A FONDO. INDÍGENAS DEMANDAN ATENCIÓN EN PANDEMIA
Coronavirus deja sin médicos y más vulnerable al pueblo Yuqui
Las personas sospechosas de haber contraído la COVID-19 están hace una semana sin conocer los resultados de las pruebas que les tomaron el 4 de junio. Está en marcha una campaña para ayudarles.
13 de junio de 2020 (20:00 h.)
El pueblo Yuqui, de 300 habitantes y con riesgo de extinción, se quedó sin médicos porque se enfermaron con coronavirus, COVID-19. Además, cuatro indígenas dieron positivo y fueron aislados, aunque con dificultades.
Entre las poblaciones más vulnerables a la COVID-19, están los indígenas. En el departamento de Cochabamba están los pueblos Yuqui, Yuracaré y el quechua de Raqaypampa. De ellos, los indígenas yuquis tienen mayor vulnerabilidad, por su situación de riesgo de extinción y por los antecedentes de otras enfermedades que, antes, acabaron con las vida de muchos y disminuyeron su población.
La pandemia los atemorizó. No quieren salir de sus casas; dejaron de pescar y cazar. Pero, ante los casos positivos también fue complicado separar a los contagiados de sus familias.
Ely Linares, quien realiza apoyo técnico en el Consejo Indígena Yuqui, hace notar que el distanciamiento físico es como inimaginable para los yuquis, para quienes parte de su forma de vida es la convivencia en grupo; tienen familias numerosas acostumbradas a tener a todos sus miembros juntos.
Ahora, la enfermedad quiebra la rutina en el pueblo, amenaza y los vuelve más vulnerables que antes.
Las comunidades yuquis (entre esas Bia Recuaté) ocupan territorio en parte de los municipios de Puerto Villarroel y Chimoré, en la región del Trópico de Cochabamba. El pueblo Yuqui está a unos 100 kilómetros de camino de ripio desde Chimoré.
La COVID-19 llegó al país en marzo y no fue hasta principios de junio que la enfermedad penetró en este territorio indígena.
El miembro del Consejo Yuqui Abel Iaira describe que el virus “llegó en camioneta”, porque los indígenas no habían salido de su lugar, sino que fueron otras personas las que llegaron hasta ahí.
“Ha entrado una camioneta ploma. La cuarentena era estricta. pero, seguro no faltó quien diga 'vamos al monte, a pescar', y justo llegaron a la comunidad. Solo así llegó la enfermedad, de otros lados. Han estado entrando vehículos de las poblaciones de Chimoré e Ivirgarzama”.
Esa es una de las posibilidades.
CONFIRMADOS
Iaira recuerda que los primeros en ser diagnosticados con COVID-19 fueron los médicos. Ellos entraban y salían del pueblo cada 15 días. Esta situación bajó los ánimos de los indígenas, porque habían logrado lazos cercanos con los profesionales de salud.
“El médico iba casa por casa, estaba trabajando bien. Nos ha dado mucha pena que dé positivo. La gente no sabía cómo ayudarle”, expresa Iaira.
El 2 de junio se confirmó que tres indígenas también tenían coronavirus. Luego, el número subió a cuatro y hasta ayer se mantenía. De ellos, tres son hombres y una, mujer. Además, dos son adultos mayores. Todos están estables, pero los adultos mayores tienen mayor deterioro en su salud.
Los médicos fueron trasladados a Ivirgarzama (Puerto Villarroel) y de ahí a la ciudad. La Red de Salud Indígena dispuso personal médico temporal para los yuquis.
Las personas infectadas fueron aisladas en ambientes al lado del internado de niños, que están sin ocupar, porque se suspendieron las clases. Ocupan esas viviendas desde que se confirmó que se infectaron del virus.
“Ha costado mucho, porque no querían separarse de sus familias. Pero, como es dentro de la comunidad no ha sido tan complicado. Hubiera sido complicado sacarlos, porque la gente yuqui es muy difícil que se separe de su familia”, expresó Linares.
Están solos en ese confinamiento. Ahí les llevan alimento preparado; hay una olla común.
