Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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No más impunidad

No más impunidad
La mayoría de los incendios que se registró en el Parque Nacional Tunari se presume que fue provocada. Sin embargo, hasta ahora se desconoce quién o quiénes están detrás de estos hechos que dañan al único pulmón ecológico de la ciudad de Cochabamba.
Ya es hora de que las autoridades se movilicen e instruyan a quienes corresponda la investigación de cada uno de los hechos. No podemos ver de palco que se siga quemando el Tunari y no se sepa quién o quiénes están detrás de este crimen ecológico.
Las autoridades deben dar con los culpables y encarcelarlos, caso contrario, las quemas seguirán, así como el daño al medioambiente.
La muerte de Jorge Hinojosa Vela, el joven de 22 años  que subió el sábado al Tunari junto con su padre para ayudar a los voluntarios a sofocar el fuego, tampoco debe quedar impune. Por el incendio que alguien ocasionó  en la zona de Sacaba del Parque, se perdió una vida; murió calcinado en el intento de apagar las voraces llamas que se extendieron hasta el sector del cañadón donde el trabajo fue dificultoso.
Basta de seguir contando solo las hectáreas quemadas o los sectores afectados, es tiempo de ir tras los criminales que, presumimos, intencionalmente suben hasta los sectores boscosos para prender llamas.
No es posible que no se dé con los responsables que atentan no solo contra el Tunari, sino también otros sectores como en Coroico, La Paz, donde este lunes perdió la vida un bombero de la Brigada Especial de Rescate Salvataje Auxilio (BERSA) del Cuerpo de Bomberos, cuando retornaba luego de haber acudido a sofocar el fuego del lugar.
Pero más allá de sentar la mano contra los criminales del medioambiente, es urgente, por lo menos en el caso del Parque Nacional Tunari, que  se desplieguen grupos de vigilancia, además de otras medidas de control.
Se conoce que apenas existen ocho guardaparques para proteger el extenso lugar, cantidad que, de hecho, es totalmente insuficiente e irracional.
Tanto el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap) como la Gobernación de Cochabamba y los municipios de Sacaba, Cochabamba, Tiquipaya, Quillacollo, Vinto y Sipe Sipe deben asumir acciones conjuntas para impedir que el Tunari sea víctima de los loteadores y de los pirómanos que buscan dañar el área.
Asimismo, es preciso que cada una de esas instancias cuente con los equipos y personal suficiente para atender de manera inmediata ante un eventual incendio.
En estos meses, se ha visto cómo los voluntarios que conforman la plataforma Tunari sin Fuego han sido el principal puntal para sofocar los constantes incendios. Si bien las Unidades de Gestión de Riesgos (UGR) de los diferentes municipios y de la Gobernación han trabajado arduamente, su labor no habría sido efectiva sin el apoyo de  jóvenes, hombres y mujeres, que dejaron de lado sus actividades personales para acudir al primer llamado de emergencia.
Asimismo, nos sumamos al planteamiento de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEPC), miembro de Tunari sin Fuego, de revisar la Ley 602 de gestión de riesgo, para agilizar el trabajo de atención de las diferentes instituciones, que por cumplir protocolos demoran en asumir acciones inmediatas. El fuego no espera autorizaciones, devora.