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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Carros cisterna, ¿quién los controla?

Carros cisterna, ¿quién los controla?
Los carros cisterna que transportan combustible deben circular en centros urbanos a una velocidad máxima de 40 kilómetros por hora y en carreteras hasta 65 kilómetros por hora. Sin embargo, esta disposición emanada por la Agencia Nacional de Hidrocarburos no se cumple a cabalidad. 
En las vías de Cochabamba se observa, especialmente por las noches, camiones cisterna que trasladan combustible a los surtidores circulando a velocidades que exceden los 80 kilómetros por hora, en muchos casos por el carril rápido, si se trata de la avenida Blanco Galindo.
Lo más aconsejable en estos casos, cuando los camiones cisterna toman las avenidas es que circulen por el carril del medio, a una velocidad máxima de 60 kilómetros por hora, tal como señala el reglamento para el transporte por cisternas de carburantes.
Los choferes que transportan combustible en sus vehículos deben tomar todas las precauciones posibles, porque tienen que precautelar su seguridad así como la de los otros conductores y peatones que circulan por las calles.
El pasado fin de semana se lamentó una tragedia en la zona sur de Cochabamba. Un carro cisterna que llevaba combustible, aparentemente por exceso de velocidad, no frenó a tiempo y chocó contra otros vehículos, con un saldo de tres personas fallecidas.
El informe preliminar del Organismo Operativo de Tránsito apunta, además, a que existe la posibilidad de que el chofer del vehículo que causó el siniestro haya estado conduciendo en estado de ebriedad.
Llevar combustible por arterias que son congestionadas entre vehículos que circulan como promedio a 70 kilómetros por hora requiere una gran responsabilidad, y como es una actividad de riesgo, los choferes deben estar bien capacitados en conducción y física y psicológicamente preparados, además de haber descansado las horas suficientes.
Un detalle importante es que el carro cisterna debe estar en muy buenas condiciones, con los frenos seguros y todas las señalizaciones disponibles, de modo que los conductores y peatones tomen la debida precaución.
Cuando un conductor recoge combustible de una refinería o de un punto establecido, un supervisor tendrá que verificar que esa persona esté descansada y que no haya bebido alcohol. Eso es importante, como medida de prevención para evitar accidentes como el ocurrido en la avenida Guayacán, en la zona sur.
Las instancias correspondientes tienen que hacer cumplir el reglamento para el traslado de combustible, porque se trata de una actividad de riesgo que requiere la participación de personas responsables.
Esperemos que esta tragedia, que enlutó a dos familias, sirva de lección para que, a partir de ahora, se realicen controles más rigurosos en toda la cadena del transporte de combustible.
Este mismo control deberá aplicarse en los surtidores de todo el país, donde, por ejemplo, hay conductores del transporte público que cargan gas natural vehicular con pasajeros a bordo o, en el mejor de los casos, los hacen esperar al lado del motorizado. En caso de una tragedia, el resultado sería igual o peor.
Los choferes que infringen las medidas de seguridad al transportar combustible o los surtidores que permitan que se cargue gas con pasajeros a bordo o cerca de un vehículo deberían también recibir una sanción ejemplarizadora.