Víctimas se vuelven investigadoras y hacen “justicia” con mano propia
Las víctimas no hallan otro camino para alcanzar la Justicia. Eligen tomar las riendas de la investigación de crímenes, intentos de feminicidios o feminicidios al sentir, con impotencia, que sus casos no se investigan, que las pruebas se pierden, que abogados, policías, fiscales y jueces son parte de consorcios que lucran y se inclinan al que más paga
En otras palabras, los damnificados hacen justicia con mano propia y se convierten en investigadores, en abogados de sus propios casos e incluso en perseguidores de las personas que les hicieron daño
Las autoridades judiciales rechazan la actitud de las víctimas y recuerdan que la labor de investigación corresponde al Ministerio Público. “La gente perjudica al entrometerse en los casos”, dice el fiscal departamental de Oruro, Orlando Zapata
Sin embargo, admite que existen muchos problemas en la cadena del sistema judicial: falta de equipos y vehículos para movilizarse; hay pocos policías, fiscales y jueces; existen consorcios que lucran con los casos y se inclinan a quien más paga, entre otros.
El presidente del Consejo de la Magistratura de Santa Cruz, José Antonio Baldelomar, recuerda que es el juez la persona jurisdiccional de la administración de justicia con facultades de aplicar la norma establecida de acuerdo a procedimiento, ya sea una materia penal, civil o administrativa
En defensa de los jueces, Baldelomar dice que muchas críticas contra ellos son infundadas y que la gente piensa que un sospechoso debe estar en la cárcel. “Ignoran que hay fases, plazos y procedimientos”.
TESTIMONIOS
Pero la sensación de inseguridad de las víctimas frente a la Justicia es muy latente. Norah Foronda es una madre de familia que necesitó disfrazarse de una mujer de pollera para capturar al asesino de su hija Beatriz Guachalla. “Sabía que él estaba con la visa en las manos. Se iba a ir a España. Si no me movía, quién sabe ahora él hubiera estado prófugo”, señala en medio de un llanto desconsolado.El crimen sucedió el 17 de enero de 2013. Su hija convivía con su pareja. Tenía muchos planes e ilusiones. Ese día apareció muerta en su casa. El agresor aseguró que se había suicidado, pero los hechos demostraron otra cosa. Tras su detención, el imputado fue sentenciado.
También está la muerte de Cila Mariscal, en Santa Cruz. Ella fue hallada sin vida en un camino vecinal el 16 de marzo de este año. Salió con una persona para asistir a una carrera de motos sin identificar a su acompañante con quien luego iba a cenar. Pero no volvió. Ante su ausencia, su hermana Leticia se ayudó del Facebook para llegar hasta el presunto asesino. “La Policía nunca hizo nada”, se queja
INDEFENSIÓN
La presidenta de la organización Mujeres y Familia contra la Corrupción, de Santa Cruz, Camila Jordán, dice que la experiencia le ha enseñado que los casos que se abren contra delincuentes o criminales “quedan en medio camino, porque la justicia no se cumple y delincuente queda libre”Señala que son pocos los resultados en cuestión de sentencias -llega a aproximadamente el 7 por ciento - que la gente no denuncia porque ve como pérdida de tiempo y de dinero
Hasta el 10 de agosto, de los 78 feminicidios en el país, solo 10 tienen sentencia y siete se suicidaron.
En tanto, la abogada y miembro de la Asamblea de Derechos Humanos de Santa Cruz, Coral Basma, asegura que “el dinero puede hacer muchas cosas y que no hay justicia para los pobres”. “El 99.99 por ciento de los casos se maneja con dinero. Es terrible defender a los pobres. Quizá por eso la gente actúa ante las falencias en la Justicia”.
Para Salomón Gómez Salce, secretario de Educación y Formación de la Asamblea de Derechos Humanos de Santa Cruz, la “corrupción es el pan de cada día y los únicos perdedores son los pobres”.
“Se vulnera el derecho más elemental, que es la vida, la justicia, de los niños, de la educación. La misma ley juega en contra”
El representante de los Derechos Humanos está seguro que el mal de la Justicia es la corrupción y eso no permite que los litigantes lleguen a una sentencia
“La corrupción está bien apuntalada, es descarada, es sinvergüenza. La vemos en todos lados y a cada instante”
Advierte también que las mismas personas parecen haberse “familiarizado” con la corrupción. Ven normal hasta burlar una fila o pagar por ella.
La presidenta de la Casa de la Mujer, de Santa Cruz, Miriam Suárez, relata su experiencia. Debido a las debilidades de las actuaciones judiciales, los casos no prosperan ni el 2 por ciento . Las mujeres que llegan hasta la institución -casi el 100 por ciento por haber recibido violencia familiar- coinciden en que han perdido la confianza en la justicia boliviana. “No hay credibilidad porque hay retardación intencional para cansar a las víctimas y hacer que abandonen”
Y otras veces no se cansan, “pero no tienen plata para andar en correteos”
Ratifica que es un sistema judicial indolente ante las situaciones que viven las víctimas.
La asesora jurídica de la Casa de la Mujer, Ana Paola García, asegura que un estudio dio como resultado que el 70 por ciento de las 149 mil mujeres que habían presentado denuncia desistieron de sus proceso. “No es precisamente porque les gusta sufrir, es porque existe todo un sistema burocrático que agota, cansa a las mujeres. Sentar solo una denuncia en la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia, por ejemplo, tarda un día
Recuerda con frustración un caso que fue mediático. Criticó la actuación de una fiscal cruceña que imputó por homicidio a una adolescente de 14 años que apuñaló a su padrastro en defensa propia porque este quiso violarla. “Entonces, qué confianza tiene la gente para denunciar un caso, y si llega a la denuncia, no hay ninguna garantía que se cumpla la ley o se investigue”
Corrupción
La sensación de las víctimas es que en la Justicia impera la corrupción y que, si no tienen dinero, van a perder el caso denunciado.
Frustración
Algunos damnificados creen que será una espera muy larga pensar que los policías, fiscales o jueces actúen con ecuanimidad