A FONDO. EL SOPORTE DETRÁS DEL VOLUNTARIADO
Las personas anónimas son el respaldo en las intervenciones
“Si algún grupo de bomberos necesita transporte, comuníquense conmigo”. “Puedo ir a recoger agua si quieren. Avísenme (...)”. “Nos encontraremos”. “Los que puedan hacer donaciones, pueden llevarlas a la plazuela de Cala Cala”. “¿Cómo podemos ayudar?”. Son palabras que emiten quienes no son bomberos voluntarios que se enfrentan al fuego, pero sí les hacen el soporte para que la labor se cumpla.
Buena parte de estas personas son anónimas. A veces ni llegan hasta la zona, pero hacen aportes económicos a las cuentas bancarias de los grupos de voluntarios, o envían ayuda en medicamentos, agua, leche, comida u otros.
Actividades
Los grupos de bomberos voluntarios suelen realizar actividades para recaudar fondos, como rifas, o caminar con latas en actividades masivas, e incluso preparar comida para venderla y costear así los alquileres de sus sedes, comprar equipos, ropa de bomberos y otras necesidades.
En Cochabamba, los incendios forestales han sido de los peores en semanas recientes. Una de las zonas más afectadas es el Parque Nacional Tunari. Cuando se registran estos eventos, se activan los bomberos de la Policía, las autoridades y los voluntarios.
Pero tras de ellos, existe gente que no se conoce. Hay personas particulares, grupos amigos, residentes de otros países y familias enteras.
Ellos ponen a disposición su presencia en los puestos comando, cuando hay incendios. Ayudan impulsados solo por la solidaridad.
En el peor incendio que atacó al Tunari, durante tres días a fines de septiembre, trabajaron en la zona la Policía, las Fuerzas Armadas, los comunarios del lugar, además de las unidades de gestión de riesgos (UGR) de la Gobernación de Cochabamba y de varias alcaldías del eje metropolitano.
El grupo Tunari sin Fuego tiene como un apoyo una plataforma denominada “Donaciones Tunari sin Fuego”, que es el brazo operativo logístico, y que tiene el objetivo de brindar soporte de herramientas y alimentación a los grupos de voluntarios, que trabajan para la sofocación de incendios en el área protegida.
Janeth Gómez, quien es parte de la plataforma, explica que en ese grupo de más de 200 personas, la gente coordina para apoyar con lo que pueda.
“En el último evento, hubo un grupo que trabajó tres días para que no les falte nada”.
La gente se distribuyó tareas. Unos subieron las donaciones hasta el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap). Otros prepararon lo que había para llegar con alimentos de manera oportuna.
El artista Christian Rodríguez, músico, se unió a esta plataforma desde hace poco. Hace años fue parte del grupo Sar de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), con los conocimientos que tiene sobre las intervenciones en incendios, ayuda en la organización, además del acopio de donaciones, traslado de herramientas y todo lo necesario para los bomberos voluntarios.
“No puedo estar en primera línea, pero, sí en segunda. Se dé logística, producción, entonces ayudo”.
Quienes hacen este tipo de ayuda, suelen utilizar sus propios vehículos, que deben ser todo terreno. Entre ellos están los miembros del club Cuatro por Cuatro Los Enfangados. “Siempre tenemos por lo menos uno de apoyo”, dice Christian.
“A mi vehículo también le he dado palo, lo he subido con bastante carga de agua y leche”.
Cuando ocurren las emergencias, los pedidos se viralizan en las redes sociales. Estas personas coordinan el acopio y traslado de la ayuda.
“Si es necesario ir a recoger, lo hacemos”.
Cada uno aporta con sus propios recursos, con su tiempo y sus esfuerzos. Y la organización va más allá de la logística, este músico también realiza charlas y se hizo cargo de la tabulación de una base de datos.
Hay quienes no son parte de la organización, pero aparecen en el lugar de acopio de alimentos. Llegan en vehículos propios con comida caliente, se ponen a disposición de quienes coordinan en el lugar y se hacen parte de quienes atienden a los bomberos y voluntarios que retornan luego de varias horas de trabajo en el bosque incendiado. Un grupo de brasileños llegó así para ayudar en el evento del 29 de septiembre al 1 de octubre en el Tunari.
El peor incendio
El incendio de tres días, entre el 29 de septiembre y el 1 de octubre, en el Parque Nacional Tunari (PNT) devastó más de 560 hectáreas en zonas boscosas. La emergencia movilizó no solo a bomberos y voluntarios, sino a la ciudadanía en general, permitiendo así aminorar las dificultades de quienes atacaban el fuego.
Alertas
Las redes sociales son de ayuda para reaccionar ante los incendios que puedan registrarse en el parque Tunari o en otras zonas del departamento. Los ciudadanos alertan cuando identifican fuego o humo en las áreas forestales. Los grupos de WhatsApp también se activan para la coordinación de labores, recojo de personal, acopio de donaciones o intercambio de números telefónicos necesarios.