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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Salvemos del olvido a una familia de heroicos guerrilleros

Salvemos del olvido a una familia de heroicos guerrilleros



Cuando la historia cuenta los anales de la guerrilla de los valles se hace eco de las convicciones expresadas de generación en generación a través del tiempo y la razón se evidencia cuando se inicia una investigación preliminar cuyo resultado es la obtención de manuscritos que revelan la heroica participación una familia destacada, en el marco de la lucha independentista.

Entre los pobladores de Villa de Oropeza, hoy Cochabamba, figura una familia de linaje noble. El nombre que le pertenece deriva del vocablo vasco “GANDARAS” que significa ROCA y el sufijo diminutivo “ILLAS” GANDARILLAS, entendido como lugar donde abundan las rocas pequeñas.

Julián Eras y Gandarillas, jefe de esta distinguida familia gozaba de la paz de una conciencia honrada estimado por sus vecinos, todos beneficiados por su mano protectora, complacido por su opulencia material y sus bienes de fortuna, queda establecido en su residencia principal, la que se conoce ahora con el nombre de “Casona Santiváñez”, ubicada en ese mismo lugar. Padre de diez hijos a los que correspondía por herencia la extensión territorial de mil ochocientos setenta y cinco (1875) hectáreas, disfrutadas al presente por centenares de familias, conocida como la MAICA, que hoy comprende todo el distrito nueve del departamento. Su descendencia afloró junto a su esposa María Josefa Gandarillas, quien dio a luz a Manuela, Gregoria, Justo, María, Vicente, Dolores, Antonia, Petrona, Francisco y José Domingo.

Al ser acusado como rebelde, el patriota Julián Eras y Gandarillas, cayó preso y fue sentenciado a morir como mártir fusilado, el sentimiento desgarrador que envolvió a la familia hizo que sus hijos juren vengar su muerte y de esta manera cumplir los sueños de libertad que tanto anhelaban. Con ese objetivo y en virtud a su legado se convierten en guerrilleros; JOSÉ DOMINGO, JUSTO Y VICENTE, se hicieron partidarios de la causa a la cual se adherían como impetuosos jinetes a lado de sus fieles colonos, siendo tres jóvenes intrépidos que lucharon contra el adversario; muchas misiones lograron los caudillos para lograr la causa patriótica heredada de su padre.

JOSÉ DOMINGO GANDARILLAS, fue nombrado comandante por muchas victorias y como buen estratega, tomó en recompensa su designación. Al cumplir los desafíos planteados, cae en manos de sus perseguidores, JUSTO GANDARILLAS, hermano de éste, pide indulto pero, lamentablemente el perdón llega después de su deceso. “El hijo moría mártir como había muerto el padre”.

Desterrados los hermanos después de las muertes, tanto del padre JULIÁN ERAS Y GANDARILLAS como del hijo JOSÉ DOMINGO GANDARILLAS, esta familia de héroes continuó con el espíritu de lucha en sus etapas sucesivas confrontando persecuciones despiadadas.

En 1812 procede el enfrentamiento con las tropas de Goyoneche a la cabeza de MANUELA JOSEFA GANDARILLAS, quien al sufrir la pérdida irreparable de los varones de su familia, todos mártires, vocifera el grito: “SI NO HAY HOMBRES AQUÍ ESTAMOS LAS MUJERES”, proyectado también en ese entonces, a la situación social acaecida por los hechos bélicos de la independencia.

La gratitud hacia los GANDARILLAS, familia de patriotas, debe quedar plasmada no solo en nuestra memoria, también en nuestro entorno visual, para mantener vivo el recuerdo de la heroica y gloriosa participación en pos de lograr nuestra libertad.

Yace en este recinto el espíritu valeroso de la Familia GANDARILLAS herencia legada a quienes llevamos en la sangre el orgullo y honor de ser descendientes de una estirpe que enaltece el glorioso triunfo de la LIBERTAD.