LOS EMPLEOS
Carpinteros, transportistas y constructores, parados por cuarentena y sin plan B
Echar mano a los ahorros y esperar que aguanten lo más que se pueda, endeudarse más o quedarse en la incertidumbre; para muchos no hay más opciones que esas.
Hay trabajos, como en la construcción, carpintería y el transporte en los que se depende de cada día para tener dinero. Pero, en la actualidad, hay restricción de circulación y eso impide salir. Los negocios donde se compra el material están cerrados. Las máquinas están paradas y las obras paralizadas.
La cuarentena fue ampliada hasta fin de mes en el país. Las autoridades implementan medidas para aminorar los impactos del desaceleramiento económico. Sin embargo, hay sectores que están más perjudicados que otros.
Albañiles, carpinteros y transportistas de servicio público, entre otros, no tienen opciones para generar ingresos mientras dure la cuarentena debido a la pandemia del coronavirus, COVID-19.
En Bolivia, de acuerdo con los resultados del tercer trimestre de 2019 en la encuesta continua de empleo, de entre 5.773.42 personas de 14 años a más edad, tiene como ocupación principal, además de otras, en un 26.64% la agricultura, ganadería, caza, pesca y silvicultura; un 1.16% explota minas y canteras; 11.67% se dedica a la industria manufacturera; el 8.04% se dedica a la construcción; el 17.22% hace venta y reparación de automotores; el 7.17% tiene actividad de transporte almacenamiento; y un 7.54% tiene actividades de alojamiento y servicio de comidas.
Plomeros y electricistas ofrecen su trabajo en el centro de la ciudad. DICO SOLÍS
Solo en Cochabamba, considerando una población de 980.475 personas de entre 14 años y más de edad, la encuesta incluye los siguientes datos en la ocupación principal, según actividad económica, considerando una población de 980.475 personas: un 33.49% se dedica a la agricultura, ganadería, caza, pesca y silvicultura; el 10.18% a la industria manufacturera; el 8.57% a la construcción; un 16.77% a la venta por mayor y menor y preparación de automotores; además de un 7.96% que se dedica al autotransporte y almacenamiento.
Entre la misma población, el 2.21% hace referencia a personas que ocupan cargos directivos públicos y privados; 7.97% son profesionales; 5.2% son técnicos y profesionales de apoyo; 2.20% son trabajadores en servicios y comercios; un 22.05% corresponde a los trabajadores en agricultura, pecuaria y pesca; el 27.4% se dedica a la industria extractiva, construcción e industria manufacturera; y el 9.46% hace referencia a operadores de instalaciones y maquinaria.
Además, del mismo total de personas, el 30.82% tiene como ocupación principal ser obrero o empleado; el 43.04% corresponde a trabajadores por cuenta propia; un 5.10% es empleado o socio que no recibe salario; el 19.08% es familiar, auxiliar o aprendiz sin remuneración; y un 1.61%, trabajador del hogar.
Solo en el área urbana del departamento, de 652.952 personas mayores de 14 años, un 40.78% es obrero o empleado; el 40.08% es trabajador por cuenta propia; el 6.26% es empleador o socio que no recibe salario; el 10.79% corresponde a familiares, auxiliares o aprendices sin remuneración; mientras un 2.10% es trabajador del hogar.
El desempleo que ya afectaba antes de la cuarentena, se da con más fuerza en la actualidad. En Cochabamba, todavía hay personas, en lugares como la calle Brasil y Lanza, que ofrecen su trabajo sin tener buenos resultados. Ofertan sus servicios exponiendo en letreros vistosos: "pintor", "plomero", "electricista".
Otros trabajadores tienen sus talleres y obras sin actividad.
PUNTO DE VISTA
Eduardo Vásquez
Director ONG Yachay Chhalaku
En Bolivia, más de 3 millones de personas cuentan con ingresos económicos fruto de su trabajo. De este porcentaje, el 20% corresponde a empleados formales y el 80% a los considerados informales, quienes se dedican a la producción agrícola, manufactura, turismo y fundamentalmente el comercio.
En tiempos de cuarentena, nadie pone en duda la importancia de la salud para seguir trabajando, pero esto último es de lo que vivimos. ¿Qué pasa si no trabajamos?, tampoco tendremos salud.
Desde el Estado se han implementado algunas acciones, bonos e incentivos, para apoyar a los emprendedores. Sin embargo, no se mencionan acciones enfocadas a la educación para la prevención, y se han estancado en el amedrentamiento y miedo al contagio, llegando a estigmatizar a los portadores y quienes día a día deben batallar contra el virus.
Nos preocupa que la medida extrema de cuarentena sea “solo para algunos sectores”, los que tienen ahorros, un salario fijo, educación y protección; los otros son los que deben luchar con el virus de la pobreza y el abandono, dónde las necesidades llegan de la mano de la incertidumbre.
Es importante asumir medidas integrales que contemplen salud y educación para que se pueda hablar de una verdadera lucha contra la pandemia.