En torno a 8.5 millones de habitantes de España, de los que 1.7 millones son inmigrantes, se encuentran en situación de exclusión social, según un informe de una fundación vinculada a la ONG católica Cáritas, divulgado este miércoles.


En el caso de 4.1 millones de personas, esa exclusión es severa, y entre ellas se encuentran los "expulsados" de la sociedad, que hoy son 1.8 millones de ciudadanos, el triple que los 600.000 que lo estaban antes de que comenzara la profunda crisis económica de 2008, señala el VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España.


La cifra de 8.5 millones en exclusión supone el 18.4 por ciento de la población total del país, y 1.2 millones más que antes de la crisis, añade el documento.


Además, dos millones de personas, un 4 por ciento de la población de España, viven con la incertidumbre y el temor a quedarse sin vivienda.


La vivienda volvió a convertirse en el principal desencadenante de la exclusión. Lo fue antes de la crisis que se desató en 2008, cuando el desempleo le arrebató el protagonismo, pero ahora recupera su puesto como principal problema.


Así, el alquiler se ha encarecido un 30 por ciento en dos años; el 11 por ciento de la población se queda bajo el umbral de la pobreza una vez ha sufragado los gastos derivados de la vivienda y el 4 por ciento , dos millones de personas que viven en 800.000 hogares, lo hacen con la incertidumbre de quedarse sin un techo.


El secretario técnico de Foessa, Raúl Flores, explicó en la presentación del informe que la tasa de exclusión se sitúa ya muy cerca del 16 por ciento , que era la que había antes de crisis, durante la cual se superó incluso el 25 por ciento .


Pero ello no significa que "hayamos vuelto a la casilla de salida porque las condiciones de vida son peores que hace diez años", ya que "se han producido heridas que no se han curado", lamentó.


Las mujeres son las principales afectadas por la exclusión: necesitan trabajar 1.5 horas más al día para ganar lo mismo que un hombre -dos si son inmigrantes- y se ven más obligadas a tener que reducir los gastos de suministro de la casa cuando son ellas las que sustentan el hogar.


Las familias con niños y los jóvenes son los más expuestos a ella; de esta forma, el 33 por ciento de las familias numerosas y el 28 por ciento de las monoparentales están en exclusión y uno de cada cinco hogares con niños también.


Además, esto tiene incidencias negativas en la salud. Por ejemplo, el 8.8 por ciento de la población ha tenido que dejar de comprar medicamentos y el 15 por ciento no puede acceder a un tratamiento bucodental por falta de dinero.