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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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LA SELECCIÓN CANARINHA FIRMÓ SU SEGUNDO TÍTULO MUNDIALISTA EN CHILE 1962. EL GRAN AUSENTE FUE EL ÍCONO BRASILEÑO, QUE SE LESIONÓ

Brasil festeja sin el brillo de Pelé

Brasil festeja sin el brillo de Pelé



El Mundial de Chile de 1962 fue una cita desabrida en la que el fútbol brilló por su ausencia. Edson Arantes do Nascimento (más conocido como Pelé), el joven maravilla impulsado al firmamento deportivo cuatro años antes, se lesionó enseguida y vivió la mayor parte del torneo como un espectador, sin poder hacer mayor alarde del talento que lo caracterizaba.

Pese al gran vacío de la gran figura del conjunto canarinha, el pueblo brasileño salió, de manera colectiva, a las calles de ese país desbordando la alegría por haber conseguido el segundo título mundialista tras derrotar por la cuenta de 3-1 a la selección de Checoslovaquia en suelo chileno.

Pelé fue reemplazado por Amarildo, pero el que se comió el Mundial fue el genial e indescifrable Garrincha, otro emblema de la plasticidad de Brasil. La selección iba en camino de afirmar el predominio internacional que, luego de algunos años, iba a consolidarse por completo.

Los brasileños dieron su segunda vuelta olímpica. No obstante, aquella competencia no suele evocarse por el brillo del campeón sino por la aspereza de los partidos.

El fútbol estaba dando un giro violento en detrimento de la producción de goles, pero la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) tardaría un buen tiempo en encaminar el reglamento y reforzar el celo de los arbitrajes para no matar a la gallina más fecunda de los negocios globales.

Aunque mucho más conservadora que las autoridades del fútbol, la Iglesia Católica sí detectó la necesidad de un cambio que la integrara mejor a un mundo dinámico.

Cabe señalar que por esas fechas, por iniciativa del papa Juan XXIII, en 1962 comenzó el Concilio Ecuménico Vaticano II, que modernizaría radicalmente a la Iglesia, dándole un perfil más flexible. El detalle contextual sitúa el momento en el que tuvo lugar la Copa del Mundo de la década.

LA ALEGRÍA DE LOS CAMPEONES. Los jugadores y el cuerpo técnico de Brasil se mostraron muy felices tras la victoria en la final disputada en el Estadio Nacional de Santiago de Chile.

“He visto realizado otro de los grandes sueños de mi vida: retirarme del fútbol tras haber conseguido dos veces el título mundial. Ahora colgaré las botas, pero seguiré jugando cuando quiera, simplemente por el placer de hacerlo”, afirmó Nilton Santos.

“El tercer tanto del Brasil fue un fallo del guardameta checoslovaco, que estaba molesto por el sol. Schroif se quedó mirando al zaguero que venía en su ayuda, vi la oportunidad y con toda tranquilidad culminé la jugada en tanto”, declaró el goleador Vavá.

“Schroif no creyó que pudiera convertir mi jugada en gol. Se quedó bajo los palos”, señaló Amarildo.

UNA ESTRELLA. Media hora antes de iniciarse el partido final, el público guardaba la esperanza de que Pelé fuera titular. Sin embargo, el ídolo estaba en la tribuna firmando autógrafos.

inglaterra 1966

LOS INVENTORES DEL FÚTBOL explotaN  de júbilo con su  primer título

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DIARIO ESPAÑOL LA VANGUARDIA

Tras vencer por 4-2 a la Selección de Alemania, Inglaterra consiguió su primer título mundialista. Los campeones británicos no demoraron en dar muestras de la algarabía general y explotó la alegría tras el título en Wembley. Así relató el diario español La Vanguardia los festejos en el vestuario local.

Íbamos recorriendo el vestuario inglés. Gritos jubilosos, abrazos, algunos jugadores se desataban las botas, otros descansaban sentados en los bancos, incapaces de dar un paso. La mezcla de voces, gritos y euforia era indescriptible. Como solamente puede serlo la alegría de un título mundial.

Por su parte, Bobby Charlton, una de las grandes figuras del equipo, exclamó: “Siempre había soñado con esto. Hace tiempo pensaba que me habría de retirar sin tener la máxima alegría de un futbolista que es ser campeón del mundo, pero felizmente no ha sido así”.

Su hermano Jackie expresaba los mismos sentimientos de Bobby. “Maravilloso, nadie puede saber lo que se siente en un momento así. Además, este torneo ha traído para mí dos alegrías: la de ser campeón del mundo y la próxima venida de un hijo de un momento a otro. Quizás mañana mismo. Estoy orgulloso”.

Greaves, aún lesionado, repartía abrazos y felicitaciones a sus compañeros, mientras Ball, el extremo británico que ha trabajado como un verdadero león durante los 120 minutos de juego, era centro de entrevistas, preguntas y abrazos. Era una verdadera efervescencia futbolística. No solo había ingleses, sino periodistas de otras nacionalidades, informadores y allegados al fútbol de todos los países.

LA CRÓNICA A continuación, un fragmento de la crónica del cotejo final relatado por el periódico inglés The Guardian:

El partido se terminó y el honor que había escapado a Inglaterra por tanto tiempo por fin fue ganado. Pronto los jugadores, que habían olvidado el cansancio extremo que los aquejaba apenas minutos antes, se abrazaban y reían y lloraban con Alf Ramsey y los suplentes, que deberán pasar su vida con el recuerdo agridulce de haber vivido la gloria desde el lado equivocado de la línea de cal. El cielo había estado nublado toda la tarde, pero ahora las nubes se dividían y el sol brillaba por fin en el estadio.