“Ahí duermen. Tampoco están con sus familias, están solos. La comunidad aporta, ayuda para que puedan comer; les llevan alimento para que no se desanimen y quieran salirse, por más que se sientan bien”, describe Iaira.
La organización y forma de vida de los yuquis está basada en las familias que están compuestas por varias personas que suelen siempre estar juntas. Por eso, no debe llamar la atención que cuando alguno se enferma y llega hasta un hospital, vayan al menos dos o tres miembros más de su familia para acompañarlo.
PROBABILIDAD DE MÁS CASOS
Iaira dice que cada una de las personas contagiadas es parte de familias de en promedio seis miembros.
Linares explica que esto representa un riesgo, por la cercanía entre ellos y la imposibilidad de pensar en un distanciamiento físico. “Nos queda claro que ha habido contacto entre todos. Probablemente no todos estén con la enfermedad, pero hay una alta probabilidad de que existan más casos (...). Ellos viven en grupos familiares, es muy difícil romper esto, es muy difícil separarlos. Hay contacto, es inevitable”.
Linares sostuvo que, en caso de que alguno de los pacientes empeorara, tendría que ser trasladado hasta la ciudad de Cochabamba, porque en el Trópico no hay un centro COVID.
“Esperemos que no lleguemos a esa situación”.
Al tratarse de familias grandes, se practicaron 22 pruebas adicionales de coronavirus para quienes son del entorno de los pacientes confirmados. Les tomaron muestras el 4 de junio, sin embargo hasta la fecha no les dieron los resultados y les informaron que los mismos se podrían conocer el lunes.
El Consejo Yuqui ve la necesidad de hacer más pruebas, si es posible a toda la comunidad.
VULNERABLES
En la actualidad, la población yuqui es de casi 300 personas, antes eran poco más de 270. La cantidad de indígenas de este pueblo reducía debido a las muertes que provocaban enfermedades como tuberculosis y micosis. Se trata de un poblado vulnerable.
Iaira dice que ahora tienen solo un par de personas con tuberculosis y micosis. Antes, el promedio era de 9 a 12 permanentemente.
Pero, continúa siendo un pueblo en extinción en el país. “La gente no se desprende, están cerca. Por eso, cuando la tuberculosis entra, contagia a todos; comen de la misma olla, del mismo plato, de la misma carne que cazan, de la misma miel que sacan. El tema de las enfermedades nos preocupa, porque más allá de la pandemia que se dé, las enfermedades en tiempo de lluvia, de inundaciones, atacan. Es un pueblo pequeño”.
Linares agrega que son personas que, además, tienen anemia, desnutrición crónica. “Es una población que fácilmente podría caer en cuadros complicados, sobre todo por el tema de los pulmones. Es mucho más alta la probabilidad de insuficiencia respiratoria”.
Como el personal de salud salió del pueblo, les enviaron a otro profesional que hace el trabajo solo por unos días.
El Consejo Yuqui y la Red de Salud se contactaron con la Novena División del Ejército para hacer la evaluación de la zona y poder mantener un encapsulamiento y así evitar el ingreso y salida del pueblo. Pero, existen requerimientos para el personal militar, como los insumos de bioseguridad y limpieza necesarios, y es material con el que no cuentan ni los indígenas.
CAMPAÑA
Está en marcha una campaña para ayudar a esta zona. Se necesitan insumos de bioseguridad como barbijos, además de alcohol en gel y jabón.
También son necesarios los alimentos para que los yoquis puedan cumplir un encapsulamiento que frene la propagación del coronavirus.
Quienes quieran apoyarlos pueden hacerlo con víveres, ropa, barbijos, alcohol en gel y otros en la Asamblea Legislativa Departamental, situada en la calle Colombia entre 25 de Mayo y España.
También es posible brindar ayuda económica a través de la cuenta 701-1529291-3-21 del Banco de Crédito a nombre del CEJIS (Nit/ID: 1025301021). Los recursos serán destinados a la compra de alimentos y medicamentos.
“En camioneta”
Abel Iaira cree que el virus pudo haber llegado “en camioneta”, cuando gente de Chomoré e Ivirgarzama fue a pescar cerca de su territorio.
