La promulgación de la Ley del Cáncer, por parte del presidente Evo Morales, abre una esperanza para las personas que sufren esta enfermedad, porque, según adelantó la ministra de Salud, Gabriela Montaño, la atención será gratuita e integral.

Las personas que son diagnosticadas con cáncer tienen que batallar contra una enfermedad que es mortal, y sumamente costosa, porque se trata de una dolencia que exige la erogación de miles de bolivianos, dinero que no todos los pacientes tienen.

Familiares y pacientes de cáncer han salido a las calles, en movilizaciones, para pedir, exigir y clamar a las autoridades que se adopten políticas integrales de atención para quienes han caído en esta desgracia.

Morales, tras la promulgación de esta ley, anunció que se construirán modernas infraestructuras, con tecnología de punta, para atender a los pacientes que cada día se incrementan, no solo personas adultas, sino especialmente niños y adolescentes.

Esta ley deberá prever un programa mediante el cual se acompañe a quienes tienen cáncer, porque estos pacientes, además de la atención médica integral, requieren de apoyo moral y psicológico, por el momento difícil que atraviesan.

Esperamos que esta norma se aplique con todas las de la ley, y no se quede, como sucede en muchos casos, solo en el papel, como una buena intención. La atención a los pacientes con cáncer no puede esperar, es urgente, porque un día de demora marca la diferencia entre la vida y la muerte.

La gratuidad en la atención médica es también fundamental, porque al ser una  enfermedad tan cara, aún las familias que son solventes económicamente tienen dificultades y en algún momento el tratamiento se vuelve insostenible.

Testimonios de pacientes con cáncer dan cuenta de que algunos se han resignado a tal extremo que solo esperan la muerte, porque no tienen los recursos económicos suficientes y la enfermedad se encuentra en etapa terminal.

Por eso es importante que exista un apoyo decidido de parte del Estado para aliviar a las personas que sufren de este mal.

Morales recordó que está en etapa de construcción tres centros de medicina nuclear en El Alto, La Paz y Santa Cruz, que se erigen con más de 150 millones de dólares, que “estarán equipados con la mejor tecnología para combatir el cáncer”.

Asimismo, esta ley tiene el objetivo de proteger a los trabajadores para que no sufran discriminación y no sean despedidos de su trabajo.

Lo peor que puede pasar con una persona que tiene cáncer es que sea despedida de su fuente de empleo, quedándose en la mayor indefensión, sin la posibilidad de procurarse siquiera sus alimentos.

Para atender a los pacientes que sufren de algún tipo de cáncer se requiere la participación de los diferentes estamentos de la sociedad, es decir, el Gobierno central, los departamentales y los municipales.

El programa de atención a los pacientes con cáncer deberá garantizar también el acceso a los medicamentos, además de las quimioterapias y radioterapias respectivas.

Si se cumple lo que señala la ley recientemente promulgada, se habrá dado un paso importante en la lucha contra el cáncer, un flagelo que no discrimina a nadie y que actualmente afecta a las personas a menor edad, porque son cánceres más agresivos y que terminan con la vida en cuestión de meses, sin dar previo aviso.