El Wanderers uruguayo partió hacia Bolivia para medirse este martes ante el Bolívar en el juego de vuelta de la segunda fase de la Copa Libertadores y deberá hacerlo con ocho bajas por contagios de la COVID-19.
El conjunto bohemio tendrá la difícil tarea de defender el 1-0 conseguido en el duelo de ida en un terreno que siempre le es complicado a los equipos uruguayos debido a los 3.600 metros de altitud de La Paz.
Además, la COVID-19 le dio un duro golpe al equipo Wanderers que, entre otras cosas, perdió a dos de los tres porteros que tiene en la lista de buena fe de la Libertadores, por lo que deberá jugar únicamente con Mauro Silvera defendiendo los tres palos.
Entre los contagiados de coronavirus se encuentra quien marcó el único gol del partido de ida, Kevin Rolón. El resto de los infectados son Gerónimo Bortagaray, Gerónimo Plada, Enzo López, Ignacio De Arruabarrena, Agustín Santurio, Guillermo Wagner y Leonardo Pais.
Debido a que faltaba saber si había más infectados en el equipo y a que era necesario cuidar a los futbolistas para el decisivo juego del martes, el entrenador, Daniel Carreño, jugó este viernes con un equipo alternativo en el que debutaron varios futbolistas de la cantera.
El resultado del juego de este viernes fue una derrota por 3-0 ante el Plaza Colonia en un duelo en el que lo que reinó fue la molestia del visitante porque, debido a la cantidad de contagios de COVID-19, pidieron que se aplace el partido pero la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) no lo permitió.
Con todas las bajas y la difícil tarea que tienen por delante, el Wanderers deberá apostar a una sólida defensa y a que el joven delantero, Mauro Méndez, logre transformar en gol alguna ocasión para que su sueño de seguir en el principal certamen del continente pueda seguir vivo.