Otra cara de las familias diversas: dos casos de lesbianas que matan a sus hijos
22 de junio de 2019 (20:00 h.)
El “odio” manifiesto de ciertas lesbianas hacia los hombres las ha llevado a cometer crímenes contra seres a los que prometieron cuidar: sus hijos adoptivos.
El otro hecho también involucra a una pareja de lesbianas que se suicidaron y asesinaron a seis menores de edad que adoptaron.
BRASIL.
Rosana Cândido, de 27 años y Kacyla Pessoa, de 28 años, mataron a su hijo de nueve años. Según informaron las autoridades, el crimen ocurrió el 31 de mayo.
Antes, hace aproximadamente un año y con la intención de que se convierta en una niña, el menor de edad fue sometido a una operación de amputación del pene y los testículos.
Las permanentes negativas del pequeño a estos cambios motivaron a la madre y su pareja a terminar con su vida. Recibió 12 puñaladas mientras dormía.
Para destruir las pruebas, Cândido y Pessoa quemaron parte del cuerpo en una parrilla. Escondieron otros restos del niño en una maleta y dos mochilas, la primera fue arrojada a una alcantarilla y las segundas guardadas en su casa.
Damares Alves, ministra de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil, se mostró “conmocionada” por el caso y prometió fortalecer los consejos tutelares para evitar violencia contra niños y adolescentes. “Quiero saber dónde la red de protección falló. Sólo con la participación de todos vamos a cambiar la realidad de los niños del país”, afirmó en su cuenta de Twitter.
Las dos mujeres fueron detenidas el 1 de junio y podrían ser condenadas a una pena de 57 años de prisión por asesinato agravado con tortura y “lesión corporal gravísima”.
MÁS CASOS
El segundo hecho pasó en Estados Unidos. Cuando una alcoholizada Jennifer Hart conducía a sus seis hijos adoptivos en la camioneta de su familia, su esposa Sarah estaba sentada en el asiento del copiloto buscando diferentes formas de terminar una vida.El auto en el que iba a bordo la familia Hart cayó al vacío de un acantilado de la costa del Pacífico de 30 metros, cobró ocho vidas y provocó preguntas sobre abusos y homicidios que sufrían los menores de edad adoptados.
Un jurado forense determinó por unanimidad que Jennifer y Sarah Hart tenían la intención de morir junto con sus seis hijos adoptados: Markis (19 años), Jeremiah y Abigail (ambos con 14), Devonte (15), Hannah (16) y Ciera (12).
Cuando las autoridades entraron a la casa Hart, parecía limpia, ordenada y recién remodelada, dijo el investigador Jake Slates de la Patrulla de Caminos de California. Pero, mientras los espacios de Jennifer y Sarah estaban decorados, las habitaciones de los niños estaban vacías.
Días antes de que la familia muriera en el accidente, los Servicios de Protección Infantil en Washington solicitaron un chequeo de bienestar de la familia. Pero, nadie abrió la puerta el 26 de marzo. La familia ya se había ido.
ANTECEDENTES
Las llamadas a la Policía comenzaron apenas dos años después de que las Harts se convirtieran en madres, mientras vivían en Minnesota (Estados Unidos).En 2008, un hijo de las lesbianas llamó a las autoridades para decir que Jennifer lo golpeó en el brazo, pero el Estado cerró el caso alegando que el niño se cayó
Hubo otra llamada en 2011, Sarah Hart se declaró culpable de violencia doméstica después de admitir a la Policía que lastimó a su hijo al pegarle sobre el borde de una bañera.
La familia se mudó a Woodland, Washington, y los niños comenzaron a ir a buscar a su vecino, Bruce DeKalb en busca de ayuda y comida en medio de la noche.
Según un informe de un caso, los hijos adoptivos también se quejaron de un comportamiento racista.
Testigos le dijeron a la Patrulla de Caminos de California que los niños eran “extremadamente disciplinados, casi hasta el punto de ser robóticos”, que caminaban en fila hasta el dormitorio y pedían permiso para ir al baño.