La muerte y su sombra cambian la rutina laboral de bolivianos en Italia
"He llegado a pensar que iba a ir (muerta) en esos grandes camiones".
En semanas pasadas, en países de Europa, como Italia, los cadáveres de personas víctimas del coronavirus, COVID-19, se llevaban por decenas en camiones militares. Miriam Orihuela, residente boliviana en Italia, sintió temor. Aunque no confirmó si tuvo coronavirus, tenía todos los síntomas, sintió que podía morir de lo mal que llegó a sentirse.
La muerte en Italia sembró miedo. Además de quienes se contagiaron del virus, hay compatriotas que se quedaron sin trabajo, porque los ancianos a los que cuidaban murieron.
Orihuela llegó a Italia el 10 de julio de 2004. Durante cuatro años vivió en la clandestinidad. En 2008 se benefició de una ley y obtuvo sus documentos. Desde entonces hace su vida en el país europeo que, ahora, es uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus.
Además de hacer trabajo periodístico, ella trabaja en una casa de reposo de ancianos, donde atienden a personas de la tercera edad. Retorno hace unos días a sus funciones que por la crisis sanitaria fueron suspendidas.
La enfermedad de la COVID-19 rondó su mente y su cuerpo. Describió que llegó a sentirse tan mal que pensó que iba a morir. "Pensar que te ibas a ir en esos grandes camiones, había miedo".
Miriam pudo hacerse la prueba de coronavirus, y dio negativo, recién dos meses después de haber comenzado con síntomas que ella asegura que eran de COVID-19. Estuvo mal de los pulmones y sentía dolores en el pecho. Dijo que en las noches sentía que el oxígeno no le llegaba a las manos. Trataba de dormir de día para no despertar con falta de aire en las noches. Tenía miedo y estaba afectada psicológicamente. "Era tan triste, doloroso, verte que estas mal. Leías información que decía que morías de los pulmones o de ataques al corazón".
También temía ir directamente a un hospital, porque pensaba que si no tenía la enfermedad podría infectarse en el centro médico.
Cuando se sintió peor, llamó por teléfono pidiendo ayuda médica, pero "todavía hablaba y respiraba"; eso le dijeron argumentando que no podían ir por ella, porque había gente que estaba peor y, además, no había espacio. "A veces pensaba que lo mío era hasta psicológico", dijo.
Pero, sintió desesperación, le dolían los pulmones. Un día, tomó fuerza y fue caminando, agitada, hasta un centro hospitalario. Le diagnosticaron pulmonía bilateral, le dieron un tratamiento y fue sanando. Semanas después, el 4 de mayo le hicieron la prueba de coronavirus y el resultado salió negativo; pero, ella manifestó que por el paso del tiempo lo que pudo pasar es que superó la enfermedad porque, aseguró, tuvo todos los síntomas.
Dentro lo mal que se sintió, no necesitó de un respirador y se aisló en su casa. Enfatizó que se esforzó en una buena alimentación, pese a la falta de apetito. "Ha sido un momento extremadamente crítico, y se ha superado".
Como ella, personas de la comunidad boliviana en Italia pasaron malos momentos de salud. Muchos enfermaron de coronavirus, algunos estuvieron en situación grave y otros murieron.
"Se sentía que era una peste que estaba en el aire".
FUENTES LABORALES
La enfermedad y la muerte afectaron a los connacionales también de una manera indirecta, debido a que buena parte trabaja en casas particulares cuidando a personas de la tercera edad. Por un lado, existe el riesgo de contagio de la enfermedad. Por otro, hay ancianos que murieron con COVID-19 y quienes los atendían se quedaron sin empleo.
"Ahora, la realidad es la dura y cruel. Esas personas deben buscar trabajo. Por el momento, las casas de reposo se quedaron paradas", expresó Miriam.
Muchos ancianos murieron, y por la pandemia tampoco aceptan, en la actualidad, nuevos ingresos. Y esto incide también en los presupuestos que se requieren para cumplir con el personal.
El Gobierno italiano ofreció un bono social de 600 euros (660 dólares) para las personas que pasan momentos críticos en su economía. Sin embargo, el acceso al beneficio implica un trámite algo burocrático.
Miriam trabaja en la casa de reposo para personas mayores de 80 años con Alzheimer. Como ella, muchos están en riesgo de contraer el virus. "Estamos aún expuestos a esa enfermedad en gran escala. Tanta gente trabaja en estas casas de reposo, o hacen asistencia en casa, o limpian las casas".
DATOS
Permisos de residencia
El 8 de mayo se publicó para los extranjeros que poseen un permiso regular de residencia caducado o que está por caducar que los mismos conservarán su validez hasta el 31 de agosto de 2020. El Departamento de Seguridad Pública del Ministerio del Interior informó que los extranjeros que poseen dichos permisos tienen los requisitos para retornar a Italia sin tener que contar con una visa de regreso, sin perjuicio de las disposiciones europeas nacionales sobre restricciones a los viajes no esenciales y las regulaciones sanitarias una vez que las fronteras de Bolivia y otras donde se encuentran varados sean abiertas para el retorno de connacionales a territorio italiano.
Posibilidad de amnistía
El 6 de mayo se informó a los bolivianos que son irregulares en territorio italiano que la Embajada de Bolivia en ese país estudia una amnistía para extranjeros irregulares empleados en el sector agrícola, los que trabajan y recoger frutas y verduras. "Una medida también diseñada para tratar de contener el riesgo de propagar nuevas infecciones por coronavirus. También están estudiando el modo que la amnistía sea válida para trabajadores domésticos y personas que cuidan ancianos", expone el comunicado de la Embajada.