Los actos de la escuela Bernardino Rivadavia de Río Cuarto tienen ahora dos banderas: la de Argentina, que preside la ceremonia, y la boliviana, porque el 25 por ciento de la población estudiantil pertenece a esta colectividad.

El establecimiento concentra a numerosos niños de nacionalidad boliviana desde hace más de una década. Está enclavado en una zona de quintas y cortaderos de ladrillos en las que trabajan los papás, muchos nativos de Bolivia.

“Partimos reconociendo la realidad de discriminación en la escuela, por ello organizamos un proyecto para trabajar la diversidad cultural, no sólo de bolivianos, sino también la que tenemos en el país, con niños de diferentes barrios, idiosincrasias y culturas. Esto de la bandera es como un corolario de ese trabajo”, indicó María Rosa Risatti, directora.

Risatti aseguró que los niños de la colectividad boliviana han dado muestras de sentirse más integrados.

Bianca, alumna de quinto grado, explica: “Como tenemos muchos compañeros de Bolivia pensamos en poner su bandera para que se sientan más en casa. Ponemos el himno también, pero no lo sabemos de memoria porque es largo. Todos los chicos que conozco bolivianos son buenos, un poco calladitos”.

El colegio tiene 300 alumnos, muchos en estado de vulnerabilidad.

Además de hijos de bolivianos, a la escuela concurren algunos descendientes de los pueblos originarios.