Motines más mortales de los últimos años se reportaron en América Latina

La mayoría de los motines con un elevado número de muertos en el mundo que se registraron en los últimos años se reportaron en países de América Latina, según varios informes publicados en El Heraldo y BBC
Varios hechos de violencia que derivan, en la mayoría de veces, en incendios se han incrementado en los últimos 30 años
En 2005, una pelea entre reclusos de la prisión dominicana de Higüey, a 150 kilómetros de Santo Domingo, terminó con un gigantesco incendio provocado por el fuego en los colchones. Murieron 135 personas
En 1994, un motín dejó 121 muertos después de varias peleas y un incendio en la prisión de Sabaneta, en Maracaibo, en el noroeste de Venezuela
En 1992, murieron 111 prisioneros luego de que policías armados intervinieran en un motín en la prisión de Carandiru, en las afueras de Sao Paulo, entonces la más grande de América Latina
En 1995, en el peor incidente fuera de Latinoamérica, las fuerzas de seguridad dispararon y mataron a unos 100 presos en una cárcel de alta seguridad de Argel tras el intento de fuga de prisioneros fundamentalistas musulmanes.
A finales de mayo de 2019, en dos días se produjeron al menos 55 asesinatos en diferentes cárceles de estado de Amazonas, en el noroeste de Brasil
El 11 de abril de 2018, un intento de fuga de una cárcel en la ciudad norteña de Belem dejó al menos 21 muertos.
A principios de 2017, diversas peleas acabaron con la vida de 100 presos en un mes. Muchos de ellos fueron brutalmente asesinados: algunos decapitados y otros incluso destripados
El 25 de mayo de 2019 murieron al menos 29 presos en unos enfrentamientos en la cárcel de Acarigua, en el oeste de Venezuela
En 2018, en uno de los peores motines de Venezuela, 68 personas perdieron la vida en un incendio en la cárcel de una comisaría en la ciudad norteña de Valencia
En 2017, dos motines en México dejaron 16 muertos en Cadereyta, en el centro del país, y 28 en Acapulco, en el sur
En agosto de 2017, hubo 37 víctimas en un centro de detención provisional en el estado venezolano del Amazonas, en el sur del país.
VENTA DE SEXO
Gustavo Fondevila, académico del Centro de Investigación y Docencia de México (CIDE), realizó un estudio en el que comparó las prisiones de Brasil, Argentina, Chile, Perú, El Salvador y México y halló que las condiciones son muy similares: hacinamiento, sin guardias que controlen el interior y con dinámicas propias de venta de sexo, seguridad y alimentos.Señaló que las cárceles más seguras son aquellas donde la autoridad controla el penal, pero, en la región, la mayoría de centros de reclusión tienen un “patrón”, un criminal al mando de todo.
En un reportaje en el periódico español El Mundo, Marcelo Bergman, director del Centro de Estudios Latinoamericanos sobre Inseguridad y Violencia (CELIV), indicó que “hay mucha variación entre los distintos países. En Venezuela y El Salvador, por ejemplo, hay varias cárceles autogobernadas por los presos. En cambio en Chile y Perú, las autoridades tienen casi pleno control de lo que ocurre en sus pabellones”
Los sistemas penitenciarios de América Latina tienen como principal problema la sobrepoblación en las cárceles, señaló Elena Azaola, especialista del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas) de México
Explicó que en las cárceles de México y el resto de América Latina se ha incrementado "aceleradamente la población penitenciaria" debido al endurecimiento de las penas, el incremento de los delitos graves, la duración de los procesos judiciales, el abuso de la prisión preventiva y la falta de medidas alternativas.
DROGAS
Azaola consideró que "el énfasis en la imposición de sanciones penales ha dado lugar a un incremento en el número de sujetos encarcelados por delitos de drogas"Al respecto, citó el estudio de la Washington Office on Latin America (WOLA) de 2010, según el cual Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, México, Perú y Uruguay "mostraron el impacto que la política contra las drogas ha tenido en la sobrepoblación y el deterioro de las prisiones"
Señaló que esas políticas provocaron que entre 1992 y 2012 la población encarcelada en Latinoamérica aumentara en promedio más del 100 por ciento ,al tiempo que las tasas por los delitos de drogas continúan mostrando una línea ascendente en todos los casos
En el caso específico de México, señaló que "la población de varones se incrementó en 40 por ciento y la de mujeres en un 100 por ciento , ya que de 6.600 reclusas que había en 1992, al 2012 eran más de 13.000, lo que representa un 5 por ciento de la población penitenciaria".