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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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ESCRIBIÓ UN LIBRO SOBRE SU HISTORIA DE SUPERACIÓN

Activista en silla de ruedas postula a concejal y promete cero corrupción

Carlos López le dijo que sí a Unidos por Quillacollo. Terminó derecho en tres años y busca demostrar que una persona con discapacidad puede llegar a “presidente”.
Carlos López, candidato a concejal en Quillacollo.   Gentileza Carlos López
Carlos López, candidato a concejal en Quillacollo. Gentileza Carlos López
Activista en silla de ruedas postula a concejal y promete cero corrupción

Carlos López no tenía pensado comenzar tan pronto su carrera política. Es cierto. Imaginarse como una autoridad legítimamente elegida siempre le provocó una sonrisa. De hecho, en más de una ocasión usó las redes sociales para dedicar alguna que otra frase en la que mostró una extrema confianza con respecto a un futuro como “Presidente”.

Pero de todos modos no avistaba que la incursión sucediera ahora, cuando las alianzas se acicalan para participar en las Elecciones Subnacionales 2021. Prematuro o no, el quillacolleño ya está en el ruedo. El domingo 27 de diciembre, un día antes de que concluyera el plazo para la inscripción de los candidatos y planchas, recibió la llamada telefónica de la exasambleísta Lizeth Beramendi, quien lo convenció para que fuera parte de su equipo en Unidos por Quillacollo y se presente como postulante a concejal en ese municipio.

Carlos pensó muy bien la propuesta. Analizó absolutamente todo el escenario e incluso le pidió a Beramendi, candidata a Alcaldesa, que le compartiera rápidamente cuáles eran los pilares de la agrupación. Él no deseaba “quemarse”. Es más, concebir la idea de que pueda ser señalado dentro de la arena política no es de su agrado.

“Me he estado destacando personalmente. No quisiera dañar mi imagen haciendo política con un partido equivocado. He recibido muchísimas invitaciones y rechacé toditas. Cuando ya estaba decidido a no participar en estos comicios, me llegó la invitación de Beramendi. El domingo me llamó y el lunes ya tenía que hacer mi trámite. Me dijo que necesitaban un candidato que representara a la discapacidad en la plancha. Contesté que sí, siempre y cuando coincidiéramos… ¡no podía ir con cualquier gente!”, cuenta el hombre de 34 años que se encuentra en silla de ruedas y busca ser la voz de las personas con discapacidad desde un lugar de toma de decisiones.

Cree que es uno de los pocos (si no el único) postulantes en su condición. Titulado como licenciado en Derecho en un tiempo récord de tres años (egresó de la Universidad Mayor de San Simón), Carlos nunca se mostró reacio a darle una mano a cualquier conocido que necesitara ayuda en términos legales. Lo hizo sin esperar percibir una moneda a cambio. “Desde mi lugar trato de colaborar con mi sector. Soy el que orienta para que saquen su carnet de discapacidad, pues hay gente que no sabe cómo hacerlo. Le ayudo con las cartas gratuitamente porque no me cuesta nada”, cuenta, con orgullo.

También se adjudica haber logrado que el templo San Ildefonso de Quillacollo, donde se encuentra la Virgen de Urkupiña, cuente ahora con una rampla en la acera. Le genera una sonrisa que su insistencia haya dado frutos. “No tenía accesibilidad para silla de ruedas. Mandé una carta al padre. Hice berrinches, ja ja. Gracias a Dios se ha cumplido”.

Aunque está contento con lo hecho, está convencido de que los logros en favor del sector podrán ser mayores cuando ocupe un cargo en el gobierno municipal. Ese es el deseo que lo mueve, no así la idea de ganar dinero a montones, llenar sus bolsillos y “escaparse”, como ocurrentemente señala.

“Estoy consciente de que, si llego a la Alcaldía, voy a hacer un buen trabajo porque no quiero dañar mi imagen. No tengo la mentalidad de enriquecerme a costa del pueblo, como vulgarmente se dice, robar y escaparme o entrar a la cárcel”.

De ahí que una de sus propuestas sea la de luchar contra los hechos irregulares. Le pone la firma. No permitirá ningún acto ilícito, así este provenga de su propio frente. “Voy a denunciar todo acto de corrupción si es que llegara a verlo dentro de la Alcaldía. No importa si es de mi agrupación. Siempre estaré denunciando la corrupción”.

En realidad, el quillacolleño apunta a un objetivo bastante más portentoso: crear su partido, uno con el que de aquí a un lustro pueda liderar a personas que presenten la misma condición. Ya hizo los cálculos. Si no resulta elegido junto a Unidos por Quillacollo, moverá el foco a largo plazo, con el propósito de demostrar que tanto él como cualquier ciudadano con discapacidad motriz pueden ser efectivos en la política.

“Yo quiero crear mi propia agrupación. Si me voy a quemar o hacer ver mal, tiene que ser con mi partido. Si en estas elecciones no entro, estaré aspirando a mi frente para de aquí a cinco años. Quiero ser el primero en demostrar que las personas con discapacidad también pueden hacer política y ser autoridades”, garantiza.

Desde los 8 años ha palpado las adversidades. Una enfermedad que pudo más que los intentos de lucha de su madre lo visitó y se ancló en su vida, condicionando la movilidad de sus miembros inferiores hasta la actualidad.

El libro que Carlos lanzó el 16 de octubre de 2019, que tituló “¿Quién más que mi madre?”, ha encontrado en aquella mujer a su fuente de inspiración. Estructura emocional, fortaleza de su ánimo y su capacidad de batallar. Todo ello ha sido y es su mamá, la incansable que le brindó un trato no diferente desde niño y que le metió en la cabeza que tendría una vida como la de cualquier otro.

“Ella siempre me dijo: ‘tú tendrás una vida normal’. Eso quiero difundirles a las mamás que tienen hijos con discapacidad. No los traten como a enfermos. Ayúdenlos  para que estudien y aprendan algún arte”.

BAJAR SALARIOS Y ACCESIBILIDAD Dos de las primeras medidas que advierte son: reducir los salarios de los concejales de Quillacollo y viabilizar la transitabilidad y accesibilidad de los ciudadanos en sillas de ruedas, puesto que esto último representa una problemática severa.

“Quillacollo tiene presupuesto, pero ganan salarios exorbitantes. Nuestra primera misión, si llegamos a la Alcaldía, va a ser rebajar el sueldo de los concejales. También hay que trabajar en accesibilidad. He visto que en plazas, aceras y parques no existen ramplas, no hay paso. Los transportistas no respetan, se paran en lugares reservados para la discapacidad. Eso va a ser en lo educativo, laboral y recreativo. Voy a trabajar para eliminar la corrupción”.

 Activista por los derechos de quienes sufren algún grado de discapacidad y deportista activo, este abogado está muy seguro de sí mismo. “Si he podido romper todas las barreras arquitectónicas, morales y civiles saliendo profesional, ¿por qué no llegar al Gobierno y demostrar que alguien con discapacidad puede ser diputado, senador, ministro o presidente?”.