana, la Universidad Privada del Valle y la Universidad Franz Tamayo.

Estadísticas

Región noreste

La región noreste de Brasil, que tiene más de 30 milllones de habitantes, es el lugar de donde llegan en mayor cantidad a Bolivia.

6 mil estudiantes

Según datos otorgados por la Sociedad Científica de Medicina de Cochabamba, existen cerca de 6 mil estudiantes de ese país que actualmente viven en el departamento y buscan una profesión.

Calcula que cada fin de año llegan a Cochabamba entre 1.000 y 1.500 estudiantes de diferentes ciudades de Brasil con el objetivo de ingresar a una de las universidades privadas. Incluso, decenas logran ingresar a la Universidad Mayor de San Simón.

El 90 por ciento de los estudiantes brasileños llega para estudiar medicina, un pequeño porcentaje se forma en odontología y algunos en psicología.

En Cochabamba, las universidades privadas que cuentan con estudiantes brasileños son la Universidad Privada Abierta Latinoamericana, la Universidad Privada del Valle y la Universidad Franz Tamayo.

La llajta es ideal para la familia

La brasileña Fernanda da Silva Rodríguez, de 30 años y originaria de Porto Fortaleza, Ceará, asegura que en Cochabamba ha encontrado el lugar ideal para hacer una familia. Mejor si es con un boliviano, comenta sonriente la estudiante desde hace tres años y medio de la carrera de Enfermería en la Universidad Católica Boliviana.

Para Rodríguez, contar con una familia boliviana-brasileña y quedarse a vivir en la llajta es un objetivo a mediano plazo. “Quiero terminar mi carrera y después pensar en una bonita familia”.

Fernanda llegó a Cochabamba hace tres años como misionera de la Iglesia de la Asamblea de Dios, con la idea de tener contacto con otra cultura, su lenguaje y el servicio a Dios.

“Además de tener mi familia en Cochabamba, existe mayor seguridad que en mi país. Otra razón para hacer mi familia aqui”, asegura.

“Todos los días comíamos frijoles y cuando preparaba algo boliviano no le gustaba”

Cuando dos personas, un varón brasileño y una mujer boliviana, deciden unir sus vidas mediante la convivencia diaria, uno de los problemas frecuentes es la falta de tolerancia en las costumbres y tradiciones de una y otra cultura.

Para Ana Callejas, quillacolleña de 28 años, una de las causas del rompimiento de su relación de casi tres años con José Ferreira (30 años), originario de la ciudad de Natal capital de Río Grande del Norte de Brasil, fue el no haberse comprendido en el tipo de comidas que preparaban y se servían diariamente.

“Lamentablemente no funcionó mi relación por varios factores. Uno de ellos fue porque no podía comer más frijoles todos los días. Cuando preparaba un plato cochabambino, el pique por ejemplo, a él no le gustaba”, cuenta la valluna que hoy está separada y está estudiando Enfermería en la Facultad Elizabeth Seton de la Universidad Católica Boliviana de Cochabamba.

Callejas cuenta que su pareja tiene otras costumbres y otros gustos por la comida y la ropa. A ellos les encanta la música, la cerveza y las parrilladas.

“A pesar de no coincidir con él, Ferreira era muy hogareño, le gustaba pasar mucho tiempo en familia. Quería tener hijos, pero yo siempre le dije que quería estudiar”, comenta la cochabambina.

Pese a su conducta hogareña, Ferreira era posesivo e inseguro. “Otro de los motivos del por qué no funcionó mi relación era porque él era muy posesivo, celoso e inseguro”, acota Callejas.

La valluna agradece mucho su separación porque él no quería que estudie. “Él solo salió bachiller. Tal vez por eso”, dijo.

Estudiantes dejan 90 millones de dólares en Cochabamba

De acuerdo con un estudio de la Cámara de Comercio Cochabamba (2015), en la llajta estudian alrededor de 9.000 personas de otros países, que dejan al año un monto de 90 millones de dólares.

Sin embargo, debido a la falta de políticas educativas para mejorar el proceso de admisión y titulación de los estudiantes, la deserción llega a un 10 por ciento .

La Cadeco dice que alrededor de unos 900 estudiantes podrían dejar de venir para optar por otros países donde existen ofertas educativas académicamente más accesibles, como Paraguay, por citar un ejemplo.

La investigación realizada asegura que cada estudiante que llega de otro país genera un ingreso de hasta 10.000 dólares al año debido a gastos de educación universitaria, alimentación, alquiler de vivienda, transporte e insumos, entre otros.

La mayoría de los universitarios que llegan a Cochabamba se vuelcan a carreras relacionadas a la salud. En un 56 por ciento prefieren medicina y en un 38 por ciento odontología. El porcentaje restante tiene que ver con carreras como ingeniería comercial, psicología y bioquímica.

Para la modalidad de titulación, el examen de grado es el de mayor uso, sumado al año de provincia. En el primer caso, se evalúan los conocimientos que adquirió el estudiante durante la carrera por un tribunal conformado por un representante del Colegio Médico, un docente de la carrera, el rector de la universidad y un representante de la Universidad Mayor de San Simon.

Según la Asociación Nacional de Universidades Privadas (ANUP), en Bolivia hay aproximadamente unos 140 mil estudiantes registrados en 1.183 carreras de pregrado que se ofertan en las 41 universidades privadas del país.

Autoridades departamentales y nacionales prevén que Cochabamba se convierta en la ciudad del conocimiento.