Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 11:48

Wilstermann sube con lo justo, Always entra con wiphala

Sin convencer mucho y haciendo tiempo, el Rojo empató en El Alto (1-1) gracias a Serginho. Ello le permitió desbancar a Bolívar. Ambos elencos soltaron globos blancos en señal de “paz”.
El juvenil Sebastián Galindo, de Wilster, tuvo minutos en la cancha.       APG
El juvenil Sebastián Galindo, de Wilster, tuvo minutos en la cancha. APG
Wilstermann sube con lo justo, Always entra con wiphala

Definitivamente, el de ayer no fue el mejor partido de Wilstermann en lo que va del Clausura. De hecho, su productividad intermitente lo llevó a terminar haciendo tiempo durante los últimos minutos del encuentro ante Always Ready (1-1), en el estadio de Villa Ingenio de El Alto. El dato que alivia las sensaciones de la hinchada aviadora es que el equipo recuperó la punta del campeonato, que hasta antes del compromiso le correspondía provisionalmente a Bolívar.

Ahora, el Hércules, comandado técnicamente por Cristian Díaz, suma 37 unidades en la tabla de posiciones. Supera con un punto a la Academia, que es segunda, y con cinco a The Strongest, que se sitúa en la tercera colocación.

Wilster pudo librarse de la presión de Always en el momento justo para igualar y pasar a defender el resultado, de modo de quedarse como puntero a la conclusión de la fecha 17.

El dueño de casa regresó al escenario alteño con hambre de triunfo. Y se notó mucho. Hizo su mejor esfuerzo para regalar un triunfo a la afición, pero los descuidos que cometió le impidieron festejar a lo grande, siempre con la mira puesta en llegar a la Copa Sudamericana 2020.

El Millonario (que sorprendió a todos cuando entró a la cancha munido de una bandera wiphala y brazaletes con los mismos colores que caracterizan a los pueblos originarios de América Latina) rompió con la marcación rival con una habilitación de taco de Sergio Adrián. Este le cedió la pelota a Alejandro Bejarano, cuyo disparo de zurda abajo venció al arquero Arnaldo Pipo Giménez (32 minutos). Hace algunos días, el portero paraguayo fue “blanco” de una demanda impuesta por el presidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), César Salinas, quien lo acusó de dirigirle “improperios”. Pocas horas más tarde, el directivo del ente matriz retiró la denuncia.

El movimiento de Adrián fue bueno para dejar a su compañero con varios metros por delante para acomodarse en su perfil.

El equipo de la banda roja repitió la fórmula minutos más adelante con un zurdazo de Samuel Galindo. En respuesta, Giménez desvió la trayectoria lanzándose hacia su costado. Los rojos pasaron por inconvenientes para acomodarse en el terreno.

Ramiro Ballivián colaboró en la ofensiva wilstermanista. Su aporte se sintió desde el comienzo del segundo tiempo.

El extremo derecho estuvo en el momento y lugar adecuados para enviar un centro preciso hacia la cabeza de Serginho, quien ingresó sin marcación al área y convirtió el empate a los 58 minutos.

Su festejo fue curioso y algo controversial: se llevó las dos manos a la boca, como haciendo alusión a no poder hablar.

El complemento fue de dominio de los millonarios, aunque con una buena parte del juego con chispazos y señales de reacción por parte de la visita. De nuevo, un disparo de larga distancia (esta vez con un derechazo de Adrián) fue desviado por el Pipo.

Y el Aviador mostró claros indicios de querer irse con más en su cosecha. Las fuerzas se equilibraron y el gol se asomó en los dos pórticos. Fue un duelo de ida y vuelta que quitó parcialmente del letargo a todos los testigos.

Pero en la recta final, Wilster no consiguió sostener su  equilibrio y pareció que el arco del Imperio Escarlata cedería en cualquier momento.

Una acción fue invalidada por el juez de línea debido a una aparente posición adelantada. El tiempo de adición (5 minutos inacabables para el plantel de Díaz) fue un concierto de ataque por parte de Always y una actitud defensiva por el lado de Wilster, que apeló a hacer tiempo para retirarse con el punto de la igualdad y no con las manos vacías.

Carlos Melgar fue expulsado por doble amonestación, cuando los aviadores trataban de frenar el avance de los contrarios.