Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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JULIO FLORES CANEDO, CANDIDATO A LA ALCALDÍA DE QUILLACOLLO POR SOMOS RENOVACIÓN

Tenemos un municipio en coma y debemos trabajar arduamente

Quillacollo tiene, a decir de Flores, múltiples necesidades en salud, educación y servicios básicos, por lo que, en caso de acceder a la Alcaldía, tiene por delante un gran reto.
Julio Flores visita las casas de los quillacolleños para hacer conocer sus propuestas      SOMOS RENOVACIÓN
Julio Flores visita las casas de los quillacolleños para hacer conocer sus propuestas SOMOS RENOVACIÓN
Tenemos un municipio en coma y debemos trabajar arduamente

Julio Flores Canedo (1955), candidato por el partido Somos Renovación para la Alcaldía de Quillacollo, se considera un quillacolleño “de pura cepa” y que “siempre” ha trabajado por el progreso de su tierra desde el ámbito empresarial. Su intención es, ahora, hacerlo como Alcalde de esta ciudad que bordea los 200 mil habitantes.

El municipio de Quillacollo, enclavado en el Valle Bajo, es un punto estratégico de conexión entre Cochabamba y los departamentos del occidente del país (La Paz, Oruro y Potosí), pero en los últimos años ha estado abandonado “a su suerte, sin salud ni educación, situación que debe revertirse”, afirma el candidato por Somos Renovación.

“En este momento tenemos un municipio en coma y nosotros queremos revitalizarlo con servicios básicos, salud, educación y recuperando su vocación agrícola”.

Agrega que Quillacollo se asemeja a un villorrio, con sus calles bombardeadas por las que no se puede ni transitar. “Esa es la triste realidad, por eso asumimos la responsabilidad de ingresar a la política, para poner un alto a esa situación y cambiar la forma de administrar el municipio”.

Flores puntualiza que su ascendencia quillacolleña se remonta a sus tatarabuelos, e incluso más allá. Es casado, padre de seis hijos, de profesión técnico industrial, y a lo largo de su vida ha realizado varios emprendimientos, “con buenos resultados”.

Actualmente administra la empresa familiar J&F, que además de importar una variedad de productos, se encarga de fabricar ladrillos.

Flores, quien estuvo en el exterior varios años, señala que todo lo que ganó fuera del país lo invirtió en Quillacollo, “porque creo en mi pueblo”.

Complementa que fungió como dirigente durante más de 20 años en varias entidades, como la de ferreteros o en organizaciones territoriales de base (OTB), pero, hasta el momento no ocupó cargos en la función pública.

Señala que fue un perseguido político, porque luchó por la recuperación de la democracia, primero durante el régimen del extinto Hugo Bánzer Suárez, y luego en la dictadura de Luis García Meza. “Fui golpeado y casi pierdo la vida”.

“Esa es, en parte, mi trayectoria política, pero una política siempre en beneficio de la sociedad y no en beneficio propio”, afirma.

SU MOTIVACIÓN El candidato Julio Flores asegura que se animó a ingresar al ruedo de la política, en este caso para terciar por el cargo de Alcalde el próximo 7 de marzo, porque está cansado de ver a Quillacollo “postergado”.

“Ha ocurrido un latrocinio en Quillacollo, desde hace más de 20 años se ha encaramado un grupo corporativo en el municipio, personas que se turnan y enriquecen. Eso debe terminar”, señala.

NECESIDADES Quillacollo tiene, a decir de Flores, múltiples necesidades y carencias, en los temas de salud, educación y reactivación económica, por lo que, en caso de acceder a la Alcaldía, deberá realizar un trabajo arduo.

“Se debe implementar desde servicios básicos. Prácticamente Quillacollo no tiene nada, ni cementerio para enterrar a sus muertos”, manifiesta.

La propuesta de este candidato es, como uno de sus pilares fundamentales, recuperar la vocación agrícola del municipio, “porque antes Quillacollo proveía de granos, verduras y hortalizas a Cochabamba y a los departamentos del occidente, pero hoy en día se ha convertido en una ciudad comercial, porque se han perdido las áreas agrícolas”.

Flores refuerza que a Quillacollo le quedan pocas áreas agrícolas, hay en la parte norte, la subida a Liriuni, Marquina, Bella Vista, Potrero y Falsuri, entre otras, que proveen lo poco que aún consumen los quillacolleños, porque el resto se consigue de afuera.

“Un punto todavía fuerte es la producción de flores en este municipio, por lo que se debe facilitar todo lo necesario a este sector, de lo contrario, los quillacolleños tendremos que importar todo”.

“Planteamos convertir a Quillacollo en una ciudad autosustentable, recuperando su vocación agrícola e implementando proyectos macros en diferentes áreas, por ejemplo, fortalecer el complejo turístico en Liriuni”, abunda.

En la zona sur contemplan el proyecto de la Basílica Mariana Mundial de Urcupiña, que buscará incentivar el turismo, y la recuperación de la laguna de este sector, además de un parque temático para los niños.

Estos proyectos, según Flores, son autosustentables, y lo único que se requiere es “voluntad política” para que Quillacollo se convierta en una ciudad que genere sus ingresos durante los 365 días del año en varios rubros, de modo que se pueda dar estabilidad y una calidad de vida digna a las familias.

SERVICIOS BÁSICOS Quillacollo tiene su sistema de alcantarillado colapsado y la red de agua potable no es adecuada para proveer este servicio a los miles de familias, pese a que en su jurisdicción se encuentra Misicuni.

Este municipio no cuenta con una planta de tratamiento para el agua de Misicuni, por lo que no se puede aún consumir este líquido elemento. “En este momento, hacia Quillacollo no hay un solo tubo, por la dejadez de nuestras autoridades, que lo único que hacen es velar por sus intereses”.

Y si bien Flores considera que cinco años de gestión son insuficientes para resolver todas las necesidades que tiene el municipio de Quillacollo, considera que como técnico y con trabajo arduo se pueden lograr avances importantes, por lo menos sacar a este municipio de la dejadez y abandono en el que ha estado sumido en los últimos 20 años.

Pero, además del trabajo técnico, se requiere, a decir de Flores, voluntad política y gente que sepa trabajar y no la que piensa que puede seguir aprovechándose de la Alcaldía.

Para evitar la inestabilidad en el municipio, Flores asegura que está apostando por técnicos que tengan ganas de trabajar. “Llevamos empresarios, jóvenes, con la única misión de servir a la sociedad, porque eso es lo que nos ha motivado a participar en las elecciones”.

DEBILIDADES Salud y educación son dos debilidades del municipio de Quillacollo, más aún por la pandemia, por lo que se debe trabajar en la dotación de un sistema que les permita a los estudiantes acceder a una educación virtual, con las condiciones mínimas.

En el tema de salud, señala que no cuentan con un hospital de tercer nivel, solo una posta, Benigno Sánchez, que se ha ido ampliando en forma desordenada, sin ninguna planificación.

Y si bien no es competencia del municipio construir infraestructura, se puede trabajar con la Gobernación y el Gobierno central para allanar esta tarea, además de equipar los centros de salud en los diferentes distritos de ese municipio.