Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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EL CAPITÁN DE LA SELECCIÓN URUGUAYA, OBDULIO VARELA, DIJO QUE LE GANARON A UN INTIMIDANTE BRASIL QUE TUVO 200.000 ESPECTADORES A SU FAVOR

Uruguay logra lo imposible en Brasil 1950

Uruguay logra lo imposible en Brasil 1950





La alegría de los jugadores uruguayos tras ganar la Copa del Mundo frente a Brasil se mezcló con el sentimiento de haber alcanzado un objetivo que para ellos nunca fue imposible, por eso todas las expresiones de los campeones estuvieron cargadas de felicidad.

El entrenador Juan López afirmó: "Nuestro equipo ha vuelto a ser superior al brasileño y ha conquistado el trofeo limpiamente. Nadie debe extrañarse del resultado si, serenamente, piensa en los numerosos tiros de nuestra delantera que se han estrellado en los postes".

En tanto, el capitán Obdulio Varela expresó que "es difícil ganar a un equipo cuando le apoyan cerca de 200.000 entusiastas. Nuestra victoria tiene doble mérito por esta razón. Por líneas y en conjunto hemos sido superiores a los brasileños. No hemos tenido mucha fortuna. En otro caso hoy hubiera habido goleada, pese a la torcida", dijo.

Quien se sumó a la satisfacción por el final del campeonato fue el presidente de la FIFA, Jules Rimet, quien aseguró que indudablemente ganó el mejor. “Muy satisfecho por los resultados de este torneo, en el que no hubo ni un incidente grave. Y el agradecimiento de la FIFA a los directivos y público brasileños por el entusiasmo que han puesto en la organización del Campeonato", expresó.

Tras el encuentro, el ambiente en el vestuario visitante era electrizante. En el momento de reunirse al regreso del terreno de juego, los jugadores uruguayos entonaron su himno.

El inolvidable MARACANAZO la canarinha sufre la derrota más dolorosa de su historia

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RÍO DE JANEIRO/AGENCIAS

La decepción causada entre los aficionados al fútbol en el Brasil tras la derrota de la Selección local frente a Uruguay en el último partido de la Copa del Mundo fue de proporciones no imaginables.

Se registraron escenas que revelan el arraigado convencimiento en el alma brasileña de que el equipo carioca sería campeón del mundo. La certeza en este sentido dominaba en todos y el triunfo merecido de Uruguay, nadie trató de discutirlo, tal como informó el diario La Vanguardia de esa época.

Hasta altas horas de la noche, miles y miles de espectadores que asistieron a la derrota de los colores del Brasil deambularon cabizbajos por las calles de la capital. Muchos de ellos estaban sentados en determinados lugares, como frente al Teatro Municipal y ante el Estadio de Maracaná, llorando desconsoladamente. Algunos de ellos tiraban las serpentinas y los sacos de papel picado al agua. Eran los elementos con que pensaban festejar la victoria, esperada desde hace largos años.

En esa gran masa de aficionados el sentimiento era el mismo. Una amargura profunda y la severa crítica para los jugadores brasileños, que no supieron enfrentar a los uruguayos y que descuidaron el marcaje cuando ganaban por un gol de ventaja.

Esa derrota brasileña provocó repercusiones en los cuadros dirigentes del fútbol nacional carioca. De hecho, la torcida realizó llamadas a la dirigencia de la Confederación Brasileña de Deportes, a cuyo respecto circularon rumores vinculados a la venta de entradas irregular, por cierto muy poco lisonjeras y que tienen mucha gravedad. Incluso llegó a circular una noticia de que uno de los directivos estuvo detenido.

Inmediatamente después del final del partido, emisoras de radio comenzaron a transmitir sin interrupción música de baile, sin aludir al resultado del encuentro.

Finalmente, médicos del Estadio comunicaron que asistieron a 169 personas con ataques de histerismo y otros trastornos.