Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 16:20

Ronaldo se anota para ir al mundial de Rusia y Messi aun espera

Ronaldo se anota para ir al mundial de Rusia y Messi aun espera

El Mundial no fue siempre territorio propicio para las leyendas del fútbol. Alfredo di Stéfano, ya con 35 años, no jugó ni un solo minuto en Chile ´62. Kubala tampoco lo logró como jugador. Johan Cruyff sólo compareció en Alemania ´74, pero se quedó a las puertas del firmamento con la Naranja Mecánica, una de las mejores selecciones de siempre. A Best, Giggs o Weah les condicionó el nivel deportivo de sus países. Cristiano Ronaldo, mientras, estará por cuarta vez en una fase final de la Copa del Mundo. Será en Rusia donde el delantero portugués, ya con 33 años, intentará que su hasta ahora prudente devenir en el torneo (tres goles en 13 partidos, pese al cuarto puesto en Alemania ´06) pueda estar a la altura de su carrera.
Entre tanto, Lionel Messi aun espera la suerte de Argentina para ir a Rusia. La selección celeste no solo debe ganar a Ecuador, sino, también esperar otros resultados para ingresar a la lista de los países clasificados al mundial de 2018.
Portugal cumplió, como casi siempre, con su cometido. Y sin que fuera necesaria la heroicidad de turno de Cristiano. Venció a Suiza en Lisboa para arrebatarle la clasificación directa para el próximo Mundial gracias a la diferencia de goles. Lo lograron los portugueses sin estridencias, con el mismo porte melancólico de su seleccionador, Fernando Santos. Y gracias, en buena medida, a un golpe de fortuna. Un centro de Eliseu que nunca debió haber inquietado al meta Sommer. Un despeje deficiente del meta helvético ante la presencia de Joao Mario. Y, como colofón, el inoportuno rebote del balón en el siempre tremendista Djourou. El defensa del Hamburgo no pudo más que girar la cabeza para evidenciar la condena: la repesca del próximo mes de noviembre.
Madonna, que tiene a uno de sus hijos jugando en las categorías inferiores del Benfica, tuvo que apartar sus gafas de folclórica para atender a la fatalidad suiza. Ya no volverían a asomar los hombres de Petkovic en el partido. El muro psicológico levantado frente a sus ojos fue ya imposible de saltar. Algo evidente después de haber enlazado nueve triunfos, para quedarse en el apeadero tras la última curva.
Mucho se ha escrito acerca del plan de juego de la Portugal de Fernando Santos. Acerca de su estética o de su presunta dependencia de Cristiano Ronaldo. Luego, quedan las evidencias. Los lusos, contra todo pronóstico, conquistaron la pasada Eurocopa en casa del anfitrión, Francia, y con el madridista en la camilla. Cierto. En la presente clasificación, el delantero de Madeira ha marcado 15 de los 32 goles de su selección. Pero en el decisivo encuentro frente a Suiza, a Cristiano le bastó con acompasar a sus compañeros, muy seguros de su cometido.
Porque de nada iba a importar que Suiza, que ganó a los portugueses en la ida (2-0), iniciara el choque luciendo los galones obtenidos en la liguilla. Shaqiri, antes de caer en la desesperación del ocaso, lideraba y ordenaba a los suyos con mucho tino. Aunque nada parecía inquietar a Portugal, que sólo alzaba la voz cuando la pelota rondaba los dominios de Bernardo Silva. Más allá de un potente disparo del extremo del City que Sommer logró repeler, las áreas eran coto privado.

Consistencia
Hasta que el portero de Suiza concedió a su compañero Djourou el dudoso honor de desplegar la alfombra a Portugal cuando ya agonizaba el primer tiempo. El tanto, más que liberar, reafirmó la consistencia del grupo de Fernando Santos, tancapaz de sufrir en Andorra como de dejar sin argumento alguno a una de las mejores selecciones de los últimos meses en Europa

Cristiano, de todos modos, apenas reclamó el foco un par de veces. Al poco de iniciarse el segundo acto, un zurdazo en transición de los que tanto le gustan no encontró puerta. Tampoco vio la manera de sortear a Sommer en un mano a mano cuando la noche ya no podía cambiar.
Fue así porque Bernardo Silva supo cómo colorear una gran jugada colectiva para que su botín entregara el balón perfecto a André Silva. El ariete amagó con errar. Pero el fallo no fue más que la antesala de la rectificación, con el segundo y definitivo tanto que llevaba a los suizos a firmar un duro armisticio.
Sorprendió sobremanera la escasa resistencia helvética, con referentes como Xhaka o Dzemaili sin peso alguno, y con Seferovic como un triste islote en el océano. Rui Patricio vivió una jornada de lo más plácida.
No pudo Cristiano tomar el gol que le hubiera servido para igualar el récord anotador de Lewandowski en rondas clasificatorias. Pero aquello debió ser lo de menos ante el reto que se le avecina. En Rusia, el delantero portugués quizá dispute su último Mundial. En Qatar tendría ya 37 años. Pero su lucha aún no acabó.