Cuarentena: coronavirus enferma a la economía en Cochabamba
Baja el movimiento económico, hay pérdidas millonarias; pero el pago de créditos, servicios básicos, alquileres y otros no paran. El coronavirus, COVID-19, se enfrenta no solo a la salud, sino también a la economía del país y el mundo.
Las exportaciones, importaciones, el turismo, educación, los transportes, la construcción, el sector automotriz y más de 1.500 empresas manufactureras son parte de los afectados económicamente en Cochabamba por el brote y propagación del virus. Es probable que las instituciones públicas también sientan el efecto.
El Gobierno nacional decretó cuarentena en Bolivia, y los gobiernos locales asumieron medidas para evitar el contagio del virus, cuyo origen es China y data de diciembre de 2019. Los sectores las acatan, aunque eso implica pérdidas económicas, como ocurre en otras ciudades y países. El Decreto Supremo 4196, referido a la cuarentena, establece que las medidas rigen hasta el 31 de marzo.
Sin embargo, los efectos de la COVID-19 ya se sienten en diferentes sectores, desde los más pequeños, incluidos quienes se dedican a la confección y venta de ropa, zapatos, marroquinería, bisutería y otros.
La determinación nacional dispone en lo referido a las medidas de contención, prevención y protección en el ámbito laboral, en su artículo 9, jornadas de trabajo en entidades públicas y privadas en horario continuo de 08:00 a 13:00 horas.
El artículo 5 establece que “todos los estantes y habitantes del Estado plurinacional de Bolivia deberán permanecer en sus domicilios a partir de las 17:00 horas hasta las 05:00 del día siguiente”.
Además, el decreto instruye, en el artículo 6, un horario para la apertura y atención al púbico en locales y establecimientos comerciales, que incluye los mercados y supermercados, de 08:00 a 15:00 horas.
Esto limita el tiempo que tienen las personas para hacer compras y ventas, e incluso en los horarios permitidos, la gente opta por no salir de sus casas como una media preventiva ante la COVID-19.
La presidenta de la Cámara Departamental de la Pequeña Industria y Artesanía Productiva Cochabamba (Cadepia), Luz Mary Zelaya, dijo que uno de los sectores más afectados en el país es el de la manufactura.
Solo en Cochabamba, hay 1.500 empresas, formales y legalmente establecías, asociadas en Cadepia que se ven perjudicadas. “Los capitales que manejamos no son elevados, son pequeños. Esto también va a repercutir en la cantidad de trabajadores que hay”.
A esto se suma que “la mayoría no tiene domicilio propio” y debe pagar alquileres y servicios. Zelaya resaltó la necesidad de que el Gobierno asuma medidas en torno al tema y en lo referido a los créditos bancarias, como ejemplo.
Como en otros sectores, los conflictos postelectorales de octubre y noviembre de 2019 ya repercutieron con efectos negativos en la economía de la pequeña industria. “El año pasado fue lo de los paros, ahora esto. Nadie lo esperaba, pero es la mejor medida para cuidarnos y no propagar la enfermedad (…). Apoyamos la difusión de buenas prácticas de limpieza”.
Hay empresas que son parte de otras organizaciones y otras que no pertenecen a ninguna, y también están perjudicadas, porque dependen de las ventas diarias.
El presidente de a Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), Javier Bellott, explicó que la falta de flujo económico incide principalmente en sectores como gastronomía, educación, turismo, transporte, además de importaciones y exportaciones.
En todo el país, las clases en colegios, universidades, institutos particulares y fiscales en todos los niveles fueron suspendidas también hasta fin de mes. Esto obliga a reprogramar cronogramas o a implementar clases on line.
Bellott hizo énfasis en las cargas financieras de los empresarios. Dijo que estos temas fueron reportados a la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia (CEPB).
