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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Madre e hija asesinadas en Cotoca dejaron Aiquile buscando mejor vida

Familiares y vecinos velan a Florentina y Adelaida, madre e hija, víctimas de feminicidio en Cotoca, Santa Cruz. LEONARDO GIL-UNITEL
Familiares y vecinos velan a Florentina y Adelaida, madre e hija, víctimas de feminicidio en Cotoca, Santa Cruz. LEONARDO GIL-UNITEL
Madre e hija asesinadas en Cotoca dejaron Aiquile buscando mejor vida

Florentina Cordero O., de 36 años, y su hija Adelaida Candia C., de 18 años, fueron asesinadas el lunes en su domicilio ubicado en la urbanización Las Palmeras II del municipio de Cotoca, Santa Cruz.

Florentina, con su hija, salió de Molle Pampa, una comunidad de Aiquile en Cochabamba, en búsqueda de nuevas oportunidades hace más de 15 años y se estableció en Santa Cruz. Las dos mujeres, madre e hija, tenían muchos sueños y proyectos para sacar adelante a los cuatro niños que quedaron en la orfandad, tres menores de edad son hijos de Florentina y uno de Adelaida, hasta que les arrebataron la vida.

Fernando Meza Arancibia, concubino de Florentina y padrastro de Adelaida, las atacó con una picota y les causó la muerte en presencia de los cuatro niños. Sacó una cuerda y huyó al monte, donde tres días después fue hallado sin vida.

La pareja convivía hace 13 años y, en ese tiempo, tuvieron tres hijos (dos mujeres y un varón). La familia de las víctimas desconocía si Florentina y Adelaida eran violentadas, pero suponen que sufrían maltrato y no lo denunciaron por amenazas u otras circunstancias. Se alejaron de los parientes, mantenían contacto telefónico y muy pocas veces se reunían en persona.

Hortensia Cordero, hermana de Florentina y tía y madrina de Adelaida, contó a OPINIÓN que a su hermana le gustaba la cocina y preparaba distintos platos para comercializarlos en las paradas de buses y “ganarse la vida”. No le temía a nada y se desenvolvía en cualquier rubro para sustentar su hogar.

Adelaida, madre de una niña, conseguiría su título de bachiller este año y pensaba estudiar contabilidad. “Con tu hijita vas a entrar orgullosa a tu acto de graduación”, le dijo Hortensia al verla contenta por sus logros.

La joven ansiaba superarse. Pensaba irse al exterior, si no juntase los recursos necesarios para solventar sus estudios, y ahorrar para cumplir sus sueños, y ofrecerle una mejor vida a su hija.

AUDIOS, LLAMADOS DE AUXILIO

La niña mayor, de 10 años, envió audios por WhatsApp a uno de sus tíos pidiendo ayuda. Relató lo ocurrido esa mañana en su domicilio e identificó plenamente al autor del doble feminicidio.

Luego, buscó a una vecina con la intención de auxiliar a su madre y a su hermana, pero ellas ya habían fallecido.

La vecina sacó a los niños (de 1, 2, 3 y 10 años) de la escena violenta y contactó a Hortensia, quien se constituyó en el domicilio cuando los efectivos realizaban el levantamiento legal de los cuerpos.

El director nacional de la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV), José Luis Murillo, refirió que las víctimas y el feminicida estuvieron en Los Troncos compartiendo bebidas alcohólicas hasta que tuvieron desacuerdos.

Las dos mujeres decidieron volver a la vivienda que alquilaban en Cotoca. Fernando llegó después y las atacó con la herramienta hasta quitarles la vida. 

El consumo de alcohol, los celos u otros elementos han sido usados como argumentos en los hechos de violencia. Mónica Novillo, directora de la Coordinadora de la Mujer, dijo a EFE en una entrevista que esos son justificativos creados por la sociedad para tolerar la violencia y que debería hacerse énfasis en las raíces estructurales de la violencia.

“La violencia contra las mujeres responde a una estructura machista, la raíz de fondo tiene que ver con una serie de actitudes que son asumidas por los hombres en una sociedad machista (…). Tiene que ver con un sentimiento de adueñidad, del que hablan algunas feministas, y que tiene que ver con que los hombres creen que son dueños de las vidas de las mujeres”, señaló. 

En ese sentido, “hay una relación desigual de poder que tiene que ser analizada desde una perspectiva y no desde una explicación un poco simplona en sentido de que es producto del alcohol” o por celos.

Sobre Fernando Meza se conoció, por medios locales, que tiene antecedentes en la Policía. Intentó matar a una expareja que tuvo hace varios años.

“En una anterior oportunidad, había asestado un cuchillo contra quien era su pareja. Tras ese acto, decidió quitarse la vida ingiriendo químicos, pero no falleció”, informó a Unitel el director de la FELCV, José María Velasco.

Se desconoce en qué quedó ese caso o si el agresor se sometió algún tratamiento psicológico para conseguir su libertad.

AYUDA PARA LOS NIÑOS

“No nos separen por favor”, fue el clamor de la niña mayor, que presenció la muerte de su madre y su hermana, a sus familiares. Con la Defensoría de la Niñez y Adolescencia (DNA) coordinan el abordaje psicológico y tratamiento para la menor de edad que fue testigo del doble feminicidio.

La niña quiso ayudar a su madre y su hermana cuando estaban siendo atacadas por su padre. 

Ahora, una de las hermanas mayores de Florentina está asumiendo el cuidado de los cuatro huérfanos, tres niñas y un niño, en Santa Cruz. La familia pide ayuda a la población que puede traducirse en leche, pañales, prendas de vestir, alimentos o material escolar.

También puede realizar un depósito a la cuenta 1310311820 del Banco Ganadero a nombre de Andrés Gonzales, esposo de Hortensia (hermana de la víctima) y padrino de Adelaida.

Si requiere más información puede contactarse al 68695241.

Tres mujeres, nacidas en Aiquile, han sido asesinadas en Santa Cruz. La primera fue Vilma Flores Z., quien perdió la vida a manos de su exconcubino en la puerta de un supermercado en abril y dejó dos niños en la orfandad.