Pascuala Serrano impulsa una tradición de 53 años del chicharron y fricasé paceño, tradición heredada de su madre que lleva el nombre de “Las rieles”. Su presencia en Cochabamba, desde hace cuatro años, nace de un verdadero reto. “Vine a conquistar al paladar cochabambino, que es difícil, porque estamos en la capital gastronómica de Bolivia”, afirma. 

Reconoce que es difícil complacer el paladar de khochala. “El cochabambino es muy exigente si se trata de comida”. Sin embargo el apoyo de sus paisanos, y los medios de comunicación le permitieron ser uno de los restaurantes más concurridos por los querendones del sazón ch’ukuta.

Apoyada en su emprendimiento, cualidad también heredada a sus hijos, su crecimiento se ve reflejado en las tres sucursales que administra en La Paz, otra en Cochabamba y la última en Santa Cruz. “Ahora estoy trabajando para abrir un restaurante en Inglaterra”, afirma. Aunque recibió muchas propuestas en otros países, ella prefiere siempre Bolivia, para generar empleo para los bolivianos. “Si estoy abriendo allá es porque mi hija vive en Londres”, aclara.