LES FALTA DINERO
Pase de circulación no es suficiente para enfermos renales
Alfredo (nombre cambiado) tiene 21 años, es enfermo renal, y por la cuarentena y su situación económica se vio obligado a trasladarse de casa de Colomi a Sacaba para seguir recibiendo la hemodiálisis.
El país se encuentra en cuarentena general debido a la pandemia del coronavirus, COVID-19. Existe restricción para la circulación de personas; solo se puede salir una vez a la semana, y solo entre lunes y viernes, de acuerdo con la terminación numérica de las cédulas de identidad.
Los sectores vulnerables, como los enfermos renales, pueden acudir a sus centros médicos sin restricción. Si no lo hacen, tienen riesgo de empeorar la enfermedad y morir. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), respecto al coronavirus, podrían desarrollar casos graves de la enfermedad quienes tienen afecciones médicas preexistentes, como hipertensión arterial, enfermedades cardíacas o diabetes. La diabetes es la causa principal de las enfermedades de los riñones.
De acuerdo con el SEDES, hay 850 enfermos renales en Cochabamba. Sin embargo, el secretario general de la Coordinadora de Pacientes Renales, Ramiro Gonzales, dijo que esta cifra llega a alrededor de 2 mil, tomando en cuenta a las personas que son atendidas en centros privados. Suman unos 13 centros. Fuera de la ciudad hay lugares de atención "solo en el Trópico, Sacaba y Colcapirhua".
Gonzales lamentó que, por su condición de salud, sean un sector vulnerable a contraer el COVID-19. "Estamos propensos a enfermarnos de coronavirus (...). Al no haber vehículos, muchos no podemos hacer diálisis. Hay gente sola, a otros sus familias les ha dejado, otra de la tercera edad, mujeres solas que han sido dejadas a su suerte (...). Hay gente que tiene que venir desde Sipe Sipe o de más adentro".
Estos pacientes necesitan diálisis pasado un día, es decir, tres veces a la semana. Gonzales va los martes, jueves y sábados.
En días pasados, el responsable de salud renal del Servicio Departamental de Salud (SEDES), Ramiro Coca, informó que estos pacientes pueden asistir a sus respectivas hemodiálisis de manera normal, portando sus credenciales.
Las credenciales tienen el rótulo de "Paciente en tratamiento de diálisis" y pide a las autoridades civiles, policiales y militares y personas particulares que brinden "cooperación prioritaria para la circulación en vehículo público o particular".
Pero, para los enfermos renales, la situación sigue siendo difícil, porque quienes no tienen vehículo propio ni ayuda de otras personas, deben movilizarse en taxis, que, a veces, no pueden pagar.
Aseguró que las credenciales no solucionan el problema cuando se trata de personas de escasos recursos. "El 60% (de los enfermos renales) está mal en situación económica. El 80% son adultos mayores".
Él acude al centro Los Lauros. Su hijo es quien le lleva en su vehículo particular. Pero, reconoce que siempre hay conflictos, porque luego de dejar a su padre, su hijo retorna solo y tiene dificultades con Tránsito, por no contar con la autorización de circulación.
"Hay gente que está dejando de hacer diálisis, o solo hacen una o dos veces a la semana (...). En mi turno, somos casi 70, pero hay gente que no está yendo".
Pidió que las autoridades, entre otros aspectos, gestionen transporte, para que puedan llegar a hacer su tratamiento. "Para cada centro sería ideal. No queremos que sea gratis, podríamos pagar un pasaje público".
En algunos centros les entregan barbijos y les desinfectan al ingresar.
EN SACABA LES PAGAN EL TAXI El director del centro de hemodiálisis María Esperanza, Evert Luizaga, manifestó que sus pacientes están siendo atendidos "con normalidad", porque la mayoría tiene sus propios medios de transporte o con ayuda de sus familiares; y para quienes no cuentan con esa posibilidad, les costean los pasajes para su traslado.
"Hemos contratado taxis para ellos. Nosotros estamos pagando, nos hemos hecho responsables, los mismo para el plantel de enfermería".
Este centro está situado en Sacaba. Entre los pacientes que viven más lejos hay uno de Chiñata. Otro llega desde Vinto, con un chofer que conduce su taxi.
Este centro tiene 90 pacientes.
"Los primeros días estaban con la preocupación de que no podían gastar y que estaba difícil. Pero, ya han visto que no hay otra alternativa que acatar la restricción y darnos modos", dijo el médico.
CAMBIO DE CASA Alfredo se mudó de Colomi a Sacaba, con un familiar para hacer la diálisis en los días que le corresponde.
El joven de 21 años viajó hace más de un año a Chile con la esperanza de lograr un trasplante de riñón. Aquello no se concretó y retorno a Bolivia, para continuar su tratamiento aquí.
Vivía en Colomi con su madre, quien es agricultora y le ayuda en lo que puede.
Pero, la cuarentena le cambió la rutina, por la dificultad de viajar de un municipio a otro pasado un día. Decidió cambiarse de casa. Ahora vive en Sacaba con un familiar, y el cetro María Esperanza le paga los pasajes de taxi cuando va a su sesión de hemodiálisis, los martes, jueves y sábado de nueve de la mañana a una de la tarde.