4 confirmados
Hay cuatro indígenas yuquis que dieron positivo al coronavirus. Además, les practicaron pruebas a 22 personas más y aguardan los resultados desde hace más de una semana.
Sus representantes piden que se realicen más pruebas, si es posible a todo el pueblo, debido a la vulnerabilidad de sus habitantes.
El riesgo
“Nos queda claro que ha habido contacto entre todos. Probablemente no todos estén con la enfermedad, pero hay una alta probabilidad de que existan más casos”.
Ely Linares / Apoyo técnico Consejo Yuqui
Apuntes
Laboratorios COVID-19
Hace dos días, la gobernadora Esther Soria informó que se transfirió cerca de 12 millones de bolivianos a las Entidades Territoriales Autónomas (ETA) destinados al equipamiento de laboratorios y la adquisición de equipos de bioseguridad para realizar pruebas de coronavirus COVID-19.
En la región del Cono Sur se prevé equipar el hospital Augusto Morales de Mizque, que beneficiará a 11 municipios y al pueblo quechua de Raqaypampa.
En el Trópico, el hospital Central Ivirgarzama, de Puerto Villarroel, sería para prestar atención a los municipios de Entre Ríos, azotado por el virus; Shinahota, Villa Tunari, Chimoré y Puerto Villarroel; en estos dos últimos están las naciones Yuqui y Yuracaré.
La mancomunidad
El presidente de la Mancomunidad de Municipios del Trópico, Asterio Romero, informó que se da ayuda a todos los pobladores, incluidos los indígenas. conocen de los pueblos en los que hay sospechosos. aseguró que “hacen seguimiento”.
Agregó que hay médicos trabajando. Recordó que la Red Indígena cuenta con personal para la atención de estos pobladores, “No estamos descuidando”, aseguró.
Cuestionó que desde el Gobierno no se haya posibilitado el retorno de los médicos cubanos.
El alcalde de Puerto Villarroel, Zenobio Claros, resaltó que la parte técnica del hospital local realiza visitas técnicas a los pueblos indígenas.
No contactados
En la nación Yuqui hay unas cuatro familias, cada una de aproximadamente cuatro miembros, que no están contactadas. Los indígenas los vieron en el monte y al borde del río Useuta.
Agricultura
Aunque la principal actividad de los yuquis era la caza y la pesca, desde hace algunos años también se dedican a la agricultura. Tienen plantaciones de plátano, que ya comercializan y cobran al contado. Cultivan en una extensión que les permite sobrevivir.
Entre las poblaciones más vulnerables a la COVID-19, están los indígenas. En el departamento de Cochabamba están los pueblos Yuqui, Yuracaré y el quechua de Raqaypampa. De ellos, los indígenas yuquis tienen mayor vulnerabilidad, por su situación de riesgo de extinción y por los antecedentes de otras enfermedades que, antes, acabaron con las vida de muchos y disminuyeron su población.
La pandemia los atemorizó. No quieren salir de sus casas; dejaron de pescar y cazar. Pero, ante los casos positivos también fue complicado separar a los contagiados de sus familias.
Ely Linares, quien realiza apoyo técnico en el Consejo Indígena Yuqui, hace notar que el distanciamiento físico es como inimaginable para los yuquis, para quienes parte de su forma de vida es la convivencia en grupo; tienen familias numerosas acostumbradas a tener a todos sus miembros juntos.
Ahora, la enfermedad quiebra la rutina en el pueblo, amenaza y los vuelve más vulnerables que antes.
Las comunidades yuquis (entre esas Bia Recuaté) ocupan territorio en parte de los municipios de Puerto Villarroel y Chimoré, en la región del Trópico de Cochabamba. El pueblo Yuqui está a unos 100 kilómetros de camino de ripio desde Chimoré.
La COVID-19 llegó al país en marzo y no fue hasta principios de junio que la enfermedad penetró en este territorio indígena.
El miembro del Consejo Yuqui Abel Iaira describe que el virus “llegó en camioneta”, porque los indígenas no habían salido de su lugar, sino que fueron otras personas las que llegaron hasta ahí.
“Ha entrado una camioneta ploma. La cuarentena era estricta. pero, seguro no faltó quien diga 'vamos al monte, a pescar', y justo llegaron a la comunidad. Solo así llegó la enfermedad, de otros lados. Han estado entrando vehículos de las poblaciones de Chimoré e Ivirgarzama”.
