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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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Gabriela, regular en notas, coqueta y ambiciosa en la vida

Gabriela, regular en notas, coqueta y ambiciosa en la vida

Esta es la historia de una niña rebelde que sus compañeros recuerdan desde colegio con frases como: "Quiero ser famosa y tener mucho dinero". Años después, el tiempo pareció darle la razón porque Gabriela Geraldine Zapata Montaño fue en la época de colegio no solo soñadora, sino una rebelde con notas regulares en sus libretas de calificaciones. Dejó de estudiar entre 2003  y 2004 sin haber salido aún bachiller y retornó dos años después para concluir sus estudios, pero a otro establecimiento educativo conocido por recibir personas con problemas de conducta, aplazos y expulsiones.
Contar esto no tendría sentido si no se supiera que parte de los problemas ya los tenía en su seno familiar, gobernado por el coronel de Policía (ahora en la reserva), Grover Francisco Zapata Andia

El año 2005 es importante en la vida de Gabriela por dos motivos: Conoció al presidente Evo Morales y reveló su deseo de poder y  dinero a uno de sus compañeros de curso.
Hoy muchos hablan de ella. Otros prefieren callar. Algunos la recuerdan como coqueta pues le gustaba verse en el espejo. Los canales de televisión pasan imágenes y noticias diarias de esta mujer de quien se descubre cada día algo nuevo. Los periódicos y los titulares de primera plana exhiben nuevas historias. Mucha tinta ya ha corrido en los medios impresos.
En una última carta enviada al Ministro de Gobierno, Gabriela confirma lo que ya sus compañeritos de colegio pensaban de ella.
Le dijo al Ministro que confió desde la adolescencia en adultos, con terribles resultados  y que siempre se aprovecharon de ella

“Me dejé encandilar por posibilidades y ambiciones”, había suscrito en esta última misiva.
EL “PROFE” TITO
Tito Peredo, un hombre entrado en años y de trato amable que ahora goza de su jubilación como maestro, guarda tiernos recuerdos de Gabriela como una niña dulce, con ojitos que le brillaban de alegría y picardía. Este maestro guarda especial estima por el coronel Zapata a quien lo tuvo muchos años como su alumno en el colegio San Rafael, donde fue su director por 15 años

 Desde su salita de estar, en su casa rodeada de plantas y un silencio sinónimo de tranquilidad que solo es interrumpido por el insistente ladrido de su perro “chapi”, el “profe” Tito escarba en su memoria para decir que ella aprobó varias materias “raspando”. Tuvo dificultades con matemáticas, ciencias naturales y filosofía. Su libreta escolar, teñida con varios “rojos”, evidencia que estas asignaturas las pasó con redesquites o exámenes de segunda instancia. El inglés también lo aprobó con notas regulares aunque en su “historia creada” se menciona que domina cuatro idiomas, lo que le habría servido, años después, para llegar a ser gerente de una empresa que tiene y jugosos contratos con el gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia

A los 16 años, el carácter de Gabriela ya daba señales de lo que podía ser capaz. Le llegó la edad crítica. Se fue de su hogar porque no le gustaba el orden que imponía el coronel de la casa: su padre.
Abandonó su morada intempestivamente, incluso con discusiones fuertes y agresiones verbales a sus progenitores. Este pasaje lo reconoció, tímidamente, un allegado, apesadumbrado al revelar intimidades familiares. “Cuento esto porque queremos entender lo que pasó con Gabriela”.  
MESADILLA
Parte crucial de la historia familiar de los Zapata Montaño se desarrolla en Mesadilla, un barrio de la zona Norte de Cochabamba hasta entonces tranquilo. Cruzando dos calles, según los registros y mapas de la ciudad, se encontraba el Centro Educativo Integral Villa de Oropeza (CEIVO), el colegio donde estudiaron Gabriela y su hermana mayor Paola Neyva

Este CEIVO cobijó por dos años a Gabriela Geraldine quien cursó primero y segundo medio, antes de abandonar su hogar. Los recuerdos de dulzura del profesor Tito provienen de ese establecimiento que terminó sus días el 2010, cerrando sus puertas tras una aguda crisis económica y la imposibilidad de incrementar las pensiones según disposiciones gubernamentales de ese año

Quienes conocían de antes a los Zapata los recuerdan en esa zona, donde viven desde hace 25 años. Ahora el padre tiene otras tres propiedades más

La tranquilidad de ese pedacito de Mesadilla se rompió a los pocos días que se destapó públicamente la relación entre el presidente Evo Morales y Gabriela Zapata. El barrio nunca más volvió a ser el mismo. Hay temor y desconfianza en los vecinos porque había gente encubierta por los alrededores, autos extraños patrullando y otros que se paraban en la puerta de la propiedad Zapata. Pues se creía que el "niño de oro" (Ernesto Fidel Morales Zapata), supuesto hijo de la relación entre ambos, se encontraba con sus abuelos maternos en esa morada. Por eso, fuerzas de Inteligencia del Gobierno, la habrían allanado buscando al menor o alguna prueba de vida

Hace pocos días, un señor que circulaba por Mesadilla no dio oportunidad a ningún tipo de preguntas de periodistas que buscaban la casa de Grover Zapata. "Yo no sé nada, no vivo en la zona", había dicho tajante este vecino. Se pasó de largo y sin dar vuelta la mirada.
Por ello, no parecerá raro afirmar que la familia y el barrio ya no son los mismos. Los Zapata quedaron más divididos y dolidos que nunca.
MEDIA HERMANA
Estos cambios se profundizaron en la juventud de los hijos del coronel Zapata cuando se enteraron de la existencia de otra hija de su padre fuera del matrimonio. Los datos señalan que María René Zapata Alvarez había nacido en octubre de 1998, dos años después de Gabriela. De ella se supo más tarde cuando defendió su tesis de Ingeniería Comercial el mes pasado y hace unas semanas el juez le dio la patria potestad de otra hija que tiene Gabriela Zapata con Hugo Carvajal, vástago de un connotado mirista  del mismo nombre en la época en que el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) era gobierno en la década de los 90

Esta media hermana, a quien el resto de la familia Zapata no la conocía en persona, había hecho buena amistad con Gabriela.
Ahora vive en la mansión que tomó en anticrético su media hermana de la familia del extinto y ex hombre fuerte de Alianza Democrática Nacionalista (ADN), Guillermo Fortún.