MIGRANTES BOLIVIANOS CONTRA LA PANDEMIA
Compatriotas cierran negocios y cambian rutinas de trabajo en España
Los migrantes bolivianos que viven allá, como otros ciudadanos, se vieron obligados a cerrar sus negocios y a cambiar sus rutinas de trabajo debido a la coyuntura de salud en el mundo y las medidas adoptadas en ese país europeo.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), España es el país que alberga más migrantes bolivianos (24%) luego de Argentina (38%).
En días recientes, los bolivianos infectados con COVID-19 en España ya sumaban una treintena.
MADRID
Helmi López vino a Bolivia en la época de Carnaval. Luego de esa fiesta retornó a Madrid, España, donde vive hace 14 años. Pero, se fue, los primeros días de marzo, resfriada de Bolivia, y así llegó a trabajar. Ella es financiera contable en una fundación universitaria. Cuando sus compañeros la vieron en ese estado la miraron con "mala cara", y su jefe le pidió que fuera a la enfermería advirtiendo que el tema del coronavirus ya preocupaba.
Por precaución, debido a su viaje en avión y el contacto con otras personas también en los aeropuertos, le recomendaron irse a su casa. Le dieron un barbijo y recomendaciones de cuidado.
Solo podía retornar si un médico lo autorizaba, y así fue lkuego de cuatro días.
Volvió un lunes, pero el martes ya se dio la opción de teletrabajar. El miércoles y jueves la opción ya era una recomendación y el viernes fue obligatorio. "Entonces, nos equiparon para trabajar desde nuestras casas. El trabajo me lo envían por correo electrónico".
Al día siguiente, el sábado 14 de marzo, empezó la cuarentena. "A un principio lo llevamos tranquilo. Pero, día que pasa, día que hay más casos, más muertos. La gente se estresa más. La rutina ha cambiado muchísimo, no salimos".
Solo sale, si es necesario, a hacer compras al supermercado o a la farmacia. Y tampoco pueden hacer viajes largos.
También le preocupa la situación en Bolivia. Su familia está aquí. "Estamos súper estresados porque las cosas se van poniendo feas en Bolivia también, y sobre todo por el hecho de que estoy al otro lado del mundo. No me puedo mover por más que quisiera volver a Bolivia por motivos familiares. Si algo pasara, no puedo ir, porque prácticamente no hay aviones. Todas las fronteras están cerradas".
BILBAO
Silvia Villarroel vive en Bilbao, España, desde hace 14 años.
Las restricciones ene se país debido a la pandemia del coronavirus, COVID-19, le obligaron a cerrar el bar restaurante que es su única fuente de ingresos.
"Nosotros lo tenemos muy duro, para mí son como 7 mil euros (más de 7.600 dólares) de pérdida, y eso se acumula en deudas futuras".
No tiene otra opción. El resguardo de la salud está primero. Las medidas de la cuarentena en España se extendieron hasta mediados de abril, por lo que al menos hasta esos días, el trabajo está parado y, en este caso, no hay ingresos por ahora.
Sin embargo, expresa que en Bilbao tienen la ventaja de que el Gobierno brinda ayuda económica, "pero, eso tarda".
Silvia vive en el barrio de Basurto. Su casa está a cien metros de un supermercado y a otros 100 de un hospital. "Hay más buses, las ambulancias se escuchan poco".
Desde su casa ve la fila de personas que buscan abastecerse de comida. Cuando ella lo necesita hace la misma fila, distanciada de otras personas hasta que le toque el turno de entrar al lugar. En el ingreso le proveen de guantes desechables y alcohol en gel para desinfectarse.
Desde la pasada semana se determinó la atención primero a las personas mayores de 60 años, quienes pueden comprar de siete a ocho de la mañana. El resto del día abren de nueve a nueve.
Solo puede salir de su casa para ir por alimentos o por medicamentos. "Después, no salimos las calles están controladas. Aunque hay personas que no quieren entender que no se debe salir, pero son muy pocas".
Los fines de semana, Silvia ayuda cocinando el alimento para los policías.
En Bilbao, como en otros lugares, los únicos vehículos motorizados que circulan son los camiones que trasladan alimentos, los buses, trenes y metros.
"Los autobuses de aquí son grandes. Se entra por la puerta de atras para no acercarse al chofer, quien está cubierto. Pero, va poca gente. La mayoría estamos acatando la cuarentena", asegura Silvia, quien explica que aunque la medicina allá está avanzada, "la gente está desbordada".
Hay gente en su afán de brindar ayudar, costura barbijos, "para que no falte, porque se acaba".
Allá, los casos se incrementan por decenas en horas, y el virus ataca más a las personas adultas mayores.