Esa es una de las posibilidades.
CONFIRMADOS
Iaira recuerda que los primeros en ser diagnosticados con COVID-19 fueron los médicos. Ellos entraban y salían del pueblo cada 15 días. Esta situación bajó los ánimos de los indígenas, porque habían logrado lazos cercanos con los profesionales de salud.
“El médico iba casa por casa, estaba trabajando bien. Nos ha dado mucha pena que dé positivo. La gente no sabía cómo ayudarle”, expresa Iaira.
El 2 de junio se confirmó que tres indígenas también tenían coronavirus. Luego, el número subió a cuatro y hasta ayer se mantenía. De ellos, tres son hombres y una, mujer. Además, dos son adultos mayores. Todos están estables, pero los adultos mayores tienen mayor deterioro en su salud.
Los médicos fueron trasladados a Ivirgarzama (Puerto Villarroel) y de ahí a la ciudad. La Red de Salud Indígena dispuso personal médico temporal para los yuquis.
Las personas infectadas fueron aisladas en ambientes al lado del internado de niños, que están sin ocupar, porque se suspendieron las clases. Ocupan esas viviendas desde que se confirmó que se infectaron del virus.
“Ha costado mucho, porque no querían separarse de sus familias. Pero, como es dentro de la comunidad no ha sido tan complicado. Hubiera sido complicado sacarlos, porque la gente yuqui es muy difícil que se separe de su familia”, expresó Linares.
Están solos en ese confinamiento. Ahí les llevan alimento preparado; hay una olla común.
“Ahí duermen. Tampoco están con sus familias, están solos. La comunidad aporta, ayuda para que puedan comer; les llevan alimento para que no se desanimen y quieran salirse, por más que se sientan bien”, describe Iaira.
La organización y forma de vida de los yuquis está basada en las familias que están compuestas por varias personas que suelen siempre estar juntas. Por eso, no debe llamar la atención que cuando alguno se enferma y llega hasta un hospital, vayan al menos dos o tres miembros más de su familia para acompañarlo.
PROBABILIDAD DE MÁS CASOS
Iaira dice que cada una de las personas contagiadas es parte de familias de en promedio seis miembros.
Linares explica que esto representa un riesgo, por la cercanía entre ellos y la imposibilidad de pensar en un distanciamiento físico. “Nos queda claro que ha habido contacto entre todos. Probablemente no todos estén con la enfermedad, pero hay una alta probabilidad de que existan más casos (...). Ellos viven en grupos familiares, es muy difícil romper esto, es muy difícil separarlos. Hay contacto, es inevitable”.
Linares sostuvo que, en caso de que alguno de los pacientes empeorara, tendría que ser trasladado hasta la ciudad de Cochabamba, porque en el Trópico no hay un centro COVID.
“Esperemos que no lleguemos a esa situación”.
Al tratarse de familias grandes, se practicaron 22 pruebas adicionales de coronavirus para quienes son del entorno de los pacientes confirmados. Les tomaron muestras el 4 de junio, sin embargo hasta la fecha no les dieron los resultados y les informaron que los mismos se podrían conocer el lunes.
El Consejo Yuqui ve la necesidad de hacer más pruebas, si es posible a toda la comunidad.
VULNERABLES
En la actualidad, la población yuqui es de casi 300 personas, antes eran poco más de 270. La cantidad de indígenas de este pueblo reducía debido a las muertes que provocaban enfermedades como tuberculosis y micosis. Se trata de un poblado vulnerable.
Iaira dice que ahora tienen solo un par de personas con tuberculosis y micosis. Antes, el promedio era de 9 a 12 permanentemente.
Pero, continúa siendo un pueblo en extinción en el país. “La gente no se desprende, están cerca. Por eso, cuando la tuberculosis entra, contagia a todos; comen de la misma olla, del mismo plato, de la misma carne que cazan, de la misma miel que sacan. El tema de las enfermedades nos preocupa, porque más allá de la pandemia que se dé, las enfermedades en tiempo de lluvia, de inundaciones, atacan. Es un pueblo pequeño”.
