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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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AFIRMA QUE LOS SALARIOS BAJOS NO PUEDEN SER LA BASE DE LA COMPETITIVIDAD DE LAS EMPRESAS NI DE LA ECONOMÍA

Según CEDLA los salarios sólo alcanzan para comer

Según CEDLA los salarios sólo alcanzan para comer


Una evaluación del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA), a propósito de la reposición salarial para los trabajadores en el orden del 8 por ciento y de 20 por ciento al salario mínimo nacional arroja como resultado que "la realidad del trabajador asalariado en Bolivia es que gasta más en alimentos y que tiene un 39 por ciento de incidencia en la canasta básica familiar”.

"La realidad del trabajador asalariado en Bolivia es que gasta más en alimentos (el componente con mayor peso en la canasta básica familiar, con 39 por ciento ). La mitad de los hogares a la cabeza de un obrero o un empleado podía cubrir la alimentación de su familia pero a costa de no poder garantizar la satisfacción de otras necesidades esenciales", afirma en uno de sus resultados.

A diciembre de 2011, el costo de la canasta básica familiar calculado por el CEDLA fijaba el mismo en 4.534 bolivianos; "es decir, que con su ingreso familiar los obreros apenas podían cubrir el 44 por ciento de ese costo, y los empleados el 55 por ciento de esa canasta".

"Siguiendo una tendencia que se inicia en años anteriores, el 2011 los hogares con jefes de hogar asalariados ya tenían ingresos familiares inferiores al promedio (3.609 bolivianos). La mitad de los hogares de obreros solamente tenía un ingreso familiar de 2.000 bolivianos o menos, y la mitad de los hogares de empleados de 2.500 bolivianos o menos, con un promedio de dos ocupados en ambos casos", observa el CEDLA.

Por otra parte, el análisis del CEDLA encuentra que mientras la economía crece, los salarios aumentan lentamente en unos casos y se estancan en otros "esto no significa otra cosa que las ganancias aumentan", asevera.

El reparto del ingreso disponible entre capital y trabajo muestra que la parte que se queda en manos de los asalariados siguió disminuyendo hasta el 26 por ciento el 2011, mientras la parte de la que se apropia el capital siguió aumentando hasta el 53,3 por ciento , indica la entidad.