Las restricciones de transporte tienen efectos negativos desde lo local. Debido a los horarios establecidos para la circulación, la mitad de los conductores de radio taxis no porrón trabajar, según el presidente de la Asociación de Radio Móviles Cochabamba (Aramco), Mauricio Leoni.
El Decreto Supremo 4196 dispuso el horario de funcionamiento el transporte público y privado de las 05:00 hasta las 18:00 horas.
En Cochabamba, hay alrededor de 11 mil socios de radio móviles. Leoni explicó que un 50% e esos conductores trabaja en horarios nocturnos. Pidió en días recientes a las autoridades municipales autorizar el trabajo de una parte de su sector.
Pero, más allá del servicio local están los viajes interdepartamentales y los internacionales incluidos los terrestres y aéreos. Inicialmente se asumió la determinación de restringir los viajes desde y hacia Europa. Sin embargo, con la cuarentena nacional, las medidas son más drásticas.
Se instruyó el cierre de fronteras en todo el territorio nacional desde el viernes pasado hasta fin de mes. Se agregó la suspensión de viajes desde ayer, con la prohibición de vuelos comerciales internacionales e pasajeros, también el transporte terrestre, fluvial y lacustre “internacional, interdepartamental e interprovincial”.
Los viajes influyen en un cadena económica que incluye a aerolíneas, empresas de transporte, agencias de turismo, actividad gastronómica y otros.
LA IMPORTACIÓN Y LA EXPORTACIÓN
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, manifestó que los primeros efectos del impacto del coronavirus en la economía se dieron con las caídas de las bolsas de valores y de productos como e caso “dramático” del petróleo, los minerales, los alimentos e insumos.
Las bolsa de valores es un espacio en el que las empresas compran y venden acciones; existe libre oferta y demanda.
“Bolivia no es una isla en el contexto internacional, el vaso comunicante es el comercio internacional, va a crecer menos, se van a afectar muchos países, la demanda se va a afectar (…). Eso nos va a impactar, y de hecho ya lo está haciendo, como reflejan los datos de enero, efectos directos con la China”, sostuvo Rodríguez.
Manifestó que las importaciones sufrieron una caída de 16 millones de dólares y una baja de 10 mil toneladas en productos de valor agregado, principalmente en los relacionados al sector de construcción, el área automotriz, industria y agricultura.
La exportación también fue afectada con una baja de 6 millones de dólares, sobre todo en minerales, tanto en términos de volumen como en valor.
“Los efectos indirectos los iremos sintiendo con depreciaciones y devaluaciones en curso en diferentes países, y, obviamente, eso va a afectar al desempeño del comercio exterior boliviano”.
El gerente del IBCE manifestó que una de las mayores preocupaciones tiene que ver con la caída el precio del petróleo.
“Siendo que en Bolivia, en la anterior administración de Estado construyó el presupuesto general del país con un precio del barril del petróleo en 51.37 dólares, hoy día estamos hablando de un poco más del 30%. Eso significa una merma de 40% de ingresos, que va a afectar al Gobierno Central, a los gobiernos departamentales, municipales y las universidades”.
Esto significará menos capacidad de inversión, de gastos, “por tanto, de contrataciones, de compras y menos actividades económicas”.
Según Rodríguez, el impacto sobre la importación y exportación desde Bolivia, “va a ser muy fuerte”, sobre todo en la venta de gas natural, que, sostuvo, eso se verá de aquí a tres meses.
“Van a entrar menos divisas, y si bien puede haber también una merma en el gasto de las compras de combustible como diesel y gasolina y una menor asignación de recursos para efectos de subvención, la caída de los minerales también nos puede afectar y eso desmejorar el resultado que se avizoraba promisorio en el mes de enero con un pequeñísimo superávit, que se había logrado en función de mantener las reservas internacionales netas del país sin tocarlas”, expresó.
Acotó que la suspensión de clases, reuniones sociales o de cualquier tipo, los espectáculos, los viajes y el horario continuo tendrán repercusiones en contra de la economía.