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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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La Confederación Perú Boliviana y la formación de un inmenso Estado

La Confederación Perú Boliviana y la formación de un inmenso Estado

En 1835, debido a la situación caótica del Perú donde se disputaban el poder los generales Orbegoso (Presidente), Agustín Gamarra y Felipe Santiago Salaberry, el Mariscal Santa Cruz atendiendo al pedido de auxilio del Congreso peruano y del General Orbegoso, intervino en el Perú y obtuvo la pacificación con sus victorias de Yanacocha, Socabaya y otras batallas intermedias. Asi fue posible la organización de la Confederación Perú-Boliviana que duró de 1836 a 1839.

Se fundó un inmenso Estado en la América con la unión de los dos países, y una organización que el genio realizador de Santa Cruz hizo posible en 1837. La política administrativa de la Confederación tuvo los mismos quilates que la política anterior crucista en Bolivia, haciendo inmenso al ente confederado.

En 1936 comenzó la intervención chileno-argentina contra la Confederación Perú-Boliviana, pues a esas naciones –según los dictados de Diego Portales– no convenía una inmensa potencia en la vecindad. Así la primera intervención chilena terminó con el Tratado de Paucarpata, pese a que Santa Cruz pudo haber destrozado a los ejércitos de Blanco Encalada. La Argentina, a su vez, fue derrotada en las batallas de Iruya, Humahuaca y Montenegro por el ejército boliviano que dirigió el Mariscal Braun. Sin embargo, Chile invadió por segunda vez los territorios confederados, y fue la derrota de Yungay del 20 de enero de 1839, la que dio fin a la Confederación Perú-Boliviana.

Siguieron las administraciones de Velasco y Ballivián. Durante la pugna política entre los mencionados generales, en 1841 se hizo presente la segunda invasión peruana, otra vez con el General Agustín Gamarra a la cabeza. Velasco cedió sus tropas al General Ballivián, en gesto admirable. Esa unión derrotó al invasor en la batalla de Ingavi, el 18 de noviembre de 1841. Allí comenzó el vuelco del país hacia el interior, olvidando el problema periférico.

Ballivián pudo consolidar la organización de la república que había quedado malograda en el período posterior al fracaso de la Confederación, pues logró una administración admirable de los mismos valores que la del Mariscal Santa Cruz. Se integró a la nación el oriente boliviano; se creó el departamento del Beni; se dio nuevo impulso a la educación pública; la hacienda fue rehabilitada después de la guerra internacional y de las invasiones, y el General José Ballivián pudo encaminarse otra vez por los rumbos de una efectiva construcción constitucional.

El período de José Ballivián puede ser tipificado como uno de los de mayor impulso a la educación y la cultura en el país; pero también se debe señalar que el proceso integrador de la nacionalidad se debe al genio visionario de ese gobernante, pues el occidente desde entonces tuvo el aporte efectivo de las ricas regiones orientales de Bolivia.

Ballivián, por otra parte, logró también una admirable estabilidad institucional, pese a los embates que alrededor de 1843 comenzaron contra su gobierno por parte de la facción del General Belzu, que alentaba a las masas artesanas de entonces. Sin embargo, hacia 1845, Bolivia había logrado un admirable progreso y se encaminaba por rutas de clarísima organización.

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Teodosio Imaña Castro

Abogado y miembro de la Academia de Ciencias, miembro de la Academia Boliviana de la Historia, catedrático y exdecano de la Facultad de Humanidades de la Universidad Mayor de San Andrés.