Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 22 de marzo de 2023
  • Actualizado 21:55

'Atrápalo si puedes': las fugas y capturas de Tochinha en Brasil y Bolivia

La cárcel es el lugar de donde más difícil es escapar o debería serlo. Sin embargo, hay reclusos que se las ingenian para huir del peso de la ley burlando los protocolos de seguridad y vigilancia y poniendo en la “cuerda floja” a los funcionarios.

Felipe Edvaldo Menezez, el peligroso reo brasileño es trasladado al penal de Chonchocoro de La Paz. APG
Felipe Edvaldo Menezez, el peligroso reo brasileño es trasladado al penal de Chonchocoro de La Paz. APG
'Atrápalo si puedes': las fugas y capturas de Tochinha en Brasil y Bolivia

El plan requirió armas, municiones, motocicletas, alquiler de viviendas, posibles sobornos y una cuantiosa suma de dinero. Cuando el brasileño Felipe Edvaldo Menezez Iglesias, cuyo nombre ficticio es André Luis Xavier Da Rocha, concretó el martes (31 de enero) su segunda fuga en Bolivia, pero esta vez dejando sin vida a uno de sus custodios, la noticia generó asombro e indignación y puso bajo la lupa al sistema de seguridad penitenciario. Su libertad le duró solo 12 horas.

Felipe Edvaldo, conocido como Tocha o Tochinha en su país (antorcha, traducido al castellano), tiene 39 años, de los cuales al menos 19 los ha pasado cometiendo delitos. Es un privado de libertad, miembro del Primer Comando de la Capital (PCC), de “alta peligrosidad”. La Justicia lo devolvió el jueves (2 de febrero) a San Pedro de Chonchocoro, el penal de máxima seguridad, cuyos huéspedes son los criminales más peligrosos. Está situada en el municipio de Viacha, a 36 kilómetros de la ciudad de La Paz.

Todo apunta a que quiere convertirse en el “rey de la fuga”. El tiempo que ha estado encarcelado lo ha invertido en imaginar y planear fugas. Ha burlado los mecanismos de seguridad de prisiones muchas veces; dos de ellas en Bolivia.

EMBOSCADA, TIROS Y POLICÍA ASESINADO

El Tochinha se escapó el martes, al promediar las 10:40, del Hospital de Clínicas ubicado en la zona de Miraflores de La Paz, en medio de una emboscada y balacera donde el policía Domingo Chávez Condori (52), quien llevaba 23 años de servicio, murió con tres disparos.

Esa mañana, seis privados de libertad salieron de la cárcel de Chonchocoro por atención médica. Cinco fueron trasladados en un vehículo de Régimen Penitenciario, pero uno no pudo ir con ellos por falta de espacio. Era nada menos que Menezez. A él lo llevaron en un minibús particular con una “orden de salida médica de emergencia” sin que su estado de salud sea de consideración. Llegó al servicio de Traumatología por una lesión que sufrió en su país cuando tenía 15 años durante la colisión de unos vehículos.

Felipe Edvaldo llevaba una férula en la pierna derecha, dispositivo de sujeción del que se deshizo al momento de su fuga. Se conoció que pasó a revisión y luego debían sacarle una placa radiográfica, pero ese procedimiento no se concretó debido a que el reo brasileño y sus cómplices emboscaron a los dos custodios policiales en un espacio contiguo al servicio de Rayos X y Traumatología. Domingo Chávez Condori y Nelson Choque Álvarez (41) recibieron impactos de bala; el primero perdió la vida en el lugar y el segundo se encuentra en terapia del Hospital Obrero.

Testigos contaron que todo ocurrió en cuestión de minutos. Vieron que Felipe Edvaldo no llevaba grilletes en las manos y, poco antes de la tragedia, lo notaron inquieto. Parecía que buscaba con la mirada a sus secuaces. De pronto, el brasileño comenzó a correr y, junto a otros hombres, realizó varios disparos hacia sus custodios y luego al aire para ahuyentar a la gente y escaparse. Se subió a una motocicleta, conducida por Cedric Max Silva De Sousa, quien usaba otra identidad en Bolivia, y huyó del hospital. 

Todos los implicados, quienes caminaban con sus armas de fuego en medio de los pacientes, lograron salir del lugar.

Desde ese momento, la Policía activó el plan de búsqueda del entonces reo prófugo y sus cómplices, mientras otros investigadores procesaban la escena del crimen. 

Cedric abandonó la motocicleta, con radicatoria en Santa Cruz, y arrojó su arma de fuego. Fue el primer aprehendido por los policías. A las 17:00, un equipo operativo se desplazó hasta una vivienda ubicada en Viacha donde capturaron a dos brasileños que tenían en su poder armas largas. Más tarde, los uniformados encontraron la segunda moto usada en la violenta fuga en el barrio Gráfico, a la salida de Los Yungas.

Finalmente, Felipe Edvaldo cayó a las 22:52, junto a un boliviano, en un inmueble de la zona de Tembladerani. Su acompañante lo habría ayudado a alquilar la vivienda en Viacha, pero, según sus familiares, lo hizo amenazado y creyendo que la casa iba a ser ocupada por la esposa y los hijos del recluso. Ellos habrían sido compañeros en Chonchocoro.

Los operativos se llevaron con total hermetismo. Pasadas las 23:00, el ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, ofreció una conferencia de prensa donde confirmó la recaptura del peligroso sicario y sus cómplices, tres brasileños (Erick Breno Santana Dos Santos, Alex Nendel Dos Santos Guiedes y Cedric Max Silva De Sousa) y un boliviano (Alfredo Velarde C.). Por decisión judicial, los cinco hombres fueron remitidos con detención preventiva, por 30 días, al penal de Chonchocoro por asesinato y otros delitos. Se prevé que, luego de ese plazo, sean acusados formalmente y sentenciados en juicio.

