Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 13:16

 El Kachilo, delincuente peligroso que cayó en su "trampa"

El Kachilo y El Américo dispararon a sus víctimas para robarles 7 mil dólares en la comunidad de Iluri Grande, en Tiraque. Los comunarios los rodearon y evitaron su fuga llevándoselos monte adentro, donde los lincharon y quemaron. 

Los afiches que reportaban la desaparición de El Kachilo y El Américo. POLICÍA
Los afiches que reportaban la desaparición de El Kachilo y El Américo. POLICÍA
 El Kachilo, delincuente peligroso que cayó en su "trampa"

Un “pacto de silencio” rodea la muerte de Omar Osvaldo Gonzales Terrazas y de Gastón Américo Ruiz Ferrel, conocidos en el mundo del hampa como El Kachilo y El Américo, respectivamente. Las redes sociales explotaron con las opiniones de los usuarios, después de conocerse que los amigos, prontuariados, fueron linchados y quemados cuando atracaron a dos personas en la comunidad de Iluri Grande, en Tiraque, en marzo de este año.

Desconfianza en la justicia es el sentimiento que expresan las personas en los comentarios a las publicaciones de medios de comunicación. “Parece que es más seguro vivir en provincia que en la ciudad. En esos lugares si hay justicia y la hacen respetar”. “Justicia comunitaria, la gente ya está cansada de tanta delincuencia, abuso y sobretodo falta de justicia. Así, estos malhechores tendrán miedo de hacer sus fechorías”. “Tanta investigación por dos delincuentes que debían estar en prisión, pero cuando se trata de mujeres y niños no pasa nada”. “Si tenían antecedentes porque hacen tanta investigación. Para ellos si habrá justicia, que mal”. Esos son algunos de los escritos que dejaron en Facebook.

En Bolivia está prohibida la pena de muerte. Para la Defensora del Pueblo, Nadia Cruz, los linchamientos no pueden considerarse justicia indígena originaria campesina.

La autoridad, en una entrevista con Bolivisión, se refirió al caso de un adolescente indígena tsimane, acusado de asesinato, que fue quemado vivo el pasado 19 de marzo en la localidad de Cantumare, en Beni. Rechazó la violencia extrema y recordó que la Ley 073 de Deslinde Jurisdiccional, en su artículo 6, establece “la prohibición de la pena de muerte”. 

“En estricta aplicación de la Constitución Política del Estado, está terminantemente prohibida la pena de muerte bajo proceso penal en la justicia ordinaria por el delito de asesinato a quien la imponga, la consienta o la ejecute”, dice ese artículo.

El delito de asesinato es sancionado con presidio de 30 años, sin derecho a indulto, de acuerdo con el artículo 252 del Código Penal.

Cruz señaló que ha conocido de unos cinco o seis casos de linchamientos en distintos departamentos del país durante este año, hasta la primera semana de abril. Acotó que estos hechos violentos están demandando un análisis para conocer “hasta dónde llega el sistema de justicia formal”. “Hay una ausencia del Estado en el territorio nacional. Como pasó en la comunidad Tsimane, en otras comunidades igual de alejadas el sistema de justicia no llega”. 

Apuntó que estos actos deben ser investigados y penados. Por el asesinato del indígena Tsimané, dos personas están con detención preventiva.

En tanto, por la muerte de El Kachilo y El Américo aún no se ha identificado a ningún autor porque existiría un “pacto de silencio” entre los comunarios. Un auto quemado y restos óseos calcinados fue lo que encontraron los investigadores en Iluri Grande. Los huesos pequeños colectados aún están siendo analizados y con ello probarían si los fallecidos son Gonzales y Ruiz, aunque los familiares de ambos reconocieron retazos de prendas de vestir, que las llamas no consumieron por completo, que pertenecían a los desaparecidos.

Después del 17 de marzo, se viralizó una fotografía donde se observa a un hombre sentado, con las manos atadas y los ojos vendados, mientras un auto ardía en llamas.

¿QUIÉN ERA EL KACHILO?

Omar Osvaldo Gonzales Terrazas era considerado como uno de los ladrones más peligrosos, pues entre sus “hábitos” estaba el de reducir violentamente a sus víctimas y encañonarlas con armas de fuego, sin importar su edad, para averiguar dónde guardaban dinero en sus casas.

El monrrero se desplazaba en un vehículo lujoso. Fue capturado varias veces, por monrrazos (robos de casas), robos agravados, intento de soborno a policías, entre otros delitos, pero lo liberaron en todas ellas, pese a las pruebas acumuladas por la Policía.

El Kachilo estuvo preso en El Abra en 2014 y, según decenas de testigos, fue uno de los autores de la matanza del delegado Ariel Tancara, pero fue liberado de toda culpa por jueces de Sacaba, luego de que otros reos con sentencias largas se inculparon por los crímenes. Según reclusos de ese penal, a cambio de dinero.

Jhasmani Torrico, conocido ahora como el “abogado del diablo”, fue su defensor en algunos casos. 

Tenía una sentencia por 13 años de presidio en el penal de El Abra por tráfico de sustancias controladas, según el mandamiento librado el 29 de abril de 2019 en Cochabamba. Con ese memorial, una jueza ordenó que Gonzáles cumpla la condena que le dieron en noviembre de 2003, pero se encontraba en libertad y cometiendo delitos.

¿QUÉ PASÓ EL 17 DE MARZO?

El Kachilo y El Américo citaron a dos hombres, padre e hijo, en Colomi supuestamente para venderles una camioneta indocumentada en siete mil dólares. Luego, les dijeron a los interesados que tenían un garaje con muchas más movilidades en el Valle Alto.

Los antisociales dirigieron a los interesados, que llegaron de Sucre, hasta esa región. Los encañonaron para robarles el dinero y les dispararon cuando pasaban por la comunidad de Iluri Grande, en Tiraque. 

El disparo alertó a los pobladores, quienes auxiliaron a las víctimas y agilizaron su traslado al hospital de Punata porque ambos habían sido heridos con arma de fuego. Rodearon a los “falsos vendedores”, quemaron su auto rojo y se los llevaron monte adentro donde los habrían golpeado y linchado. Las esposas de los delincuentes reportaron las desapariciones el 21 de marzo y dieron a conocer que la última vez que supieron de ellos fue cuando estaban en Tiraque.

Gonzales viajó, desde Santa Cruz, a Cochabamba el 16 de marzo. Ruiz, que vivía en la zona de La Chimba en Cochabamba, viajó a Santa Cruz el 14 de marzo. Se presume que en ese departamento se encontró con El Kachilo y, juntos, ultimaron detalles para el atraco.

La Policía no pudo ingresar a la zona sino hasta varios días después, cuando encontraron restos óseos calcinados junto a llantas quemadas; uno de ellos cerca de un río de la comunidad.

QUEMAN A DELINCUENTES

Los investigadores hicieron el rastrillaje de una superficie de entre 600 y 1.000 metros hasta que encontraron restos óseos calcinados a los 13 días de las desapariciones, el 30 de marzo.

En esa oportunidad, la fiscal departamental de Cochabamba, Nuria Gonzáles Romero, informó que colectaron huesos pequeños, un trozo de lo que sería masa encefálica y prendas de vestir quemadas para que sean analizados por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF). Todo fue encontrado cerca de un río, a unos siete kilómetros del poblado de Tiraque.