Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Gastronomía que sorprende

Cochabamba busca posicionarse como un referente en la comida del paÍS y expone sus ofertas.
Gastronomía que sorprende



El periodista orureño Luis Téllez Herrero escribió en 1946 el libro “Lo que se come en Bolivia”, una extensa crónica que se ocupa de la cocina boliviana de aquella época posterior a la Guerra del Chaco y previa a la Revolución Nacional. En el capítulo dedicado a la Llajta escribe: “Mi amigo nos lleva a Cala Cala. Al fin llegamos a una casita sombreada por robustos molles. (Nota importante: todo en Cochabamba es robusto; desde las gruesas pantorrillas de las llajtamasis, hasta los árboles y las rollizas palmeras que sombrean su plaza)”. Este comentario sobre la constitución de lo cochabambino responde a la construcción imaginaria que siempre se ha tenido de Cochabamba: el granero de Bolivia, el lugar en el que no se come para vivir, sino que se vive para comer.

Por esto mismo, es que el departamento de Cochabamba ha sido nombrado, por ley, como Capital Gastronómica de Bolivia. Y dentro el departamento, en sus distintos municipios, surgen medidas para declarar patrimonio varios platos de la región. Sin embargo, es posible que los vallunos se hayan quedado en la gloria pasada, mientras otros departamentos (como La Paz y Santa Cruz), aprovecharon para crecer más en su oferta culinaria y sus actividades alrededor de la cocina.

La importancia del Festival Internacional Gastronómico de Cochabamba “Miski”, junto a la exposición Expoalimenta, está en revitalizar la oferta gastronómica de la ciudad, para convertirla, en términos reales, en un referente de la comida en Bolivia, más allá de la tradicionalidad.