El durazno y las hortalizas son los más perjudicados en los valles
La región de los Valles de Cochabamba comprende varios municipios donde se cultivan frutas y hortalizas. Sin embargo, entre las extensas plantaciones, una de las cosechas más perjudicadas es la del durazno, además de la cebolla, la betarraga o remolacha, el tomate y otras hortalizas.
El docente y responsable del Laboratorio de Fitopatología de la Facultad de Ciencias Agrícolas y Pecuarias de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), Mario Coca, describe que las zonas más agrícolas en los valles de Cochabamba se encuentran en el Valle Bajo y el Valle Alto. El Central, donde está la ciudad de Cochabamba, tiene más actividad ganadera y “las áreas de cultivo han reducido”.
La producción de hortalizas de Cochabamba se lleva a departamentos como Oruro, Potosí y Santa Cruz.
En el caso de los frutales, solo el durazno se enfrenta a una docena de enfermedades que se presentan principalmente entre noviembre y diciembre, cuando los frutos están en crecimiento. Las principales afecciones son el declinamiento de las brindillas, oidium o mildiu polvoso, viruela o tiro de munición, pudrición parda del fruto, roya de la hoja y del fruto, pudrición rosada del fruto, cladosporiosis del fruto, torque de la hoja, agalla de corona y declinamiento.
La chirimoya se produce principalmente en Mizque y Ayopaya. Sus enfermedades son la antracnosis, la roya y la pudrición blanda.
Al manzano lo atacan el oidium y la sarna.
La uva también registra oidium.
La tara está en el grupo de las frutas y sufre por el marchitamiento y el oidium de la tara.
El limón sutil se produce, entre otras zonas, en el sector del río Caine y es atacado por “la tristeza de los cítricos”.
La sandía tiene la plaga de la antracnosis.
El alcalde de Omereque, Héctor Arce, explica que en los municipios situados en el Cono Sur se producen granos y hortalizas, pero que las más asechadas por las plagas son las últimas. “Hay hongos que son llamados el pasmo amarillo y el pasmo negro”. Dice que son bastante dañinos, y aparecen en esta época de lluvia en el pimentón, las vainitas, en los cultivos de hojas ancha.
“También hay nemátodos. Pero, son enfermedades que hay en todo el mundo. Es como cuando a nosotros nos da un resfrío”.
Destaca que la polilla y la mosca blanca están entre las más severas pata el tomate.
Las zonas más tradicionales de cultivo del tomate están en Santa Cruz y en Cochabamba, en los municipios de Omereque, Mizque y Pasorapa, además del Valle Alto.
Las principales enfermedades son el marchitamiento, la pudrición y el tizón temprano.
La cebolla se produce en el Valle Alto. Es uno de los cultivos también con mayor afectación. Entre las plagas que atacan a su producción están la antracnosis del bulbo, el carbón de la cebolla, la mancha púrpura de la hoja, la mancha negra del escapo floral, el mildiu de la cebolla, la pudrición basal del pedúnculo floral, raíz rosada y el tizón foliar por botrytis.
Entretanto, las enfermedades del ajo son pudrición del bulbo y roya de la hoja. En la betarraga o remolacha se presentan la cercosporiosis de la hoja, la mancha anular de la hoja, la roya de la hoja, el marchitamiento de los plantines y el rosario de la raíz. A la zanahoria le atacan la oidiosis y la pudrición de la corona.
El amaranto, que se cultiva en Mizque, Punata, Arani, Capinota, Esteban Arce y Quillacollo, es pasible a la roya blanca, alternariosis, marchitamiento marrón y marchitamiento. Aunque antes no existía registro de estas enfermedades, son relativamente nuevas para las condiciones de Cochabamba.
El locoto, que es uno de los más tradicionales del departamento, sufre por la antracnosis, el amarillamiento y el marchitamiento. Mientras, la lechuga es afectada por el marchitamiento; el pimentón, por el oidium; y las calabazas, la pudrición parda, la antracnosis de las cucurbitáceas y el marchitamiento.