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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Italia logra su cuarto título tras superar a Francia en 2006

Italia logra su cuarto título tras superar a Francia en 2006



Berlín

Italia se coronó campeón del Mundial Alemania 2006 por cuarta ocasión al vencer 5-3 a Francia en definición de penales.

El tiempo regular y el alargue terminaron igualados 1-1, con un gol de penal de Zinedine Zidane, a los seis minutos, y el empate de Marco Materazzi, a los 19.

Fabrio Grosso encajó el último penal y desató la celebración Azzurri.

La despedida de Zidane se vio opacada por su expulsión a los 110 minutos por pegarle un cabezazo en el pecho a Materazzi. Fue el último partido de Zizou.

Con un hombre menos y a esta altura del partido, a Francia no le quedó otra que irse para atrás a tambor batiente y a la espera de los penales.

Y como Italia tampoco hizo gran cosa, la gran final se dirimió por esa vía y con Francia dando la ventaja de no tener en la cancha a Zidane, su gran especialista.

El futbolista francés Zinedine Zidane lamentó la agresión al italiano Marco Materazzi, pero añadió que no se arrepintió del gesto, que fue una reacción a palabras muy duras contra su hermana y su madre.

En declaraciones a la cadena francesa Canal+ Zidane evitó explicar de modo concreto qué le había dicho Materazzi para hacerle reaccionar de ese modo, aunque apuntó que se trataba de un insulto con "palabras muy duras". Y añadió que "es necesario sancionar al culpable", en alusión a Materazzi.

En este Mundial se confirmó el mal momento de la selección de Argentina, a la cabeza de Lionel Messi, ya que su equipo resultó eliminado en los cuartos de final y el talentoso jugador nada pudo hacer por evitarlo.

Sin poder domar su ansiedad y mezclado entre los suplentes, Messi se levantó a cada rato con su rostro juvenil adusto, durante el partido que Argentina perdió 4-2 en los penales (1-1) ante Alemania.

A contrapelo de la afirmación conservadora observada en el Mundial de Alemania, en América del Sur soplaban vientos políticos de cambio profundo.

En ese clima, un episodio que ilustró los alcances de la novedad fue la asunción, en enero de 2006, de Evo Morales, un indígena aymara y líder sindical cocalero, como presidente de Bolivia.