Esa no fue la primera fuga que planeó el Tochinha en Bolivia. 

30 HORAS LIBRE

La fuga de Felipe Edvaldo Menezez y su compatriota Emerson Michael Da Silva Benjamín (22) fue otra de película. El 14 de junio de 2022, los brasileños detenidos por el asesinato del agricultor Wilson Ledezma ocurrido en marzo de ese año en el barrio Minero de Santa Cruz, lograron escapar del PC-7, pabellón de máxima seguridad del penal de Palmasola.

Los privados de libertad usaron una soga, sábanas y una escalera para huir de la cárcel. La Policía dio a conocer en esa oportunidad que los reclusos forzaron una rejilla que divide dos muros y subiéndose a una escalera, generalmente usada para la limpieza del tanque de agua, superaron el primer control. Del exterior, les lanzaron cuerdas con las que escalaron el muro y luego descendieron al otro lado. El vehículo que estaba esperándolos fue “clave” para su captura. Los investigadores revisaron cámaras de vigilancia para trazar las rutas que tomaron e identificaron la zona donde los peligrosos estaban ocultos.

Su libertad les duró muy poco, 30 horas. Los entonces prófugos, junto a sus cómplices, los estaban esperando armados. La Policía los recapturó en medio de un tiroteo en una zona próxima a la Universidad Gabriel René Moreno, donde Menezez y un policía resultaron heridos. Pronto se cumplirá un año del asesinato del agricultor, pero ninguno de los procesados ha sido sentenciado. 

En esa oportunidad, un fuerte contingente policial trasladó a los brasileños hasta el Tribunal de Justicia de Santa Cruz, donde un juez decidió enviar a Emerson Michael al penal de El Abra de Cochabamba y a Felipe Edvaldo a Chonchocoro de La Paz. 

Esos protocolos de seguridad se “relajaron” en La Paz. A Menezez le asignaron dos custodios para su salida médica, sin considerar que se trataba de un reo peligroso que huyó antes de Palmasola y que disparó a policías antes de ser recapturado.

Por el caso, una médico que hace poco entró a trabajar a Chonchocoro y suscribió el informe médico que sugirió la salida de emergencia médica de Felipe Edvaldo es procesada por presunta falsedad ideológica. Y Napoleón Espejo fue relevado del cargo de director del recinto penitenciario de Chonchocoro, aunque el director de Régimen Penitenciario, Juan Carlos Limpias, dijo que su alejamiento es por unos cursos para su ascenso. 

Según la autoridad, habrá reajustes en las cárceles para mejorar los protocolos de salidas de los privados de libertad ya sea por cuestiones médicas o judiciales.

HISTORIAL CRIMINAL

Felipe Edvaldo ingresó al mundo delincuencial a sus 20 años, cuando robaba a personas en las calles y luego a bancos de su país. Después, conoció a gente vinculada al narcotráfico y trabajó para ellos. Se hizo miembro del PCC, el cartel de narcotráfico más peligroso de Brasil. Terminó convirtiéndose en sicario.

El brasileño que tiene más de 40 casos en su contra escapó varias veces de cárceles en Brasil. Y burló la seguridad dos veces en Bolivia, pero lograron su recaptura.

De acuerdo con los datos a los que tuvo acceso OPINIÓN, una de sus primeras huidas se reportó en 2012, cuando el reo huyó del Centro de Triaje (Cotel) de Abreu e Lima.

Entonces, el hombre tenía 27 años y guardaba detención por hurto, robo, organización para delinquir, falsificación de documentos y tenencia ilícita de arma de fuego.

En aquella oportunidad y a pesar de la alerta de una caseta de vigilancia, Menezez utilizó una cuerda de láminas, conocida como teresa, y saltó el muro del penal. Esa vez dos reos lo acompañaron en la fuga; sin embargo, solo él lo logró.  

Un año después, en 2013, el también considerado “uno de los bandidos más peligrosos del estado de Pernambuco”, junto a otros dos reclusos, intentó fugarse de la Casa de Privación Provisional de la Libertad del Agente Luciano Andrade Lima (CPPL I), en Itaitinga, un municipio del estado de Ceará, en la región nordeste de Brasil.

El trío de los privados de libertad rompió los barrotes de la celda 3 del pabellón 2H. Intentó escapar, pero fracasó.

Bajo el mismo modus operandi que en 2012, en septiembre de 2021, el sicario brasileño de alta peligrosidad huyó del centro penitenciario Dr. Edvaldo Gomes, en el municipio brasileño del interior del estado de Pernambuco, Petrolina. De acuerdo con la Secretaría de Resocialización (SERES) de Brasil saltó el muro del penal.  

Para entonces, dos presos intentaron escapar con Menezez, pero fueron capturados.

“La Secretaría Ejecutiva de Resocialización (SERES) informa que la Penitenciaría Doctor Edvaldo Gomes (PDEG), en Petrolina, registró, este martes (14.09), el intento de fuga de dos detenidos, Andre Luiz Gomes, de 27 años, y Jorge Luiz de Brito Nogueira, de 34, y la fuga de Felipe Edvaldo Menezes Iglesias, de 38”, reza el comunicado de la institución brasilera.

Ahora, el avezado criminal se encuentra en San Pedro de Chonchocoro, el penal de máxima seguridad de Bolivia.