Linares agrega que son personas que, además, tienen anemia, desnutrición crónica. “Es una población que fácilmente podría caer en cuadros complicados, sobre todo por el tema de los pulmones. Es mucho más alta la probabilidad de insuficiencia respiratoria”.
Como el personal de salud salió del pueblo, les enviaron a otro profesional que hace el trabajo solo por unos días.
El Consejo Yuqui y la Red de Salud se contactaron con la Novena División del Ejército para hacer la evaluación de la zona y poder mantener un encapsulamiento y así evitar el ingreso y salida del pueblo. Pero, existen requerimientos para el personal militar, como los insumos de bioseguridad y limpieza necesarios, y es material con el que no cuentan ni los indígenas.
CAMPAÑA
Está en marcha una campaña para ayudar a esta zona. Se necesitan insumos de bioseguridad como barbijos, además de alcohol en gel y jabón.
También son necesarios los alimentos para que los yoquis puedan cumplir un encapsulamiento que frene la propagación del coronavirus.
Quienes quieran apoyarlos pueden hacerlo con víveres, ropa, barbijos, alcohol en gel y otros en la Asamblea Legislativa Departamental, situada en la calle Colombia entre 25 de Mayo y España.
También es posible brindar ayuda económica a través de la cuenta 701-1529291-3-21 del Banco de Crédito a nombre del CEJIS (Nit/ID: 1025301021). Los recursos serán destinados a la compra de alimentos y medicamentos.
“En camioneta”
Abel Iaira cree que el virus pudo haber llegado “en camioneta”, cuando gente de Chomoré e Ivirgarzama fue a pescar cerca de su territorio.
4 confirmados
Hay cuatro indígenas yuquis que dieron positivo al coronavirus. Además, les practicaron pruebas a 22 personas más y aguardan los resultados desde hace más de una semana.
Sus representantes piden que se realicen más pruebas, si es posible a todo el pueblo, debido a la vulnerabilidad de sus habitantes.
El riesgo
“Nos queda claro que ha habido contacto entre todos. Probablemente no todos estén con la enfermedad, pero hay una alta probabilidad de que existan más casos”.
Ely Linares / Apoyo técnico Consejo Yuqui
Apuntes
Laboratorios COVID-19
Hace dos días, la gobernadora Esther Soria informó que se transfirió cerca de 12 millones de bolivianos a las Entidades Territoriales Autónomas (ETA) destinados al equipamiento de laboratorios y la adquisición de equipos de bioseguridad para realizar pruebas de coronavirus COVID-19.
En la región del Cono Sur se prevé equipar el hospital Augusto Morales de Mizque, que beneficiará a 11 municipios y al pueblo quechua de Raqaypampa.
En el Trópico, el hospital Central Ivirgarzama, de Puerto Villarroel, sería para prestar atención a los municipios de Entre Ríos, azotado por el virus; Shinahota, Villa Tunari, Chimoré y Puerto Villarroel; en estos dos últimos están las naciones Yuqui y Yuracaré.
La mancomunidad
El presidente de la Mancomunidad de Municipios del Trópico, Asterio Romero, informó que se da ayuda a todos los pobladores, incluidos los indígenas. conocen de los pueblos en los que hay sospechosos. aseguró que “hacen seguimiento”.
Agregó que hay médicos trabajando. Recordó que la Red Indígena cuenta con personal para la atención de estos pobladores, “No estamos descuidando”, aseguró.
Cuestionó que desde el Gobierno no se haya posibilitado el retorno de los médicos cubanos.
El alcalde de Puerto Villarroel, Zenobio Claros, resaltó que la parte técnica del hospital local realiza visitas técnicas a los pueblos indígenas.
No contactados
En la nación Yuqui hay unas cuatro familias, cada una de aproximadamente cuatro miembros, que no están contactadas. Los indígenas los vieron en el monte y al borde del río Useuta.
Agricultura
Aunque la principal actividad de los yuquis era la caza y la pesca, desde hace algunos años también se dedican a la agricultura. Tienen plantaciones de plátano, que ya comercializan y cobran al contado. Cultivan en una extensión que les permite sobrevivir.