A FONDO. EL RIESGO DE LA PANDEMIA Y LAS DROGAS
Personas con adicciones están en riesgo; otras vuelven a sus casas
La pandemia del coronavirus frena proyectos de ayuda para gente en situación de calle. En los centros de rehabilitación no existen áreas de aislamiento para los días de cuarentena.
Lucía (nombre cambiado) tiene 17 años. La adolescente vivía en situación de calle en la ciudad de Cochabamba a riesgo del alcohol y otras drogas y ahora, expuesta al coronavirus, COVID-19. Hace poco se convirtió en madre, tiene una bebé de algo más de dos meses, quien nació en plena cuarentena.
En la ciudad hay zonas como La Coronilla, la plazuela de San Sebastián, la terminal de buses, los puentes y calles céntricas donde suelen reunirse o permanecer estas personas, desde niños hasta adultos que, en buena parte, tienen adicciones y son consumidoras de distintos tipos de drogas.
Aunque en lo oficial el coronavirus no atacó a esta población, el riesgo existe. Instituciones como la Alcaldía de Cochabamba y la Fundación Estrellas en la Calle informaron que durante la cuarentena y en la actualidad trabajan haciendo seguimiento a estas personas. La Fundación continuó con la implementación de proyectos para darles apoyo, según informó su director, Víctor Arellano. Mientras la municipalidad hizo trabajo conjunto con el Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) y otras instancias, de acuerdo con el jefe de Defensoría y director interino de Género, Generacional y Familia, Ryedson Flores.
Los grupos en los que viven las personas en situación de calle son como sus familias. Salir de la adicción y acudir a un centro donde puedan recibir ayuda es “voluntario”, como lo aclaran Arellano y Flores.
Lucía consumía antes marihuana, clefa y otras drogas. Tenía su pareja, quien ingresó a la cárcel por el delito de robo agravado. Durante la cuarentena él salió libre. Pero, no tiene contacto con Lucía y tampoco sabe que nació su hija.
La madre adolescente pidió ayuda a Estrellas en la Calle. No tiene alimentos para ella, ni leche ni pañales para su hija. La Fundación la asistió. Lucía vive actualmente con su madre y su hermano en condiciones de precariedad, en un lote sin muralla, cerca del botadero de K'ara K'ara. Ahí no tiene servicios básicos. Reciben agua “turbia” en turriles. Ocupan dos cuartos y en uno de ellos también se improvisó una cocina
Hasta antes de que nazca su bebé, Lucía ambulaba vendiendo ropa para dar alimento a su familia. Pero, ahora necesita reposo y cuidados debido al parto por cesárea que tuvo. Además, debe extremar cuidados para evitar contraer la COVID-19.
Sin embargo, según Orellana, es difícil hacer más, porque la cuarentena frenó las opciones.
“Hemos estado viendo la forma de que ella pueda dejar la calle. El problema es que ahora, con este tema de la pandemia, los centros, los pocos proyectos que hay, que reciben a esta población, no están permitiendo nuevos ingresos; no cuentan con espacios donde puedan estar encapsulados durante 14 días más o menos”.
La cuarentena y sus restricciones de movimiento económico, circulación de gente y más repercutió en la forma de vida de varias de estas personas.
De un grupo de mujeres, quienes suelen transitar entre las avenidas Aroma y San Martín, una parte regresó con sus familias, otra decidió alquilar un cuarto para vivir y otras quedaron todavía en situación de calle.
Cuando estas personas deciden salir del estado en el que están viviendo, Estrellas en la Calle les brinda apoyo incluso con el pago de tres meses de alquiler, además de la búsqueda de trabajo y la capacitación.
“Les hacemos seguimiento hasta que ellos dejen totalmente el estilo de vida de calle, la costumbre y el tema del consumo, pero eso es todo un proceso”, expone Arellano.
Reconoce, que estos temas se frenaron por la pandemia y la cuarentena, hasta con dificultades para encontrar ambientes en alquiler.
GRUPOS EN LAS CALLES
De acuerdo con los registros a diciembre de 2019 de la Fundación, hay unas 300 personas en situación de calle, con quienes trabajan.
Arellano recuerda que hace 15 años había unos seis grupos solo en el sector de la Coronilla. En los últimos años habrían quedado dos, pero durante la cuarentena se reactivó uno más. Se trata de gente que lleva en la calle entre dos y 20 años. Hay parejas con dos o tres hijos de cero a 12 años. “Pero, lo bueno es que ya hay menos niños; hay más adultos que niños”.
En La Coronilla están los tres grupos entre los que se incluye San Sebastián. Otros son Laguna y el que está en las calles 25 de Mayo y Jordán, quienes duermen en el excine Roxy. En la avenida 6 de Agosto y Barrientos está el grupo denominado Los Colchones.
El Director Interino de Género , Generacional y Familia explica que desde la Defensoría se ha estado trabajando con las personas en situación de calle con prevención y motivación para que sean trasladadas a centros de rehabilitación de manera voluntaria.
En Cochabamba, en jurisdicción de Colcapirhua, está el centro Camino, dependiente de la Gobernación, donde se remite a quienes deciden ir; y aprenden oficios.
Flores resalta que durante la cuarentena se realizaron operativos e identificaron que un buen porcentaje de los chicos en situación de calle se replegaron a sus casas, “porque algunos tienen familias constituidas”.
“Hemos visto una reducción alta”, asegura y acota que esta población en las calles disminuyó entre 40% y 50%.
“También niños trabajadores han reducido en 100%, porque han retornado a sus hogares. Ellos son hijos de comerciantes, hijos de personas que trabajan por la zona”.
Detalla que durante esta época, además, lograron en trabajo coordinado con autoridades de la Gobernación que se traslade a tres niños mayores de 10 años al centro de manera voluntaria.
“Nosotros hacemos el trabajo de inducción pero no así de obligación”.
Arellano sostiene que entre las personas en situación de calles con quienes trabajan son pocas las que no tienen adicción a las drogas.
“Son los nuevos, los que están ingresando recién; pero, lamentablemente en menos de tres meses ellos van estar consumiendo”.