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  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
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Le llamaban 'Padrino': un boliviano considerado 'peligroso pederasta' desenmascarado en España

Lucio G. llevaba al menos 10 años agrediendo sexualmente a niños, de entre 3 y 10 años, en España. Seis víctimas fueron identificadas, pero no descartan que haya otras más.

Lucio G., boliviano nacionalizado español, aprehendido por violación a niños en Barcelona. POLICÍA NACIONAL.
Lucio G., boliviano nacionalizado español, aprehendido por violación a niños en Barcelona. POLICÍA NACIONAL.
Le llamaban 'Padrino': un boliviano considerado 'peligroso pederasta' desenmascarado en España

Lo llamaban “Padrino”. Lucio G., boliviano nacionalizado español, es considerado un “peligroso pederasta” que había estado abusando desde hace más de 10 años de niños, varios son hijos de connacionales suyos, en Barcelona, España. Las pruebas en su contra son contundentes, por lo que no tuvo más opción que admitir las agresiones sexuales que cometía en contra de menores de edad y, desde el 13 de enero de este año, se encuentra en prisión.

“Tranquilo, compadre, que yo lo recojo del colegio” o “déjame al niño que lo pasará muy bien conmigo”. Esas eran algunas de las frases que el pederasta boliviano, de 41 años, les decía a las personas que confiaban en él, según una publicación de ABC España. Se acercaba a familias migrantes bolivianas y a otras que llegaban a su zona. Se mostraba amable y atento, pero en realidad era una máscara para acercarse a los niños de esos hogares y, en cuanto conseguía quedarse a solas con ellos, los agredía sexualmente.

“Lo que hacía esta persona era ganarse la confianza de familias, comparte nacionalidad con la mayoría de las víctimas. Conseguía convivir con ellos alquilando una habitación en el domicilio de los padres o, por amistad, le permitían quedarse en sus hogares. Una vez que tenía ganada la confianza de los progenitores, procedía a hacer lo mismo con los menores, a quienes les daba regalos. Y, cuando tenía acceso de forma privada, los agredía sexualmente. También conocimos que era monitor o entrenador en varios clubes de fútbol para niños de su zona, por lo que sigue abierta la investigación y no se descarta la aparición de otras víctimas”, informó Javier Izquierdo, inspector de la Policía Nacional de España y jefe del Grupo I de Protección al Menor.

FIN DE UN VIAJE POR “AGUAS OSCURAS”

El pederasta grababa los hechos de violencia sexual protegiendo su rostro para no ser reconocido. Subía el material a foros de la Dark Web (web oscura que requiere el uso de software específico para proporcionar anonimato), pero su contenido pudo ser ubicado por la Policía de Queensland, Australia, que dio la alerta al grupo policial español a través de la Interpol y, de esa manera, el “depredador sexual” fue capturado después de 100 horas de búsqueda.

Una de las características principales para navegar en la “web oscura”, donde abundan contenidos ilegales, es la interacción con un nombre falso. Lucio tenía un “nombre de guerra” que no ha sido público, según el subinspector de la Policía Nacional de España, Eduardo Casas, para no alertar a los posibles cómplices del pederasta, quien presuntamente subía videos de pornografía infantil para intercambiar contenido. Su fin no habría sido lucrativo, sino “alimentar y alimentarse” de material donde cometían delitos de violencia sexual.

UN AUTO DE JUGUETE Y UNA PELÍCULA, LAS CLAVES PARA DESENMASCARARLO

La Policía de España sospechaba que el material encontrado en la Dark Web había sido grabado en su país. Decididos a descubrir el rostro del pederasta, arrancaron los primeros días de enero la operación Lucero.

Izquierdo, jefe policial, señaló que revisaron las imágenes e identificaron un coche de juguete que tenía detalles idénticos al de la Policía Nacional. “En efecto (ese objeto) se comercializaba en España”.

La segunda pista es un fragmento musical de una película, “El clan de los rompehuesos”, que se escuchaba en una de las grabaciones. Su doblaje era en español. “Fueron los dos primeros elementos que nos sirvieron para identificar las fotografías y videos que habían sido grabados en España. (El autor) tomaba medidas de precaución, no hablaba y se tapaba la cara”.

La tarea para descubrir al “depredador sexual” no era nada fácil. Los investigadores revisaron minuciosamente los videos. En un fotograma de apenas un segundo de duración se veía el exterior a través de una ventana. Eso les permitió identificar desde qué inmueble y piso se habían hecho las grabaciones. “Pudimos identificar que ventana era (la que aparecía en la grabación)”.

El edificio era uno ubicado en Sant Pere de Ribes, Barcelona, donde el boliviano pederasta había vivido muchos años.

Siguió la investigación. El pederasta tenía una microcicatriz en forma de V en un nudillo de la mano, entre otras características peculiares.

LA CAÍDA DEL PEDERASTA

Según la publicación de ABC España, la Policía comenzó el 5 de enero la vigilancia exhaustiva. Supieron que Lucio había dejado el departamento de Sant Pere de Ribes y que estaba viviendo en Sitges, donde trabajaba en una empresa de paquetería como mensajero o repartidor. Compartía piso con un hombre que desconocía que abusaba de menores de edad.

La Policía tenía listo el operativo de captura, el 11 de enero. Conocieron que un niño de cinco años, hijo de una amistad, estaba quedándose bajo su “cuidado”. La idea de que pudiese ser su siguiente víctima los tenía inquietos, por lo que allanaron el inmueble.

En principio, el boliviano, nacionalizado español, lo negó todo, pero los policías ya tenían hasta su verdadera identidad. Casas, subinspector de la Policía Nacional, señaló que el pederasta al verse descubierto admitió las agresiones sexuales a niños e incluso guio a los investigadores. “En esa carpeta, en ese disco duro, ahí están”, les dijo.

La Policía ya no tenía dudas. Todo en el lugar coincidía con los fragmentos de los videos que habían visto como el colchón y las sábanas. Del lugar, secuestraron cuatro discos duros, tres tarjetas de memoria, un celular y una cámara de acción.

NIÑOS DE ENTRE 3 Y 10 AÑOS, LAS VÍCTIMAS

La Policía identificó a seis víctimas, de entre 3 y 10 años, a través de las grabaciones. Algunos sufrieron violación y otros abusos sexuales. También les tomaba fotos desnudas. Según las investigaciones, dos agredidos ya son adultos.

Se acercaba a ellos obsequiándoles regalos y luego los amenazaba para obligarlos a callar los vejámenes. Cuando los niños estaban próximos a cumplir los 10 años se alejaba ante el riesgo de que “rompan el silencio” y lo expongan ante sus progenitores.

Los padres de algunas víctimas reconocieron prendas de vestir de sus hijos en los videos grabados por el acusado. 

Desde la Policía, hicieron conocer que el “depredador sexual” tiene generalmente como víctimas a personas que son parte de su entorno. No es habitual que los capte en la calle.

Lucio operaba de esa forma. Se ganaba la confianza de los padres y luego de los niños para cometer las agresiones sexuales. Los investigadores alertaron a las escuelas de fútbol de la zona, donde trabajó como entrenador, para descubrir si hay más víctimas. En hombre no tenía antecedentes por delitos sexuales, pero era uno sumamente peligroso.

El pederasta tenía muchos conocidos. Para algunos era un gran “amigo”, mientras que para otros era su “compadre” y, en consecuencia, “padrino” de sus hijos.